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Le había costado mucho, pero finalmente logró que KyungSoo borrara aquella idea tan alocada como lo era terminar su relación, él bien sabía que no era el mejor novio del mundo, pero había intentado ser un poco más de lo que KyungSoo quería, más atento, más cariñoso, más lindo, más... Sincero.

Durante años, JongIn había salido con chicas, no fue hasta que apareció KyungSoo en su trabajo cuando por primera vez dudo de su sexualidad, le costó mucho aceptarlo, pero era más que evidente que ese pequeño gruñón de tan solo 26 años de edad, lo estaba provocando con cosas tan insignificante como era acercarse y rozar su piel, era extraño, pero debía de aceptarlo, se había enamorado de un cliente frecuente de la la tienda en donde trabajaba para ese entonces.

Abrirse al mundo con su nueva relación no había sido fácil, las personas a su alrededor se habían acostumbrado al verlo con alguna chica, sabía que aparecer de la noche a la mañana, saliendo con un chico, armaría un escándalo en su círculo social, y eso era lo que menos quería.

Aceptaba que su comportamiento con el mayor era injusto, pero él no estaba listo para tocar un cuerpo similar al suyo, estaba tan acostumbrado a las chicas, que no sabía cómo iniciar con KyungSoo, era un principiante o le estaba dando muchas vueltas al asunto y debería simplemente dejarse llevar.

Pero poco a poco iba avanzando, pero mientras el avanzaba lentamente, KyungSoo se cansaba de la situación y gracias a eso llegó la idea de culminar su relación, cosa que aunque JongIn sabía perfectamente que sería lo mejor, no lo iba a permitir.

Esa mañana, cuando apenas se despertaba, sintió una leve picazón en su cuello, pero simplemente la ignoro. Feliz de que esa era de las pocas ocasiones en las que dormía de cucharita con el mayor, dejo que sus manos acariciaran el cuerpo ajeno, desde los pequeños y frágiles hombros hasta su...

Sintió una clase de masa en donde deberían de estar las tetillas de KyungSoo, apretó un poco, incrédulo ante la sensación de tener alguna clase de suave y redondo en su mano, o al menos algo parecido a ello, no sabía perfectamente de que se trataba, pero era algo similar al pecho de una chica...

Río bajo, diciéndose a si mismo que seguía dormido, pero aún así, para estar seguro, fue bajando su mano por el cuerpo de KyungSoo, frunció levemente el ceño al sentirlo más delgado de lo normal, se encontró con una curva que muy bien él sabía que no existía en el cuerpo de su novio, pero aún así, negándose a abrir los ojos y repitiéndose una y otra vez que todo aquello era producto de su mente aún no del todo despierta. Llevo su mano a la entrepierna de su pareja, esperando encontrarse con un pequeño bulto en medio de estas.

Pero estaba plano y solo hasta entonces, JongIn abrió los ojos, dándose cuenta que aquella picazón en su cuello era gracias a una larga cabellera negra. Se alejo un poco, acomodando a KyungSoo de la mejor manera posible, así, para cuando JongIn se sentó en la cama y pudo contemplar el cuerpo de su novio...

Se encontró con una figura frágil, delgada y pequeña, unos pechos propios de la anatomía femenina, cintura pequeña, un abdomen completamente plano y como si fuera poco, pudo comprobar que en medio de sus piernas no había nada. Tenía el cuerpo de una chica ante él, pero al fijarse en las facciones del rostro de ésta, era imposible no notar que está chica compartía un gran parecido con KyungSoo, desde su piel pálida hasta sus labios de corazón.

Ella dormía tranquilamente, él creía que se trataba de un sueño, no del todo malo, porque debía de aceptar que la chica era extremadamente preciosa, como su pequeño Bebé Soo pero en versión femenina.

Se pregunto, que si siendo mujer seguiría igual de gruñón y amargado.

El pequeño cuerpo entre las sábanas se comenzó a mover, estaba despertando y JongIn seguía creyendo que se trataba de un simple sueño. Unos grandes ojos oscuros y somnolientos lo miraron perezosamente, tallo sus ojos con suavidad, bostezando mientras se sentaba, estiro sus brazos y se rasco la cabeza, desordenando su cabello aún más.

¿Bebé Soo? | KaiSoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora