Shino estaba acomodando todos sus regalos en su camerino compartido. Se cambiaba, arreglaba y bromeaba con las otras 9 chicas que la acompañaron en el show.
-Hoy los dejaste locos, preciosa. –Le comentó una de sus compañeras.
-Más de lo habitual, creo que esta noche el espectáculo fue mejor.
Estaba desmaquillándose cuando escuchó aplausos en la entrada del camerino.
-Decir que estuviste fenomenal es poco, me sorprendió mucho todo el espectáculo. Vestida con ese abrigo y ese sombrero dude si en verdad eras tú.
-Shinkawa...¿vienes a molestarme tan temprano? –Shino soltó una risa después de decir aquello.
-Si quieres te vengo a molestar más tarde, claro.
Shino volvió a reír. Era muy gustoso para ella molestar a Shinkawa.
Sostenía un ramo de rosas en ambas manos, para luego ofrecérselas a Shino.
-Que dulce de tu parte, mi amor. –Shino tomó el ramo de rosas, se acercó a Shinkawa y le dio un beso en los labios, (¡Eso arde como sal en la herida para los amantes del kinon! >:D).
Después del beso, Shino olio las rosas delicadamente, estaban bien perfumadas.
-Muchas gracias, Shinkawa.
-De nada, Shino. Anda, vamos a casa.
Shino y Shinkawa llevaban como novios por lo menos dos años, él podía llegar a ser violento muchas veces. En sus accesos de mal genio incluso llegaba a golpear a Shino...pero decía que era porque la amaba demasiado.
Además, Shinkawa era, literalmente, todo para Shino. Él le había dado un refugio cuando no tenía a nadie con quien contar.
La había salvado de una vida llena de penurias...aunque Shino no era feliz del todo.
Pero eso era controlable...porque ella era muy manipulable.
Hace unos meses tuvieron una fuerte discusión, la conejita estaba más que decidida. Se iría de la casa de Shinkawa y se estaba dirigiendo a la puerta para irse, hasta que él la tomó del brazo.
-¡Quítame las manos de encima, hijo de puta, maldito! –Shino había llegado tarde a casa, por eso Shinkawa estaba enloquecido por la rabia y los celos.
-¡Se perfectamente que te gusta ser una puta!, ¿no soy suficiente...no es suficiente todo lo que te doy?...¿no te doy la vida que te mereces?
-Es más que suficiente...creó que es más de lo que merezco...perdóname Shinkawa.
-Ven aquí...déjame darte un abrazo.
Shino se alejó el umbral de la puerta y fue hasta Shinkawa, el cual le propinó un puñetazo que hasta sus nudillos se magullaron por la fuerza con que se lo había dado.
El golpe fue de tal manera que la tiró al suelo, estaba tan aturdida que ni siquiera sentía el dolor.
-Shino sabes que te amo...y es ese mismo amor que te tengo por lo cual te hago esto...¿no crees que tengo razón?
-S-si...ti-tienes razón...¿Quién tan bueno como tú?
-Ven, levántate...vamos al cuarto.
Shino no se podía ni poner en pie de lo mareada que estaba, sus piernas le temblaban y su coordinación fallaba.
-Vamos, cariño, vamos al cuarto...hay que descansar.
Shinkawa se llevó a Shino, la cual estaba completamente tambaleante por el golpe que se había dado en la cabeza al caer contra el suelo...además del puñetazo que Shinkawa le dio.
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El Dottore y la Conejita
Fiksi PenggemarKazuto Kirigaya es un hombre adinerado, con el poder de comprar lo que quiera a excepción de una cosa...el amor de su mujer o el amor de su hija. Por esto mismo es que kazuto se ha obsesionado con una misma palabra: "suicidio". En una noche de aquel...