El vino tinto tiene la particularidad (en su mayoria y segùn su especie) de adquirir màs valor gastronòmico y econòmico al tener màs tiempo de vida. A veces sucede tambièn con las personas.
Si juntamos las palabras tenemos el color de dicha bebida: vinotinto, como tu abrigo.
Es curioso que justo hoy se note en ti un renacer, un nuevo comienzo, una mejora en esa tristeza sostenida ocasionada por el actuar de una mujer envenenada de pasado. Te ves maravillosa, sobrìa, silenciosa, delicada y fuerte. Como el vino.
Tambièn es curioso que yo, siendo mucho mas joven, sienta estar en las flores de mi juventud adolescente solo al mirarte como si fuera una niña. Y tù, teniendo la experiencia de unos años màs de vida, seas siempre tan jovial y fresca... dulce.
Pero a pesar de tu dulzura (la que inhunda mi ser cada que caminas cerca de mi), son amargos los momentos en los que recuerdo que no tengo oportunidad de acceder a la botella màs reservada de vino en la bodega.
Tu nombre es corto, algo comùn. A pesar de ello tu no lo eres en lo absoluto. Me gusta como te haces llamar.
Me gusta la transparencia con la que afrontas la vida, con la que hablas a las personas. Igualmente hay misterios que quisiera saber. Siento que te alejas.
Te queda bien el vinotinto, el cabello corto, el reloj plateado. Te queda bien la sonrisa tìmida y esas ganas de esconder cosas que al final te decides en revelar.
Los rituales de conquista en adolescentes y adultos son tatalmente distintos. Cuando creces todo se vuelve màs serio y si sabes que no te van a corresponder te quedas callado. Pues yo, en un arrebato infantil deje de lado las salidas a cenar y el protocolo adulto del vino tinto para internarme en el error infantil de decir la verdad sin màs, con una vil y comùn cerveza.
Ahora luego de algunos dìas de repasar aquel momento en mi mente, desearìa no haber hablado. Desearìa no haberme tomado el vino de fondo, sino tomar la copa con delicadeza, observar la consistencia, percibir los olores, jugar con lo que me permitìa estar cerca de ti.
Puede resultar confuso que alguien como tù sea percibido como una persona dulce, como con ligereza de espìritu. No lo sè, quizàs me equivoque. Mirarte es confuso.
Lo peor de todo, es que nunca me ha gustado el vino, ni las mujeres. Pero aquì estoy, suspirando por un abrigo vinotinto y un angel de cabello corto.
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One Shots de Amor
RomanceEn la vida tenemos muchos amores (bueno por lo menos yo si), desde ese chico/a del supermercado o el metro que no veras jamas, pasando por amores de verano, amistades con beneficios, relaciones estables y largas... Una chica escribe sobre sus momen...