CAPITULO IV

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Yo era consciente que mi vida era una farsa. 

Me gustaba ir a la escuela porque tenia esa libertad de experimentar lo que era la tranquilidad. Me gustaba observar a mis compañeros. Leer sus mentes y de vez en cuando me gustaba pensar que podrían ser mis amigos.

Cuando llegue por primera vez pensé que seria así, no buscaba ser la mas popular, pero esperaba tener una o dos amigas, quería sentirme como una adolescente normal, pero la vida no te da limones cuando se los pides. Y a mi no me dio ni una sola amiga.

La vida en mi casa no era mas emocionante que eso. Mi padre solo me dirigía la palabra para asegurarse que llegara a ser la mejor de la clase; porque pensaba que un tercer lugar no era mas que vergonzoso.

Y mi madre estaba mas ocupada con sus plantas, que a veces envidiaba a las rosas de su jardín, deseaba ser tratada con la misma dedicación.

Y ahora mi vida estaba mas que terminada. 

No había podido dormir el día después de enterarme lo que Ben había dicho, pero cuando pasaron los días y no sucedía nada empecé a creer que Ben estaba jugando conmigo.

Pero no estaba dispuesta a averiguarlo. Cuando se trataba de las clases era la última en llegar y la primera en salir, Además  decidí dejar mi rincón en el comedor para comer en las bibliotecas, cual carrera dejaba mis libros para huir directamente a mi lugar seguro.

─ ¿Me parece me estas evitando? ─ volteo y allí esta Ben apoyado al frente de mi casillero

Yo me encuentro en pleno ajetreo. Tirando algunos libros. Cierro la puerta tan rápido como puedo

─ ¿Disculpa? ─ Digo dándole una vista rápida y siguiendo mi camino a la biblioteca. 

─ Supongo que no ¿A quién estas evitando? ─ dice el siguiendo mi paso

─ A nadie─ respondo con inquietud

─ ¿En serio Emma? ─ dice divertido ─ Pues no parece eso

Me detengo y lo miro con toda la fuerza que tengo ─ No evito a nadie

Abro la puerta y ingreso a la biblioteca, diviso el sitio mas oculto y oscuro que encuentre, era agradable saber que a estas horas solo habían alrededor: de una, a dos personas alli. Haciendo sus tareas o simplemente leyendo historietas.

Deslizo la silla lo mas delicadamente que puedo y Ben aun esta allí parado. Sin mas reparos el tira de la silla provocando un chirrido y se sienta  justo a mi lado

Lo miro y él dice ─ ¿Qué? No tenemos asientos designados

─ ¿Qué quieres, Ben? ─ abro algunos libros, para despistar 

─ Acaso no puedo venir a la biblioteca ¿o esta prohibido?

Se que esta jugando algo, solo que aun no se que es. No se que quiere o que busca de mi

─ Eres libre de ir donde te plazca, y tienes un montón de sillas─ señalo los asientos vacíos ─Allí.

El sonríe y yo deslizo mi galleta y con mucho cuidado procedo a abrirla

 ─ No quiero─ dice con descaro ─ Además tal vez lo que te diga te interese

Entonces capta toda mi atención

─ Devon no me vio ¿cierto? ─ digo con esperanza

El da una pequeña carcajada, lo que provoca que lo fulmine con la mirada

─ Si, estoy seguro que si te vio. Solo estoy curioso porque no te ha hecho nada ¿no te estas preguntando lo mismo ─ dice jugando con las hojas de mi cuaderno.

─ No, la verdad no me interesa─ miento 

─ Tal vez esta jugando contigo y pretende cogerte con la guardia baja─ ruedo los ojos─ O tal vez pretende obtener algo mas de ti. Ya sabes ─ dice de manera jocosa

─ ¿Eso es todo? ─ Digo cortante

─ No─ dice, acercándose peligrosamente─ Yo puedo ayudarte Emma─ Lo miro a los ojos─ ... a descubrir los secretos de Devon Lane ¿Entonces que dices?

─ ¿Qué tengo que hacer?




Mi lista de chicos malos: La Perfecta MentirosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora