Capitulo 27: "Im blinded cause you're everything i see"

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Cerré mi diario, y junto con él, parte de los sentimientos de terror y angustia que ahogaban la habitación. Respiré profundo y me dejé caer en la cama, cerré mis ojos, pero el sonido del timbre me despertó.

-¿Quién es? –Murmuré mientras me levantaba de la cama. Digamos que al ser un apartamento pequeño, se podía escuchar todo. Las paredes eran finas.

-Ehmm… Val, soy yo. Harry. –Exclamó mientras tocaba la puerta otra vez.

-Ya voy. –Vociferé mientras llegaba a la puerta y la abría. Su figura, tan resplandeciente como siempre, se hizo notar. –Esta vez no me harás enfermar… ¿No es así? –Reí y lo hice pasar. Él soltó una sonrisa nerviosa para quedarse parado, estático. –Vamos Harry, ya conoces mi casa. Siéntate en el sofá. –Exclamé mientras me agachaba a recoger las cosas que había usado con Liam. Él me miró pero no sentenció palabra alguna.

-Eh venido porque, quería terminar lo que quedó pendiente a la tarde. –Soltó mientras sentía su mirada fría y penetrante por mi espalda. El frío se me caló hasta los huesos y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

-Harry, creo que todo quedó claro. A menos que haya algo más que me quieras decir y que yo no sepa. –Giré a medias mi cabeza y le sonreí mientras lavaba los dos vasos.

-Pues, en realidad, sí. –El muchacho se levantó del sofá y caminó hasta estar a pocos metros mío. Me giré y lo miré: esos dos ojos hermosos que tenían un tono verde esmeralda brillaban ahora. Pero, ese brillo podía mostrar tantos sentimientos que ¿Cuál sería el pensamiento que se le cruzaba por la mente a Harry ahora?

-¿A si? Entonces dime. –Susurré entre sus labios mientras lo miraba fijamente. Cualquier rastro de enojo había sido despojado de mi ser en estos momentos. Reí. –Harry, ya déjate de bromas. –Exclamé mientras intentaba zafarme, pero era inútil. Él me tenía agarrada por la cintura, y la estúpida mesada me impedía retroceder. Maldije en voz baja mientras intentaba apartar mi vista de él.

Él me miraba, no apartaba su vista de mí ¿Qué tanto tenía? Lo miré, y para cuando lo hice el ya tenía mi labio inferior en su poder. Atormentándome para que siguiera el beso. Mi cerebro no reaccionaba, estaba bajo el control de mi corazón. Latía a toda prisa, cerré mis ojos, pero lo único que hacía era pensar en él. El beso era, al comienzo, tierno y dulce. Luego se tornó en una competencia para ver quien soltaba primero; salvaje y brusco.

-Valerie, me traes loco. –Susurró Harry agitado mientras intentaba dar grandes bocanadas de aire.

-Harry, tu no te quedas atrás si en causar una revolución a mis hormonas se trata. –Reí, ambos reímos. –Harry, ¿contestarías mi pregunta? –Murmuré mientras le daba un tierno beso en el cuello, él solo asintió. –Harry, me gustas, mucho. Pero ¿Tú también me quieres tanto como yo a ti? –El ruliento me miró, incrédulo. Luego sonrió y me abrazó.

-Todos los días, desde que me volví tu maestro de Italiano, lo eh hecho. –Volvió a sonreír. Esta vez, mis ojos estaban cerrados. Lo que tanto quería oír, lo que tanto deseaba se había vuelto realidad, una realidad hermosa: Harry Styles me amaba. No se cuando, pero en algún momento, me quedé profundamente dormida en los brazos de Harry.

*Narra Harry Styles*

-¿A sí? Entonces dime. –Susurró Valerie mientras se acercaba peligrosamente hacía mi. No podría detenerme si la tenía así de cerca. Ella comenzó a reír. –Harry, ya déjate de bromas. –Exclamó mientras intentaba soltarse de mí, fue inútil. La agarré firmemente de la cintura y la atraje más a mí. Para mi suerte, la mesada no le dejaba retroceder.

Rápidamente tomé su labio inferior, sus ojos me miraban, podía sentirlo. Comenzó a relajarse y a seguir el beso. Por momentos, ella parecía tener el control de todo, pero yo daba vuelta la situación; Fue una total guerra.

-Valerie, me traes loco. –Susurré en sus labios mientras intentaba tomar algo del aire que había perdido. Ella sonrió.

-Harry, tu no te quedas atrás si en causar una revolución a mis hormonas se trata. -ambos reímos. –Harry, ¿contestarías mi pregunta? –Soltó mientras besaba mi cuello. Todo lo racional que podía estar, en ese momento se esfumó. –Harry, me gustas, mucho. Pero ¿Tú también me quieres tanto como yo a ti? –La miré algo sorprendido ¿El hecho de que la haya besado no era prueba suficiente?

-Todos los días, desde que me volví tu maestro de Italiano, lo eh hecho. –Ella sonrío, cerró sus ojos. Parecía un ángel, la amaba. Era un sueño, un sueño hecho realidad; ese día caluroso, la noche oscura y nuestros corazones volviéndose uno. La amé cuando ella intentaba pronunciar algo en italiano, la amé cuando hacía esa cosa con los labios, los torcía. Amaba que me mirara apasionadamente, y por sobre todas las cosas, amaba que me amara.

Dear DairyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora