4... "Recital No Requerido"

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Simplemente me parecía un libro realista. ¿Cómo salir de este laberinto? Una pregunta que no todos se hacen, ya que estan conformes con la triste y falsa ilusión de que todo es "perfecto". Ya estaba en las últimas páginas del libro, creo que lo leería nuevamente sólo para tratar de pensar en cómo respondería a la pregunta de Bolívar "¿Cómo salir de este laberinto?".

Mi café se terminaba al igual que la lista de reproducción en mi teléfono. Terminando de leer la última página, me levante y recogí mis cosas; mis audífonos aún en mis oídos distrayendome de lo que pasaba a mi alrededor. Tire el vaso de café y salí del establecimiento. No tenía prisa en llegar a casa, aún eran las 2 y tenía práctica de piano.

Presione el botón de "Replay" en mi teléfono y segui mi camino. El único problema con mis clases de piano, es que, desgraciadamente el aula en donde recibo clases es el salón #115. El aula de música en la Universidad.

El camino se acortaba cada vez más, dejándo a la vista los primeros avistamientos del gran lugar. Las paredes de color blanco, y la bandera del lugar ya se veían perfectamente. Cuando llegue la primera vez; me pregunte (y también pregunte) ¿Para qué necesita una bandera la universidad? Y la única y mediocre respuesta fue: "Por que el Director lo solicitó de esa forma". Verdaderamente esperaba algo mas sustancioso; pero no.

-Hey!- saludé a Charlott. Una mujer bajita, tal vez demasiado. Con un hermoso y brillante cabello rojizo casi color fresa. Pero, con los dedos más elásticos y rápidos que podrás encontrar. Me saque los audífonos y guardé todo lo que contenían mis manos.

-Hola Emma- respondió ella sonriendo- tengo grandes noticias para hoy- dijo juntando sus manos a la vez que tomaba asiento a un lado del piano.

-A ver- dije sentandome en la silla del piano y dejando mi bolso a un lado- ¿Debería adivinar o?..

-¡Te conseguí un puesto en el resital!- Pude sentir como mis ojos se desorbitaban- ¡Oh vamos!- dijo molesta- ¡Eres una gran pianista! y mi mejor alumna...

-¡Soy tu única alumna, y la razón de que sea tan buena, es que no tengo nada más que hacer!

-¡Oh vamos! Eres la persona más testaruda que conosco y no creo encontrar a nadie igual o peor que tu- dijo seria para luego sonreír de lado- empezemos con tu clase.

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