—¿Entonces huelo a fresas?
—¿Reconoces tu aroma?
—Más o menos, aún me cuesta un poco pero ese olor lo nombró el alfa idiota.
—Te contaré un secreto antes de que quedes para comer. ¿Te acuerdas que hablemos que existen los predestinados? -Amber asintió- Pues no sé si llegaste a la parte del libro que te dejé pero éstos pueden reconocer un tercer y único aroma que los demás no pueden.
Es por eso mismo que no se sentía a gusto con él, apenas tenía peleas con su lobo por la lejanía y ni siquiera le atraía su aroma a madera. Todo cobraba sentido para la omega.
—Sí, eso lo sabía por eso es que mi lobo apenas pide por acercarnos al alfa que me marcó. No es mi predestinado, no es mi mate. -suspiró con alegría, eso ayudaba a que romper el lazo no doliera tanto- A parte, ni siquiera me di cuenta de su segundo aroma.
—Exacto, es lo que quería comentarte. Hay gente que puede oler el tercer aroma de los demás, sea o no sea predestinado.
—Entonces es más difícil para ellos encontrar a su pareja, ¿no? -Mía asintió con un semblante triste.
—Además, es algo necesario para ellos poder vivir más de 17 años.
—Supongo que no son ni alfas, ni betas ni omegas. Deltas no creo ya que fueron alfas que marcaron… ¿Gamma? No sé de ellos pero es lo último que queda.
—Amber… -dio un suspiro y levantó la mirada para observar a la omega- Soy gamma. Te lo cuento para que no te encariñes conmigo. Acepto acompañarte y ser tu amiga pero me quedan trece meses de vida.
—Tus 17...
Ambas se abrazaron. Se conocían desde los doce años y no fue hasta estos últimos días que se encariñaron tanto. Después siguieron el camino que llevaban para la comida con amigas que tenían, las mismas con quién había pasado todas las horas de patio por 2 años. Aún así, Amber quiso invitar a Mía, acción que varias veces hicieron sus amigas sin consultar con antelación.
—No puedo ir a esa comida, sorry.
—¿Te encuentras mal? ¿Te acompaño hacia tu casa?
—No te preocupes, solo es que temo porque me reprochen por robarles a una amiga. Y eso es porque no les caigo bien, mucho menos a Yoona.
La omega lo dejó pasar a cambio de obligarla a llamarle cuando llegara la gamma a casa y se despidieron.
Ya había llegado al restaurante donde al parecer, y por primera vez fuera del instituto, era la última en llegar.
—¿También te encontraste un profe y te pusiste a hablar? -dijo Julia con voz socarrona, Amber negó- ¡Uy que raro de ti! -expresó alargando la última vocal.
—Aish, ¿Y si mejor vamos a comer en vez de tanto meter púa?
Todas asintieron a lo mencionado por Irene, que cabe destacar que era la pareja de Nando desde hace unos cuantos meses y amiga de Amber desde los 3 añitos. Como siempre estuvieron muy bien hablando y riendo mientras esperaban la comida y los mismo hasta que terminaron. Yoona y Julia dijeron que se tendrían que ir a un sitio que Amber no supo porque no prestó atención. De un momento a otro, su marca había empezado a picar aún más que por el sudor, porque en pleno junio quería taparla. Se quedaron solas Irene y Amber pero por no querer despedirse, la omega su unió a la salida recién pensada de ésta con su pareja, lo cual ninguno de los dos tuvo inconveniente después.
Problema, y posible causa de que le doliera más la marca; al igual que ella había quedado con Irene, Nando parecía haber quedado antes ya que se acercaba a ellas junto a Hugo. Amber quiso arrepentirse de quedarse pero ya no valía la pena, no había otra opción.
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Sé que prometí actualizar mis 3 historias en este mes de julio, cosa que obvio haré, pero necesitaba volver a actualizar ésta ya que me vino mucho la inspiración y debo aprovechar ^^
Espero que os haya gustadooo (。・ω・。)ノ♡
Puedo responder a cualquier duda también :3
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pinkhearteul
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¿Alfa?¿Omega?
Science Fiction"Y tu eres una omega, MI omega." ✨Historia 100% mía ✨No copias y/o adaptaciones