5 de septiembre (Amaia)

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Querido diario:
Anoche estuve pensando en todo lo que me había pasado en lo que llevo en Barcelona, he conocido a una persona que me cuida y me quiere, mi chico de pelo rizado y de ojos negros. Lo que me enamoro de él, porque si estoy enamorada de él ya lo sé seguro fue su sonrisa, con sus palas separadas que le hacían completamente perfecto. Él me ha defendido ante un chico que descubrí que era el matón del colegio, que con un puñetazo te puede matar y él me defendió, eso no lo hace cualquiera, era un chico muy bueno y se merecía todo lo bueno.
También estuve pensando en lo que me dijo mi hermano, tenía toda la razón, Alfred podría ser la persona que me ha escrito la canción, necesito averiguarlo pero espero que si porque me gustaba muchísimo, estoy enamorada hasta las trancas.
Hoy me tuvo que levantar mi hermano ya que debido al cansancio que tenía no oí el despertador.
- Amaia, despierta que es tarde
- 5 minutos más porfi- dije adormilada
- Dentro de un rato va a venir Alfred
Según escuché su nombre me levante rapidísimo y mi hermano se empezó a reír, no entendía porque.
- Amaia, de verdad que no entiendo, tu duermes mas que un koala y nunca hemos sido capaz de despertarte, solamente nombro a Alfred y te levantas con una velocidad que ni los atletas profesionales corren tanto.
- Javi calla, eso no es verdad.- dije enfada
- Anda vete preparándote.
Baje a desayunar, me prepare un café y me acorde de ayer cuando Alfred me preparo uno con un corazón y sonreí como un tonta, estaba sonriendo a la nada pero a la vez lo sonreía a todo.
Mientras está desayunando sonó el timbre, sabía que era el así que corrí a abrirle, efectivamente era el y iba guapísimo con unos pantalones vaqueros que le marcaban todo el culo y una camisa que le quedaba de miedo, no me lo pensé dos veces y me tiré a sus brazos. A él le sorprendió  el abrazo pero me lo correspondió.
- Buenos días, peque- dijo separándose del abrazo.
- Buenos días mi niño, ¿que haces aquí tan pronto?
- Quería verte cuanto antes.
Yo ahí me derretí de amor pero como podía ser tan bonito, yo no lo entendía era lo mejor de este mundo y se lo iba a decir, me acerqué a él para darle un beso en la mejilla y darle otro abrazo. Me subí para cambiarme mientras seguía muerta de amor con Alfred, era un bebé y le quería, no lo quería perder pero tengo mucho miedo cuando descubra todo sobre mi se vaya.
Baje abajo y vi a mi hermano y a Alfred hablando, como ya estaba haciendo costumbre.
- Amaia te ha aducido un alíen y esta es tu cuerpo.- comentó mi hermano
- No ¿porque dices eso?- pregunte preocupada
- Es pronto y tú tienes fama de llegar tarde.
- Te odio- bufé
Vi como Alfred se está riendo de la situación, me acerqué a él y él me cogió de imprevisto por las caderas para quedar muy juntos, yo le sonríe y le di un beso en la comisura del labio.
- Podéis dejar de tontear que me siento solo- nos interrumpió mi hermano
- ¡No estábamos tonteando!- grite enfadada
- Pero si os estabais comiendo la boca
- Eso no es verdad, era un beso en la comisura del labio.
- Pues mejor os dejo solos para que os podáis comer la boca.
Y se fue, dejándonos a Alfred y a mí solos, me gire para ver a Alfred y le vi rojo y con una lágrima en los ojos, mierda para que abre dicho nada. Fui corriendo a abrazarle, el no me correspondió me estaba empezando a preocupar bastante.
- Alfred ¿que te pasa?
- Nada, es una tontería
- No es una tontería si estás llorando Alfred
- No estoy llorando, no te preocupes pequeña
- Pues claro que me preocupo, te quiero mucho
- Gracias mi vida
Me dio un besito en la nariz, después uno en la mejilla, otro en frente, otro en la cabeza, en la comisura de los labios y otro en el cuello. Le agarre de la nuca y junte nuestras frentes, le quería besar pero tengo mucho miedo a que todo esto cambie.
- Alfred, nos tenemos que ir
- Es verdad- dijo separándose
Cogimos todo y nos fuimos cogidos de la mano, no llevábamos nada andando y yo ya estaba cansada, él me cogió la mochila y iba tirando de mi, era tan bonito. Cuando llegamos al colegio, me fijé en cómo todas las chicas venían así que sin pensármelo dos veces abracé a Alfred, para dejarlas claro que es solo mío.
- Alfred ¿podemos hablar?- dijo la chica del flequillo
- Claro, pero si puede ser aquí
- No Alfred, hazme caso
- Esta bien, ahora voy Aiti.
Me di un beso en la mejilla y me susurró al oído "tranquila es mi hermana".
Alfred se fue y me quería ir a clase pero me cogieron del brazo y no me dejaron ir.
- Tu no te vas a ninguna parte- dijo una chica bastante guapa.
- Nos a decir cómo has seducido a Alfred.
- Seguro que has hecho algo, el nunca nos hace caso.
- Es que es una guarra, seguro que se lo ha follado.
- Puta eso es lo que eres.
En ese momento corrí como jamás he había corrido, las lágrimas ya salían de mi cara, no quería volver a vivir ese infierno. En un momento que me choque con un chico que al verme llorando se preocupo por mi.
- Hey, ¿que te pasa?
No dije nada me quedé muda, era demasiado complicado todo para poder expresarlo. El al ver que no decía nada me abrazo, me reconfortó un poco pero no todo lo que se podía, porque no eran sus brazos, los brazos de mi chico, de Alfred, solo estaba segura en sus brazos. Me separé del abrazo cuando ya me había calmado.
- Gracias ...
- Agoney- dijo tendiéndome la mano.
- Amaia, encantada.
- Eres la nueva ¿no?
- Si soy la nueva.
- Pues te digo que eres muy afortunada de tener a Alfred a tu lado.
- La verdad es que si, me cuida mucho.
- ¿Es verdad que se pego con Ricky?- pregunte curioso.
- Si, fue para defenderme.
- Jamas había visto a Alfred tener tanta amistad con alguien.
- ¿Enserio?- dije sorprendida.
- Si, todas las chicas van por él y los chicos le odian por que ninguna quiere salir con ellos.
- Pobre Alfred
- Yo creo que las dos únicas personas que no le odiamos aquí somos tú y yo.
- ¿Y tú porque?
- Porque yo soy gay y no me interesan las chicas, además Alfred me parece un buen tipo.
Justo sonó el timbre de clase y nos despedimos. Me había caído muy bien Agoney y esperaba poder hacerme un amigo aquí por fin. Llegue a clase y Alfred ya estaba sentado, delante nuestra estaba la chica con flequillo que al parecer era hermana de Alfred.
- Hola Alfred.- dije sonriente.
- Hola- me dijo seco.
- Alfred ¿que te pasa?
- Nada Amaia, que estoy un poco cansado.
Sabía que eso era mentira, no sabía que le estaba pasando hoy a Alfred y me estaba preocupando bastante.
- Se que te pasa algo, me estás preocupando- dije mirándole muy fijamente a sus labios.
- Porque no se lo preguntas a tu amiguito- soltó con un tono cabreado.
No tenía ni idea de qué narices le estaba pasando a Alfred pero lo pensaba averiguar, pero a qué amiguito se refiere no lo entiendo.
- Buenos días- interrumpió mis pensamientos el profesor que acababa de entrar- vamos a hacer un trabajo por parejas pero las elijo yo.
Aitana con Alfred
Cepeda con Miriam
Roí con Ana
Amaia con Agoney
Bien me había tocado con Agoney, al menos voy a estar con alguien que me cae bien y no está raro, ni borde conmigo.
- Compii
- Hola Ago ¿que tal?
- Bien y tú con... ¿ya sabes?
- Esta súper borde conmigo, yo no le hecho nada.
- Bueno, vamos a concentrarnos en el trabajo, después habla con el.
- Gracias y si vamos a empezar ya que lo nos da tiempo- dije cogiendo el cuaderno, lo abrí y ahí estaba la nota con parte de la canción, sonreí como una tonta.
- ¿Y esa sonrisa, parece que estás enamorada?
- Es que lo estoy, mira me lo ha escrito el.
- Te lo dije es un buen chico.
- Es increíble, si tuviera valor para decirle que estoy locamente enamorado de él.
- ¡Que acabas de decir! - gritó Aitana de repente.
- Ya llegó la maruja- Se rio Agoney.
Aitana se levantó de su sitio y vivo corriendo hacia nuestro sitio.
- ¿Te gusta mi hermano?
- Si, creo que se nota un poco
- A ver si se nota, porque los abrazos que os dais, estáis todo el día cogidos de la mano y no os separáis para nada.
- Es que es tan mono Aitana.
- Te prometo que vais a acabar juntos, sois super cuquis los dos y el también esta loco por ti.
- Gracias Aitana.- dirigí mi mirada a Alfred, daba mucha pena, estaba en la mesa y probablemente llorando no me pude aguantar y me levante- Ahora vengo.
Me acerqué lentamente a él, le abracé por detrás y él se dejó pero cuando se separó me dijo algo que me choco.
- Porfavor Amaia, no hagas esto más difícil.
- Esto es muy fácil Alfred, solo me lo tienes que decir.
- No, no es tan fácil como tú crees- me dio un beso en la mejilla y me acarició la mejilla muy tiernamente, era increíble la sensación que me daba, no la podía describir, cuando estaba con él me sentía agusto.- Te quiero, nunca lo olvides.
Y una voz me interrumpió, estaba soñando despierta, joder porque sueño con esas cosas.
- Amaia, la baba- me dijo Aitana.
- Hay que vergüenza
- Tranquila, todos nos enamorado alguna vez.
- Anda calla y vete a hacer el trabajo con tu hermano.
- Ya voy, después hablamos
- Vamos Amaia a hacer el trabajo.
Las tres horas de clase se me hicieron eternas, Alfred no me hablaba pasaba de mi, yo le hablaba y no me contestaba, le cogía la mano y me la quitaba, había hasta intentado darle un beso en la mejilla y le había dicho que le quería que era lo único que me importaba, que no le quería como un amigo que me gustaba pero no me hacía caso, era imposible, me desespere.
Cuando sonó el timbre me fui al baño y me encerré en uno y me puse a pensar en todo lo que significaba Alfred para mi, ya sabía que era lo más importante para mi, que era a lo que más quería en el mundo, eso lo tenía claro y no lo quería perder por nada del mundo. Empece a pensar en lo que había hecho Alfred por mi, me ha cuidado que es una cosa que valoro mucho, no me critica y lo más importante me quiere, me quiere por como soy y solo lo hace el, solamente el joder si es que le necesito en mi vida. Salí del baño corriendo hacia el patio, pero no lo encontró decidí preguntar a la gente hasta que vi a Aitana con las chicas que antes me acosaron.
- ¡Aitana!- grite para llamar su atención.
- Hola Amaia ¿que quieres?
- ¿Sabes donde está tu hermano?
- Creo que se fue a vuestro sitio eso me dijo el.
- Es verdad, como no se había ocurrido, gracias Aitana.
- A por él fiera- me susurró al oído.
La sonreí y me dispuse a correr, como nunca lo había hecho antes, llegue a nuestro sitio y efectivamente ahí estaba él pero llorando. Me acerqué a él y le acaricié la espalda, él no se dejó y apartó mi mano, no podía aguantar más así con él lo necesitaba y eso era único que me importaba, él era lo único que me importaba.
- Alfred no sé qué narices te pasa, porque yo creo que no he hecho nada pero necesito decírtelo de una vez me importas muchísimo y no solo como una amigo, no te quiero solo un amigo y te necesito en mi vida, solamente nos conocemos de unos días pero me he dado cuenta de que te has vuelto súper importante para mí y no te quiero perder por nada del mundo, te quiero me escuchas bien te quiero Alfred Garcia Castillo y lo gritaría a los cuatro vientos para que todo el mundo se enterara de que eres al chico al que amo- me empezaron a caer lágrimas por los ojos, ya le había dicho todo lo que siento por él y espero que él sienta lo mismo pero después de un rato como vi que no me contestaba me levante pero él me cogió la mano.
- Amaia, lo primero lo siento por todo lo que he hecho pasar hoy, es que antes te he visto abrazada a Agoney y puede que me entrara un poco de envidia porque yo te quiero mucho y no sé cuando estoy contigo estoy muy a gusto y me encanta estar contigo. Eres lo más importante en mi vida y no te quiero perder por nada del mundo y eres increíble no dejes que nadie te diga algo malo, siento muchísimo no haberte escuchado antes enserio espero que me puedes perdonar.
Me acerqué a él y me apoye en su pecho, estaba llorando no me puede resistir Alfred es una persona increíble.
- No te tengo que perdonar nada tonto
- Te quiero mi vida
- Y yo cariño, más que a nada
Él me abrazo y estuvimos ahí un ratito, no me quería separar de él nunca. Me separé un poco y me apoye en su cuello y empece a darle besos.
- Amaia, me encanta pero necesito hablar contigo de una cosa importante.
- Esta bien.
Nos sentamos bien y vi como a Alfred se le empezaban a caer lagrimas por ojos, me acerqué un poco y le pase suavemente las manos para quitarle las lágrimas.
- Alfred, tranquilo si no estás preparado no te preocupes
- Te lo tengo que contar pero no sé cómo ese es el problema.
- No digas nada más, no te preocupes estaré aquí cuando me quieras contar y si ahora no es el momento ya lo será otro.
- T'estimo- dijo acercándose más a mi
Estamos muy juntos y cada vez nos acercábamos más, nos íbamos a besar.
- ¡Alfred!- Nos interrumpió una voz y como siempre nunca nos acabamos besando, ese era el momento perfecto, nos habíamos declarado bueno aunque no estaba muy seguro había sido raro pero se lo había dicho, ya por fin.
- Amaia, tierra llamando a Amaia
- Ay perdón Alfred, estaba pesando, ¿que pasa?
- Que nos tenemos que ir a clase.
- Que mierda ir ahora a clase.
- Me tienes a mi de compañero, algo bueno tiene- comentó con un tono chulesco.
Le dije que no para picarle un poco y acabo amenazándome con hacerme cosquillas cuando saliéramos del colegio. Las tres últimas se me pasaron rápido, pero tengo que admitir que no estuve atenta a la clase en ningún momento, estuve todo el rato mirando a Alfred y a veces miraba a Aitana y nos reímos las dos juntos, yo creo que podemos acabar siendo muy buenas amigas. Cuando acabo la clase salimos Alfred y yo de mano y nos encontramos con las pesadas que empezaron a tirarle fichas a Alfred.
- Hola, chicos- nos saludó Aitana.
- Hola Aiti- dijo Alfred abrazándola- me voy a comer a casa de Amaia.
La invite y ella acepto encantada. De camino a casa estuvimos todo el rato picando a Alfred que se acabó haciendo el enfadado, pero es que ponía una cara tan mono que no pude resistir a darle un abrazo.
- Soy la sujeta velas oficial- soltó Aitana de repente.
Ante es comentario no dijimos nada solamente nos pusimos rojos. Llegamos a mi casa y salude a mi hermano, que vino a darnos un abrazo a Alfred y a mí. Cuando vio a Aitana se quedo un poco sorprendido.
- Esta es Aitana, la hermana de Alfred- dije señalando a Aitana para seguídamenete señalar a mi hermano- y este es mi hermano Javier.
Nos sentamos los cuatros a la mesa para comer, y comimos entre risas y mucho pero mucho tonteo entre Alfred y yo. Aitana se fue para según ella hacer los deberes concentrada pero en verdad era para dejarnos a mi y a Alfred solos.
- Titi, ¿hacemos un maratón de pelis?- dijo ya que no teníamos deberes.
- Vale pero hoy eliges tu las pelis que ayer la elegí yo.
- Me da igual yo lo quiero es verlas contigo.
En ese mismo momento momento yo morí amor. Como podía existir algo tan mono y tan bonito. Me acerque a el y le abracé por la espalada, el me giro y juntamos nuestras frentes y nos sonreímos, nos íbamos a besar estamos a milímetros de distancia, podía sentir su respiración. El se acercó a mí, con miedo, se fue juntando hasta llegar a rozar sus labios con los míos, era la mejor sensación del mundo. No llegó a más que un simple roce, le llamaron interrumpiendo nuestro momento. El colgó el teléfono y se volvió a acercar a mí y me cogió de la cara y me susurró "te quiero" y se volvió a acercar para besarme pero volvió a sonar el móvil.
- Estoy hasta las narices, porque nunca nos podemos besar- dijo cabreado antes de coger el móvil. Cuando lo soltó empezó a llorar y me acerque a él.
- Cariño, ¿que pasa?- dijo abranzandole.
- Perdona Amaia, soy la peor persona del mundo.
Me separé de él, de ninguna manera quería que pensara eso de él, le quite las lágrimas mientras le animaba al final decidimos ir a ver las pelis y nos pusimos a ver Harry Potter. Alfred se tumbó con ayer y yo me puse en sus piernas mientras él me acaricia el pelo y me sonreía. Estábamos los dos viendo la peli hasta que él empezó a hablar.
- ¿Sabes que te quiero mucho, no?
- Si que lo se
- ¿Sabes que eres lo mejor de mi vida?
- Alfred- dije dándome la vuelta para quedar frente a él- ¿te pasa algo vida?
- Solo quiero que lo recuerdes siempre y que pase lo que pase, estaré ahí.
- Mi vida, me estás preocupando, por favor dime que te pasa mi amor.
- Te quiero mucho.
- Alfred ya basta, eres lo más importante para mí pero como no me digas lo que te pasa me voy a enfadar.
- No te lo puedo decir ahora, pero te prometo que algún día te lo contar, es duro para mí.
Lo entendí, no podía contármelo porque era duro para él y no quería que sufriera, me puse otra vez encima de sus piernas y disfrute de su presencia, de cuando me acaricia delicadamente el pelo, no paraba de mirarle y me derretía por dentro.
Vimos 2 películas de Harry Porter y bajamos abajo para despedirnos.
- Adios cucú.
- Adios titi, estoy enamorado de ti lo llevo toda la vida.
Me quedé hay paralizada no pude y vi como se iba corriendo mientras lloraba.
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Hola, espero que os guste esta capítulo me ha costado escribirlo💛

Junto a ti|AlmaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora