4 de septiembre (Amaia)

326 20 5
                                    

Querido diario:
Hoy es 4 de septiembre, un día especial. Hoy me he levantado como todos los días y he bajado a desayunar, he desayunado y cuando me iba a ir a vestir alguien llama al timbre. Le digo a mi hermano que abra el y yo me voy a cambiar. Me cambie lo más rápido que pude y cuando baje me lleve una gran sorpresa, ahí estaba Alfred hablando con mi hermano.
- Alfred, ¿que haces aquí?
- Pues he venido para que vayamos juntos al colegio, ya sabes cómo se ponen la chicas y me apetece pasar un rato contigo.
- Pues me encantaría, voy a coger mi mochila y nos vamos.
Hice como que iba a mochila pero en verdad me quedé pensando, como podía ser tan mono Alfred, realmente me gusta muchísimo no sé cómo le puedo querer tanto. Estaba pensado hasta que alguien me abrazo por detrás, sabía que era él y me apoye en su pecho.
- Amaix, nos tenemos que ir
- Tienes razón, perdón por tardar me he quedado pensando en una cosa.
Cojo mis cosas, nos despedimos de mi hermano y nos fuimos yendo hacia el colegio. Fuimos como ayer cogidos de la mano y hablando sobre nuestras cosas, cuando llegamos al colegio todas las chicas se abalanzaron sobre él y le tuve que soltar la mano. Me fui yendo para clase, me senté en la mesa y vi que había un papelito que estaba doblado. Lo desdoble bastante nerviosa por lo ponía y lo empece a leer despacio y me asombró bastante lo ponía, era una frase que la verdad nunca había escuchado, madre mía le tengo que contar esto a Alfred. Intente descifrar la letra, para saber de quién era pero no lo sabia, estaba mirando detalladamente cada cuaderno de la gente pero no lo encontraba y así estuve hasta que llegue Alfred.
- Por fin me han dejado en paz las chicas pesadas.
- Oye, no todas las chicas somos pesadas.
- No tú no eres pesada, tu eres preciosa- dijo mientras me dejaba un tierno beso en la comisura de los labios. Me salió una sonrisa en la cara de oreja a oreja.
- Mira Alfred esto.
Le enseño el papel y lo estuvo viendo un rato, me dijo que intentaría averiguar al chico que lo había escrito. Lo raro fue que en los cuadernos de las dos siguientes clases me encontré otros dos papeles, así que me los guarde. Íbamos a ir al patio pero como no las chicas se acercan a Alfred, el me hizo un gesto para que le esperara y le espere.
- Me queréis dejar de molestar, pesadas- dijo Alfred ya muy cabreado.
- Te dejaremos si besas a una de nosotras.
- Ya veras la que arma- dijo la chica del flequillo.
- Vale pero un beso en la mejilla.
- Hecho- dijo una de ellas que era bastante guapa.
Yo estaba bastante celosa, aunque solamente Alfred fuera a besar en la mejilla, me ponía ner... no pude acabar de pensar porque sentía unos dulces labios en mi mejilla, sabía que era él y solamente pude disfrutar de ese beso aunque durara segundos.
- ¡Ha besado a la nueva!- empezaron a gritar todas
- Eres una puta, Alfred era nuestro llegas tu y lo estropeas todo.
- Ella no ha estropeado nada, yo no os quiero cuando os vais a dar cuenta. Vámonos pequeña.
Me cogió de la mano y me sacó de allí, estaba empezando a llorar y él se dio cuenta. Salimos al patio y me llevo a un sitio bastante apartado del resto, no me dio tiempo a decirle nada porque me abrazo. Quería que ese abrazo durara para siempre.
- Amaia, no las hagas ni caso, si te he dado el beso es porque me apetecía y eres especial.
- Me ha encantado y gracias por estar aquí aguantándome.
- ¿Como que aguantándote?- dijo separándose de mi- Estoy aquí porque quiero, porque te quiero.
En ese momento no respondí, Alfred me había que me quería, yo también le quería se lo tenía que decir pero no me salían las palabras. Cuando me quise dar cuenta el ya no estaba, si es que soy jilipollas. Fui corriendo intento encontrarle, no lo encontraba en ninguna parte. Sonó el timbre y me fui a clase para ver si estaba allí. No estaba y el profesor estaba entrando por la puerta, yo estaba muy preocupada. Espera había dicho preocupada, nunca había estado preocupada en mi vida excepto por una persona, no puede ser él o si. Ya había empezado la clase y él no estaba, me está rallando con mis propios pensamientos. Pero un sonido en la puerta me saco de mis pensamientos, era el directo que tenía a Alfred al lado, pero estaba sangrando no tanto como ayer.
- Perdona por molestar, pero nos hemos encontrado a este chico así y no cogen el teléfono sus padres...
- Yo le llevó a mi casa y le curo- dije interrumpiendo al director.
- ¿Vais a tardar mucho en llegar?
- No está aquí al lado, tardemos 5 min.
- Bueno venga pero ir rápido.
- Si
Cogí todo y salí de clase, le cogí de la mano a Alfred y salimos de allí andado como siempre. No hablábamos todo era muy incómodo, por suerte estaba cerca mi casa y llegamos rápido. Entramos y le dije que se sentara en el sofá, me fui a por el botiquín y llegue, vi que Alfred se estaba empezando a marear así lo cure lo más rápido que pude. Mientras le curaba, el no paraba de mirarme y eso me ponía muy nerviosa. Después de un rato termine de curarle y le susurré al oído:
- Ya estás perfecto mi príncipe.
Le di un beso en la mejilla y vi el momento perfecto para hablar, pero quería saber que le había pasado.
- Alfred, ¿que ha pasado?
- No ha pasado nada.
- No soy jilipollas
- Ya se que no lo eres, yo no he dicho eso.
- Pues cuéntame qué narices a pasado Alfred.
- No creo que te interese
- Pues claro que si, me preocupas
Vi como en ese momento Alfred empezaba a llorar y agachaba la cabeza. No me pude resistir y le di un abrazo, que fue eterno. En el abrazo estuve pensando en todo lo que iba a pasar, me gustaba Alfred pero él tenía a muchas chicas detrás de él y por más que él dijera que no seguro que le gustaba alguna chica y yo no soy nadie. Soy una pringada a la que nadie quiere, pero Alfred Antea me ha dicho que me quería y eso me ha dejado muy rallada. No sabía que decirle, quería hablar del tema con él para saber porque me lo había dicho y si me lo había dicho como amiga o si sentía algo más por mí.
Cuando Alfred ya estaba más relajado nos separamos y le di un besito en la comisura del labio aunque me gustaría dárselo en otro lado. Alfred me sonrió y se acercó más a mi, me quitó en pelo que tenía en la cara. Estamos a centímetros... Pero no, no sucedió porque llegó mi hermano. Nos separáramos al instante.
- Amaia ¿que haces aquí tan pronto? Huy, hola Alfred- dijo sorprendido.
- Que Alfred estaba sangrando y hemos venido para poder curarle.
- Mírala como le cuida- dijo con cara picara.
- Calla Javi, es mi amigo y me preocupo por el- dije mirando a Alfred.
- Yo me voy a tener que ir yendo, no quiero molestar. Muchas gracias Amaia.
Me dio un beso el mejilla, super tierno y dulce, se noto que esta vez lo quería hacer con delicadeza. Yo no quería que se fuera y aunque me costo conseguí convencerle.
Mi hermano hizo la comida y comimos todos juntos entre risas. Subimos para hacer los deberes y le propuse ver una peli, la cual acepto sin ningún reproche.
- Chicos ¿queréis merendar?- dijo mi hermano entrando en la habitación.
- Si que tengo un hambre ¿vienes cuqui?
El asintió y me cogió la mano y la entrelazó. Mi hermano le miro a Alfred y el sonrió, ¿desde cuando se llevaban tan bien? Alfred hizo la merienda y merendamos los dos en un silencio que estaba matando. Subimos y acabamos los deberes.
- Pues ya esta, ahora peli
- Si , pequeña
Nos tumbamos los dos en la cama, yo estaba apoyada en las piernas de Alfred. Mientras el me acariciaba el pelo y me miraba con una carita que la cogería y la besaría yo puse una peli. La estuvimos viendo en silencio, pero de vez cuando notaba la mirada de Alfred en mi y yo a veces tan le miraba. Cuando acabo Alfred se fue y yo como siempre le di un beso en la comisura de los labios. Ahora tocaba lo peor el interrogatorio de mi hermano.
- Que me decias ¿que no le gustabas a Alfred?, por que no se lo dices y le besas de una vez.
- Te odio, es que no se si le gusto y sabes que estas cosas me dan mucha vergüenza.
- Invitale mañana para comer también y así lo descubres.
- Que eso no es lo peor, un chico me ha escrito una canción, mira estos papeles.
1: Amaia, estoy enamorado de ti y te he escrito una canción.
2: Nunca llegue a imaginar.
3: Que viajar a la luna sería real
4: Lo pones todo al reves
5: Cuando besas mi frente y descubro por que
6: Ya no puedo.
- Es muy bonita Amaia
- Solo me vas a decir eso
- Estoy segura de lo que has hecho, has inspeccionado todas las letras menos la de una persona, después le has dicho a Alfred que te ayudara.
- Me voy a la cama, adios.
Y así acaba mi día, gracias por escucharme mi fiel compañero.
______
Espero que os esté gustando la novela💚

Junto a ti|AlmaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora