18

1.4K 66 11
                                    

Caos y tranquilidad.

Scarlette.

-¡MALDITOS!-gritó un Marlon bastante enfadado, cuando los huevos con harina cayeron encima de él.

Nosotros observábamos desde mi habitación, Marlon estaba bastante enfadado conmigo, con Justin, con Samy y con Kate. Aunque sinceramente no sé si se ha dado cuenta de que fuimos nosotros, tal vez y piense que fue mi hermano, aunque yo no le echaría la culpa a mi hermano.

Empezamos a reír cuando escuchamos los gritos de Marlon, la risa era extremadamente incontenible, creo que hasta abajo se escuchaban. Estábamos tan a gusto riéndonos que no notamos que Marlon estaba observándonos desde un tiempo, cuando noto su presencia paro de reír, haciendo que todos también paren y posen su vista en el enfadado Marlon.

-¡Esto es tu culpa maldito renacuajo!-exclamó y tomó a Justin de su camiseta.

-¡Suéltalo Marlon!-exclamé.

-¡Deja de defenderlo Scarlette, él no es nada tuyo!-exclamó Marlon, más enfadado aún.

-¡Claro qué sí!-dije de repente y sin pensarlo-m-me refiero a que es mi amigo.

-¡Suéltalo maldito idiota!-exclama Samy y le da un puñetazo en la cara, el cual lo impactó, ya que hizo que soltara a Justin, yo fui a ver si estaba bien.

-¿Estás bien Justin?-le pregunté y él asintió-ese chico está loco.

-¡¿Qué está pasando aquí?!-exclamó mi hermano. Mi hermano apareció, con una cara de impacto y sorpresa.

-¡Tu mejor amigo vino a hacer un caos solo porque le hicimos una pequeña broma!-exclamó Samy-¡Y le echó la culpa a Justin por eso!

Marlon se levantó y se fue de ahí, es obvio que había perdido la pelea de nuevo, cuando Samy lo golpeó debió de sentirse impotente y más si fue una chica quien lo golpeó. Samy es de las chicas rudas, por así decirlo, nunca ha tenido miedo por pelear con un chico, aunque este sea más fuerte que ella, Samy es la más fuerte, la más grosera, aunque su belleza la haga parecer inofensiva, cuando se enoja es el diablo en persona.

-Kate ¿Estás bien?-le preguntó mi hermano a Kate, la cual yacía sentada en mi cama, divisando el espectáculo que se había creado.

-Si, estoy bien-dijo.

-Bueno, veamos, ¿Están bien todos?-preguntó Simón-Marlon, ese chico tiene problemas, tendré que hablar con él, ¿No te ha hecho nada Scarlette?.

-No, estoy bien-dije, omitiendo lo que pasó la otra noche.

Todos decidimos al fin calmarnos y ver una película, a lo que mis padres llegaban del trabajo. Justin se sentó a mi lado y disimuladamente tomó mi mano y la entrelazó con la suya, se sintió lindo, excepto por los momentos en los que teníamos que separarnos porque mi hermano volteaba a ver o se movía y esas cosas, pero fuera de eso, la película nos encantó y la pasamos bien. Llegó la hora de que Justin se fuera, así que fui y lo despedí afuera, la noche estaba fría.

Al llegar a un lugar donde Simón no podría vernos le abracé, lo abracé por frío y por amor.

-¿Enserio estás bien por lo de hoy?-le pregunté sin dejar de abrazarlo.

-Claro, no te preocupes, estoy bien-me dijo, con una pequeña voz ronca que me derretía-te quiero tanto, mi amor-dijo y me separó, tomándome de las mejillas y mirándome a los ojos, sentía como sus bellos ojos azules descubrían los sentimientos que llevaba yo en los míos, se los aprendían tan fácil, pero a la vez tan bello, tan hermosos, porque esos ojos, esos ojos tan bellos me cautivaban, me llenaban de paz, amor, comodidad. Con él me sentía en paz, con él me sentía yo, con él podía sonreír sin que nadie me juzgue por hacerlo, con él era con quién verdaderamente yo quería estar.

Acaricié su mejilla, dándole una gran sonrisa, una sincera y linda sonrisa a la persona que quiero.

-Yo también te quiero, mi amor-le dije y cerré mis ojos sintiendo las caricias en mi mejilla, definitivamente este chico lograba calmarme, lograba que olvidara todos mis problemas, solo con sus caricias. Luego sentí como sus labios se topaban con los míos, como se sincronizaban perfectamente, hasta pareciera que están hechos los unos a los otros, como que si todo esto fuera obra del destino.

Caos y tranquilidad, eso es lo que he sentido en este día.

Nuestro beso fue interrumpido por el bello grito-nótese el sarcasmo-de Samy, avisándonos de que ya debían irse. Justin y yo nos dimos un último beso y luego él se fue con Samy y Kate.

Entré a la casa, buscando darme una ducha, relajarme y dormir, pero la presencia de mi hermano sentado en el sofá me llamó la atención.

-Ahora hermanita, quiero que me lo expliques todo, y quiero que seas sincera conmigo-dijo Simón, con los brazos cruzados y una expresión muy seria.

Sabía que este momento llegaría...







Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora