Epílogo

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Scarlette.

Siete meses después, Diciembre.

Llegué a mi antigua ciudad. De vuelta aquí después de cuatro meses en la universidad. Volveré a ver a todas las personas que amo, a mis Padres, a Justin, Kate, Samy, a mi hermano Simón. A todos los que amo y demás. Me alegra tanto estar aquí. Después de tanto sufrimiento hemos tenido nuestro nuevo comienzo. Hemos sido capaz de ser felices, de amarnos.

Tomé un taxi hasta mi casa, mi familia no sabía que yo vendría días antes de lo acordado, y yo quería darles una sorpresa. Como en media hora llego a mi casa, todo es tan bello. Me bajo del taxi, le pago al chófer, éste me entrega mis maletas y yo gustosa entro a mi añorada casa, a mi hogar.

-¡Familia!-grito, al pasar por las puertas-¡Estoy aquí! ¡Simón, mamá, papá!

Mamá sale de la cocina con el ceño fruncido, está confundida, pero su expresión cambia al verme a mi. Sale corriendo a donde estoy yo y me da un fuerte abrazo. Cuanto la amo.

-¡Hija! ¿Pero qué haces aquí? ¿No vendrías dentro de cinco días?-preguntó, ciertamente confundida.

-Si, pero decidí darles una sorpresa. ¿Qué te parece?-pregunté.

-¡Me parece maravilloso!-exclamó y volvió a abrazarme, estábamos tan felices.

-¿Y papá?-pregunté, al terminar el abrazo.

-Está en un viaje, él venía un día antes que tú. Es algo del trabajo-dijo mamá, me enojé un poco por eso. O sea, estamos en vísperas navideñas, ¿Qué no podían dejar a papá descansar? Ush, me enoja. 

-Ush-me quejé, pero decidí no protestar nada porque no quería arruinar nada, así que volví a mi sonrisa-¿Y qué tal todo mamá? 

-Bien mi niña, han llegado ya Samy y Kate. Simón y Justin llegan mañana-dijo ella, me llené de felicidad al saber que ya podía ver a mis dos amigas y que mañana veré a mi novio y hermano, es tan bello poder verlos a todos después de tanto. 

-Perfecto, y...¿Marlon?-pregunté, quería saber de él, ya que no lo había visto en bastante tiempo, o sea, desde que salimos de la secundaria. Marlon y yo nos prometimos algo y quería saber si él estaba cumpliendo con su palabra así como yo estaba cumpliendo con la mía, y espero que si lo esté haciendo. 

-Marlon, pues él ya ha llegado desde hace una semana, está bastante cambiado, ¿Lo vas a ir a ver?-preguntó mamá con un pequeño gesto de preocupación, a lo que yo le dí una mirada calmada. 

-Si, quiero verlo. No te preocupes mamá, Marlon y yo hemos quedado en buenos términos y no existe ningún sentimiento de odio entre nosotros, ¿ok?-le aclaré y ella reemplazó el gesto de preocupación por uno más calmado y radiante, a lo que yo sonreí. 

-Bueno pues entonces perfecto, si quieres puedes tomar las llaves del carro de tu papá e ir a visitarlo ahora, supongo que debe de estar en su casa-dijo y me dio un beso en la frente, me sonrió-estoy muy feliz de verte mi niña. 

-Yo también mamá. Volveré en unas horas-dije, para después tomar mi bolso y las llaves del auto de papá-te quiero. 

Dije y salí de la casa. 

Rumbo a donde Marlon...

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En ese momento Marlon me abría la puerta, y me quedó algo bastante claro: si había cambiado. Mucho, es como ver a otra persona, en sí. Marlon estaba un poco más alto de lo que lo recordaba, se había dejado crecer un poco la barba y ahora tenía una chispita en los ojos que me hace ver que se enamoró de otra persona, y me alegra. Ahora se le ve más relajado, más calmado, ya no está esa antigua expresión brusca que él siempre llevaba consigo. Ya no huele a alcohol como hace unos meses, ahora huele a una colonia fresca y que te hace sentir relajado y disfrutar de aquel olor. 

Marlon me recibió con una cálida sonrisa, sus ojos azules se alegraron, yo también le devolví la sonrisa, para después pasar a un cálido abrazo, dejándonos en claro que ya no hay ningún sentimiento negativo hacia el otro, todo era muy...maravilloso y alucinante. 

-¡Marlon!-exclamé al separarnos-¿Cómo has estado?

-Muy muy bien, ¿Y tú?-dijo, cuando yo me dirigía al sofá y él venía detrás de mí después de cerrar la puerta. Los dos nos sentamos en el sofá, para después empezar una cálida conversación. 

Las cosas con Marlon se habían arreglado, yo les pedí disculpas a todo aquél al que hice sufrir, él también hizo lo mismo. Los dos amamos a otra persona y no tenemos nada de odio entre nosotros. Todos absolutamente hemos cambiado, y no para mal, si no para bien. Hemos aprendido de todo esto y hemos aprendido perfectamente la lección, la hermosa lección:

No es correcto optar por la venganza cuando nos hacen cosas malas, aunque esta sea una Dulce Venganza.

FINAL DEFINITIVO

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora