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Cambios

Scarlette.

Estaba en mi habitación. No tenía ganas de nada, solo viendo películas, comiendo como puerca y ya. Encerrada en mi mundo, un mundo que me aleja del exterior, de los problemas, de Marlon. La película era de nada más y nada menos que AMOR, amor tóxico, JA, ¿A quién les recuerda eso? Si, están en lo correcto: Marlon Sanders. El chico más popular de la secundaria, el que se seducía y enamoraba a las chicas para después: PUM, venir y lastimarlas cruelmente, dejarles el corazón hecho trizas, como si hubiera aplastado una galleta sin piedad. Hasta que un día decidió meterse conmigo, la estúpida chica hermana de su amigo, la que se creyó todo lo que él le dijo, aún conociéndolo, por mi mente pasó el hecho de que él podía haber cambiado y me equivoqué, porque nada cambió. 

Le entregué mi virginidad, me enteré de que solo era una apuesta. Me destrocé, lloré hasta no poder más ¿Y luego? Limpié las lágrimas, me froté la nariz, miré hacia el frente y con altivez exclamé las palabras: Venganza, Dulce Venganza. Luego me fui, sin explicarle nada a los otros de la secundaria, sin que me importara. Me fui, y estuve todo un año solo pensando en una venganza para Marlon. Y lo cumplí, aunque no quería que sucediera en estos tiempos, no pude soportar más y dejé a Marlon, causando que se lance de cabeza al alcohol y que poco después arruine el día más especial de mi vida. 

Mi vida de adolescente ha sido mucho sufrimiento y he tratado de que los momentos felices puedan sobre llevar la situación. Pero cada vez todo se vuelve más y más peor. Mi mundo se hace trizas. Poco a poco.

Escuchó el sonido de la puerta abrirse, fijo mi vista en quien ha irrumpido en mi cuarto. Es mamá.

-Scarlette, hija. Sé que debes de estar destrozada, sé que no estás con ganas de hablar con nadie. Pero también sé que necesitas apoyo emocional, sé que me necesitas. Pero para eso necesito saber qué es lo que está pasando. Que le está pasando a mi niña. Porque así no puedo ayudarte, te quiero hija y no quiero que sufras por algún idiota que te lastimó, siempre contarás conmigo, tenlo por seguro-dijo, a mitad se le partió la voz, tal vez estaba a punto de llorar.

-Está bien, supongo que este momento tenía que llegar algún día. Te explicaré absolutamente todo, desde el principio, desde que todo comenzó...

Luego de explicarle a mamá todo lo que pasó, toda, absolutamente toda mi problemática situación. Ella me abrazó, me acarició. Las dos estábamos sumidas en lágrimas, no parábamos de llorar y si, tal vez seamos un poco sensibles. Mamá se separó de mi, se sorbió la nariz y me miró. Una mirada compresiva, sus ojos rojos e hinchados no impedían que de alguna manera pudiera leerlos.

-Hija, te diré algo: la venganza no lo es todo en esta vida. Tenemos que aprender a perdonar, sea lo que sea que esa persona nos haya hecho. Pero te entiendo, pensaste que era más divertido, más satisfactorio tal vez. Lo que te hizo Marlon, a ti, y a las otras muchas chicas que lastimó, es algo horrible y feo, que no se le debe hacer a ninguna mujer. Yo pensaba que ese niño te quería, y estaba muy feliz de que ustedes sean pareja, y cuando te fuiste, por mi mente no pasó que fue por Marlon.

>>Así que ahora, supongo que tal vez debas enmendar tus errores, estás a punto de terminar el año, si, aunque falten como cuatro meses, pero ese tiempo de seguro pasa rápido y ni lo notarás. Estás a punto de graduarte y estoy orgullosa de ti, porque a pesar de tus planes de venganza, pudiste tener buenas notas y pasar excelente, espero y siga así. Quiero que sepas que sea lo que sea que elijas yo estaré ahí para apoyarte y aconsejarte. Te amo mucho, hija-dijo y yo la abracé. Ésta mujer es todo para mí, la amo, con todo de mi la amo. Siempre ha estado y no quiero que deje de estarlo nunca. Quiero que se quede conmigo para siempre y que no sea apartada de mi nunca en la vida. Mi madre, era lo mejor del mundo. Y estoy muy feliz de tenerla en mi mundo.

-Gracias mamá, te amo-le dije y la abracé nuevamente.

-No es nada, para eso estoy. Pero ya, tienes que descansar. Si quieres mañana no asistas a la secundaria, entenderé. Duerme bien, te quiero-me dio un beso en la frente y se fue. Yo decidí tomar sus consejos, así que me dormí.

Y vaya que estaba cansada...

***

Marlon.

Dolor de cabeza. Así había despertado, con un maldito dolor de cabeza, pero cuando volví al mundo caí en cuenta que ese no era el único dolor que yo sentía, también tenía dolor por el amor, el maldito amor. Dolor por Scarlette, quien prefiere a Justin que a mí. Siento dolor por muchas cosas de mi vida, y ahora me pregunto, en medio de mi resaca. En medio de todo este caos. ¿Por qué? ¿Por qué lastimé a todas esas chicas? Siempre les decía que ellas eran apuestas, pero en realidad yo lo hacía porque quería, porque se me daba la gana de jugar con las chicas. Me encantaba ilusionarlas y luego las dejaba como si nada. 

Ese era yo, Marlon, el más popular, el que tenía a todas las chicas tras de él. Al que no le importaba nada y lo más importante, el que nunca se había enamorado. Todo eso hasta ahora ha cambiado, ya no soy popular, ya no tengo a las chicas tras de mí, me importan más cosas ahora, y me había enamorado perdidamente de Scarlette Harrison. Ella vino y se enredó en mi vida, hizo que la amara, me enamoró, y yo la amo. 

Pero después de todo lo que hecho, tal vez deba cambiar, porque de esto es que se trata, de hacer cambios. Este es un cambio drástico que necesito y quiero hacer. Por mi bien y el de todos.

Por dejar de ser un idiota...

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora