Mi turno había empezado hace una hora y media y ya estábamos abarrotados en clientes. Sólo ansiaba la hora de mi descanso, para poder sentar mi trasero y poder respirar un poco.
-Hey! Michael! La mesa 3 necesita un par de cosas- mer gritó Calum.
-Muy bien chino!- le grite en respuesta.
-¡Que no soy chino!
-Para mi siempre seras chino- respondí y ambos reímos.
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-Aquí es- dijo Chris abriendo la puerta del abarrotado local- Guao... Y pensar que cuando abrieron habían 10 personas como máximo.
-Entonces supondré que es un gran café.
-En eso tienes razón- dijo acompañandome a una mesa con un gran ventanal.
El olor a café inundaba el lugar y disfrutaba infinitamente ese olor. Las paredes eran blancas con marcas con diseño al estilo Travel, el piso de color negro y muchos cuadros de arte abstracto. Un par de plantas colgantes adornaban el techo y varios narcisos y lilas en el mostrador y mesas denotaba la atención a los pequeños detalles.
-Es muy lindo ¿No crees?- pregunte mirando a mi alrededor- sobre todo el... Oh Dios...
Y allí lo vi, un gorro gris azulado cubriendo la mayor parte de su cabello. Perfectamente de espaldas a mi, con sus jeans negros, un suéter gris desteñido y las botas que se ponía todos los días...
-¿Emma que tienes?
-¿Nos podemos ir?
-¿Qué? ¡No!- se apresuró a negar.
-Sólo vamonos Chris- dije tomando todo el oxigeno que mis alvéolos pudieron contener- ¿Por favor?
-¿Por qué?.. Ohhh, ya veo- Supongo que la muy perra de Chris siguió mi mirada ¿Tanto tiempo me quede viéndolo? Oh Dios, que patético.
-¿Le has hablado?
-Chris cállate
-No es tan feo, pero no entiendo porqué te gustan tanto los de cabello teñido y tatuajes- habló sin importarle mi comentario anterior.
-¡Christian Benson Keys cállate- dije entre dientes- y vamonos!
-¿Qué?- dijo socarrón- es lindo...
-¡Maldita sea Christian vamonos!- dije frustrada. La muy perra de él solo alzó la mano y lanzó un silbido a lo que Michael, las personas y el resto del personal volteó.
-¿Nos podrías atender?- dijo hablándole a Michael
-Claro, enseguida- respondió confuso apresurandose a nuestra mesa- Buenas tardes, ¿Qué quieren ordenar?- pregunto sin levantar la vista de la libreta. No lo culpo si se muere de vergüenza.
-Para mí, un café negro sin azúcar- dijo sonriente- y para la Señorita a mi lado- Michael alzó su vista y juro que lo vi sonreír divertido. Mis cachetes se pusieron rojos al igual que mi cara- un frapuccino
-Muy bien, velvo en 10 minutos con sus ordenes- dijo y se marchó.
-¡Te juro que te voy a arrancar los ovarios!- dije en un gruñido.
-Oh vamos! No estubo tan mal. Además, soy hombre, no me puedes sacar los ovarios- sonrió confiado.
-Le puedo decir a la tía Alicia que eres gay- sonreí cruel, a lo que el desorvito sus ojos.
-No, Emma, no empieces con eso- empezó asustado. La loca de su madre es una Homofobica empedernida, y si llegara a saber que su hijo es gay se mataría- ¡Emma con eso no se juega!
-¡Claro que jamás le diría que eres gay! Te quiero demasiado como para hacer algo así- lo abracé por sobre la mesa- pero si sigues con lo de Michael te castro- le susurre seria.
-Bien- alzó sus manos.
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-¿Cuánto falta Cal?- le pregunte riendo. Verdaderamente no esperaba encontrar a Emma aquí; y maldita sea, me asustaba, mejor dicho, me molestaba la idea que estuviera en una cita con aquel tipo.
-¿Me escuchaste?
-¿Qué cosa chino?
-Neo zelandes o Kiwi- respondió serio- aquí esta lo de la mesa de la chica del cabello lila y el tipo de gafas- respondió riendo y entregandome una bandeja.
-Gracias- tomé la bandeja y camine hasta la mesa de Emma. Se veía sonriente y divertida. Se veía hermosa, no pude evitar sonreír ante ese pensamiento- aquí tienen- dije viendo la mesa- un café negro y sin azúcar para usted y un frapuccino para Emma- no pude evitar sonreír cuando me vio, a lo cual sus mejillas tomaron un poco de color. Se veía adorable.
-Gracias Michael- dijo tomando el vaso de mi mano rozando sus dedos contra la palma de mi mano. Supongo que yo también me sonroje ya que me ardía el rostro, pero trate de disimular.
-Por nada
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Something I Need
FanfictionCasi nunca nos hablábamos, solo nos veíamos, algo que con suerte sucedía. Siempre llevaba un suéter negro de lana, o alguna camisa ancha. Su cabello ondulado a veces suelto, con las puntas decoloradas; a veces teñidas de algun color o de lo que qued...