Querido Siri:
Anoche no pude dormirme por culpa de Amaia, por culpa de su maldita sonrisa, por culpa de sus preciosos ojos, por su culpa, por que no puede sacármela de la cabeza, me resultaba algo imposible. A la 1 de la mañana decidí levantarme para beber agua, a ver si así me despejaba un poco pero no funcionó, definitivamente la chica que ocupabas mis pensamientos, la chica que siempre ha ocupado mis pensamientos es ella, se llama Amaia Romero Arvizu. Decidí empezar a escribir otra canción, otra canción dedicada a ella, algún día sacaré un disco que se llamará Amaia porque todas las canciones son para ella, me he inspirado en ella, ya tenía un canción entera compuesta y casi la segunda y la hace tanto tiempo que no la veo y la echaba tanto de menos, en un mes ya tendré un repertorio de canciones dedicadas a Amaia.
Al final componiendo me entró el sueño y me dormí, cuando me levante vi a mis padres con una maleta.
- ¿A donde os vais?- pregunte
- Nos vamos 1 semana y tu hermana se queda a comer toda esta semana.
- Vale
Para mí buena suerte mis padres se iban una semana entera y seguro que mi hermana hace una fiesta, entonces yo no podría dormir en casa para no molestar. Como siempre hay una cosa mala y es que mi hermana se quedaba a comer durante toda la semana, no pensaba comer con ella, prefería comer con Amaia y su hermano así que me puse a hacer la comida para dejársela hecha, mientras estaba desayunado bajo.
- Hola
- Hola, Aitana te he hecho la comida para que comas yo no voy a comer aquí.
- ¿Donde vas a comer tú?
- Voy a comer con Amaia, me ha invitado.
- Alfred, se que no hablamos mucho pero te conozco así que no me niegues nada ¿te gusta Amaia, verdad?
- Si lo sabes para qué preguntas, pues si me gusta y mucho.
- Pues pásatelo bien.
- Gracias Aitana.
Me prepare para ir a casa de Amaia, cuando llegue llame al timbre y me abrió ella, iba perfecta con su cara de recién levantada y su pijamita. Ella se tiró a mis brazos, dándome el mejor abrazo de mi vida. Cuando nos separamos no saludamos y ella se fue a vestir, me quede ahí en la puerta con una cara de jilipollas que no me lo quitaba nadie.
- Alfred no pongas esa cara de jilipollas
- No puedo, tu hermana me deja así cada vez que hablo con ella.
- Normal, si estáis todo el día ligando yo no entiendo como no os habéis comido a besos todavía.
- Porque ella no quiere, no la quiero incomodar y no quiero perder su amistad.
- Lo primero de todo, está locamente enamorada de ti, es mi hermana y me cuenta todo y se que está enamorada, los dos estáis deseando besar al otro, más que besar, comeros la boca.
No me dio tiempo para responderle, escuchamos a Amaia bajando las escaleras, la verdad es que era bastante raro era pronto y ella llegaba tarde a todos los sitios.
Javi y Anáis tuvieron una conversación muy divertida, me hizo mucha gracia y me empece a reír y Amaia me vio, se estaba acercando a mí y yo la cogí de la cintura para acercarla a mi. Ella se acercó y me dio un beso en la comisura del labio.
- Podéis dejar de tontear que me siento solo- nos interrumpió su hermano
- ¡No estábamos tonteando!- gritó Amaia bastante enfadada.
- Pero si os estabais comiendo la boca
- Eso no es verdad, era un beso en la comisura del labio.
- Pues mejor os dejo solos para que os podáis comer la boca.
Yo no sé porque pero en un momento me empezó a caer una lagrima por la mejilla, ojalá en vez de en la comisura del labio hubiera sido en la boca, necesitaba ya un beso suyo pero tenía miedo, mucho miedo a lo que pudiera pasar. En un momento sentí unos brazos, sus brazos rodeándome el cuerpo pero yo no la conteste, no me sentía con fuerzas.
- Alfred ¿que te pasa?- me pregunto preocupada
- Nada, es una tontería
- No es una tontería si estás llorando Alfred
- No estoy llorando, no te preocupes pequeña
- Pues claro que me preocupo, te quiero mucho
- Gracias mi vida
Para agradecerle de haberse preocupado por mi la di un besito en nariz, otro en la mejilla, otro en la frente, otro en la cabeza, otro en la comisura de los labios y por último en el cuello. Ella me agarró de la nuca y junto nuestras frentes, estaba apunto de besarla pero hablo.
- Alfred nos tenemos que ir.
- Es verdad.- dije separándome
Cogimos todo y nos fuimos hacia el colegio, nada más salir Amaia se cansó, esta chica no tiene remedio.
- Amaia venga que vamos a llegar a tarde.
- Estoy cansada.
- Pero si nos llevábamos nada de rato andando.
- Es que mirarte me cansa- dijo en tono burlón.
- Serás tonta.
Deje mi mochila en el suelo y me dirigí hacia ella, la quita la mochila y la empece a hacer cosquillas.
- Alfred para, por favor- me suplicaba.
- No, por meterte conmigo.
Después de un rato decidí parar, pero la cogí de la cintura y ella a mí de la nuca. La dejé un tierno beso en la cabeza y cojo su mochila y la mía.
- Vamos peque.
- No te voy a dejar que lleves tú todo.
- Es verdad no puedo andar si no me cogen de la mano- dije con voz de bebé.
- Que mono que eres, pero está te lo voy a devolver- dijo entrelazando nuestras manos.
Y así fuimos el resto del camino, sin decir ni una sola palabra, solamente con nuestros pensamientos. Según llegamos al colegio, me abrazó no entendía el porque pero decidí disfrutarlo, estuvimos un rato abrazaditos hasta que mi hermana nos interrumpio.
- Alfred ¿podemos hablar?-
- Claro, pero si puede ser aquí.
- No Alfred, hazme caso.
- Esta bien, ahora voy Aiti.
La di un beso en la mejilla a Amaia y la susurre "tranquila es mi hermana" aunque no se porque lo hice, igual porque se podía pensar que me gustaba esa chica y no a mi la que me gustaba era ella.
- ¿Que quieres Aitana?- dije borde.
- Lo siento mucho Alfred, se que me he portado fatal contigo- se la veía nerviosa.
- Aiti no te preocupes por nada- dije para tranquilizarla.
- Si Alfred soy la peor hermana del mundo, lo siento ¿me perdonas?
- Pues claro que si, no te preocupes pequeña voy a estar para todo.
- Eres el mejor Alfred.
- Aiti al grano.
- He tenido una idea para que conquistes a Amaia, y no me vale un no como respuesta- Yo asentí y siguió hablando- Yo me haré su amiga, a ver si por una vez alguien se hace mi agiga de verdad y la insistiré para que estéis juntos y así acabareis juntos.
- Ven aquí hermanita.- me acerqué a ella para darla un abrazo, la di un beso en la cabeza y Justo sonó el timbre. Mi hermana se fue con las chicas y yo me dirigí a clase, para mi desgracia vi a Amaia abrazada a un chico creo que se llamaba Agoney no me pude aguantar y empece a llorar desconsoladamente y me fui corriendo al baño, me relaje un poco y me lave la cara. Volví otra vez a clase y me senté en mi sitio, todavía no había venido Amaia ni Agoney qué raro, mi hermana me miró y me empezó a hablar pero yo no me estaba enterando de nada hasta que me grito.
- ¡Alfred Garcia!
- Joder que susto Aitana, no me grites que no estoy sordo.
- Que dices chaval, si no me estabas escuchando y me vas a explicar qué narices te pasa.
- A mi no pasa nada- la mentí.
- Si parecía que te había dado algo cuando has entrado chico.
- No es verdad- volví a mentir.
- Llamo a Amaia y que se lo cuentes a ella- dijo levantándose para llamarla.
- No a ella porfavor- dije suplicante bajando la cabeza.
- Así que tiene que ver con ella- dijo pensativa, pero justo entró por la puerta- anda mira hablando de la reina de roma.
Yo hice como que no estaba, ella iba muy feliz, demasiado, si es que he sido inútil como he podido pensar que le gustaba a Amaia.
- Hola Alfred- me saludo sonriente, cosa me dolió porque no era yo el que había provicado esa sonrisa.
- Hola- la conteste pero bastante seco, la verdad.
- Alfred ¿que te pasa?- dijo preocupándose por mi.
- Nada Amaia, que estoy un poco cansando- la mentí, aunque por su cara supe que no se lo creyó y siguió insistiendo hasta que me cabree y le solté "pregúntaselo a tu amiguito". Me fijé en su cara y era una mezcla de tristeza y que no entendía a lo que me refería pero decidí pasar de ella y centrarme en la clase ya que acababa de entrar el profesor. Teníamos que hacer un trabajo en grupo y para mí buena suerte a Amaia le tocó con Agoney aunque yo estaba con mi hermana y podría hablar con ella.
- Hola Brother- me empece a reír por la forma en la que me había llamado.
- ¿Desde cuando eres inglesa?
- Desde siempre, yo en verdad soy inglesa y también soy una cantante famosa.
- Eres tonta Aitana y gracias me has hecho reírme lo necesitaba.
- Ya sabía que lo necesitabas pero no te vas a librar de contármelo.
- Que antes he visto a Amaia abrazada a Agoney- dije apuntó de llorar.
- Hay Alfred, pero no llores bebe- dijo dándome un abrazo- y eso se llama envidia, si Amaia esta enamorada de ti.
- Pero Aitana, no lo está yo llevo enamorada de ella toda la viva y...
- ¡Que acabas de decir!- gritó de repente mi hermana dirigiéndose a donde estaban Amaia y Agoney, espero que no le contare a Amaia lo que acababa de decir porque me iba a morir de la vergüenza. Me apoye en la mesa mientras pensaba en todo lo que había pasado con Amaia, la verdad es que igual mi hermana tenía razón y solo eran imaginaciones mías y que no se gusten pero no sé tengo miedo a lo que pueda pasar.
Me apoye en la mesa y empece a llorar, era lo único que me salía en ese momento, como ya dije ayer no la pensaba perder por nada del mundo y eso es lo voy a hacer, no la voy a perder. Estuve pensando un rato en como hacerlo cuando inconscientemente se me vino una melodía a la cabeza, pero no cualquier melodía sino la suya, su canción, mi canción, nuestra canción.
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Junto a ti|Almaia
Teen Fiction1 temp de LA RAZÓN Una chica y un chico, se gustan ¿que podría salir mal?