CAPITULO III

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Habia alguien a quien le temía mas que a Ashley o Devon o cualquier persona en este mundo, y ese era mi padre. 

En realidad si no fuese por el, no me esforzaría tanto en la escuela, si pudiese elegir probablemente mis cursos serian algo como arte, fotografía o moda.

Pero es algo que papa jamas me permitiría, después de todo el era el asesor personal del alcalde, su mano derecha y yo tenia que hacer alarde de mi apellido.No podía ser cualquier cosa que desprestigie su apellido, así que estaba condenada a ser lo mas perfecta que pudiese.

El plazo para la entrega de trabajos había sido el día 30 del mes y he de suponer que Devon no lo había terminado, es allí cuando entro Ashley a amenazarnos a todos. No se exactamente como lo hizo, pero cuando la señora Ross lo pidió nadie lo presento.

─ ¡No puedo creer que nadie hiciese el trabajo! ─ Grita la Sra. Ross

─ Tal vez nunca lo dejo ─ responde Devon

Muy molesta la señora Ross y a pesar de nuestros ruegos para que lo aplazara no dio su brazo a torcer. Nos amenazo con un cero en el promedio. Y yo no podía permitirme tal nota. Pronto serian las inscripciones para la universidad y no lo lograría con alguna nota baja.

Así que al final, mientras todos se habían ido yo me acerco a ella como un ratón, no podía permitirme una nota baja, tampoco podía permitirme que alguien me descubriera.

─ Sra. Ross ¿puedo hablar con usted?

Ella me mira de reojo

─ Si es para pedir una nueva fecha, puedes irte Emma. Se dio una fecha y me parece una falta de respeto que ustedes crean que...

Y entonces saco mi trabajo

─ Ese es mi trabajo─ ella me mira

─ ¿Y porque no lo entregaste cuando se pidió?

La miro dubitativa, la analizo por unos segundos, conocía a la señora Ross, era una mujer muy justa. 

─ Le hice una pregunta!

Una lagrima resbala por mi mejilla, justo en el momento exacto y respiro aliviada, detestaba llorar sin lagrimas.

─ Sra. Ross, no puedo decircelo

─ ¿Porque no? ─ pregunta preocupada, mientras saca un pañuelo de su escritorio

─ Es que... es que Ashley me matara si se lo digo

Sé que ambas no se toleran, no desde que los padres de Ashley llamaron inepta a la Sra. Ross y casi logran su despido

─ No hace falta que me lo diga ─ dice dando un bufido ─ Supongo que se lo que sucedió

─ Por favor prométame que no le dirá a nadie ─ digo suplicante

Porque la Sra. Ross sabía al igual que yo que Ashley era capaz de despellejar a quien se metiera con ella.

─ No se lo diré a nadie Emma. Gracias por tu valentía

Una adrenalina invade mi cuerpo y aunque trato que mas lágrimas salgan de mis ojos, lo cierto es que quiero soltar una carcajada, porque había logrado salir intacta de nuevo

Una adrenalina invade mi cuerpo y aunque trato que mas lágrimas salgan de mis ojos, lo cierto es que quiero soltar una carcajada, porque había logrado salir intacta de nuevo

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Camino a mi casillero triunfante y rebusco mis libros de literatura.

Cuando me percato que Ben esta recostado en mi casillero, no puedo evitar el asombro que me produce, finjo que realmente no me importa, mientras sigo sacando otros libros mas

─ Me alegra saber que este semestre aprobare Historia.─ Dice

Mi cara se convierte en todo un poema, cambio de una sonrisa triunfante a un pánico extremo, y lo miro al instante, cerrando mi casillero de un portazo.

─ No se de que hablas ─ trato de sonar lo mas tranquila que puedo; pero mi corazón esta allí mismo, latiendo a todo ritmo.

El me mira con burla ─ ¿En serio no lo sabes Emma? ─ dice interesado ─¿Me pregunto como lo haces? Mentir con tanto descaro. 

¿Como lo había descubierto? Es decir la señora Ross no podría haberlo dicho, ademas solo habían pasado unos minutos.

Lo miro perpleja, tratando de entender que es lo que buscaba ¿extorsionarme?

─ No me mires así Emma, no he venido a extorsionarte─  Increíblemente me acababa de leer mis pensamientos. Trato de no  parecer asombrada

─ ¿Que es lo que quieres? ─ digo sin vacilación

─ Nada en realidad, aunque... ─ lo miro con impaciencia ─ te interesaría saber que no fui el único que te vio salir de la oficina de la señora Ross.

El pánico se apodera de mi cuerpo ¿Habia alguien mas? 

─  ¿Quien mas me vio? ─  pregunto con nerviosismo

Tarda unos segundos que se convierten en una eternidad mientras, mi nerviosismo crece mas, al punto de sentir que en cualquier momento mi corazón se detendría.

─  ¿QUIEN MAS ME VIO?- Pregunto con panico

Una sonrisa se dibuja en su rostro, lentamente acomoda el cabello hacia un lado y luego acto seguido se acerca lentamente y susurra

─  Devon Lane

Un sudor en frió invade mi cuerpo que recorre mi espina dorsal. Estaba acabada. Era el fin, mi vida se había acabado. Seria la nueva presa, y había visto a tres de ellos salir en el ultimo año. Humillados hasta desaparecer. 

Y yo me había convertido en la siguiente

Mi lista de chicos malos: La Perfecta MentirosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora