Querido Haru:
No es mi intención parecer raro, pero hoy te observé mientras dormías. Te veías tan precioso, tan pequeño, tan frágil, tan inocente. Tus labios ligeramente separados, sentí mi estómago llenarse de mariposas. Eres simplemente una obra digna de admirar, cuando entrabas en una habitación todos volteaban a verte. Todos te conocían.
Te has convertido en mi todo, Haru. Eres la razón por la que me levantaba en las mañanas. Eres mi motivación, mi musa. Hiciste todo lo que pudiste para hacerme feliz y lo lograste. Solo ver tu rostro, me hace feliz.
Con amor, Makoto.
