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And told you it's not you, it's only my? Maybe.”

Rosemary había llegado de nuevo a la ciudad que había dejado por obligación y con dolor... Le parecía increíble. Además que su compañera de cuarto no era para nada agradable, es por ello que salía a menudo.

Esta vez patinaba con música en los oídos. Se dejaba guiar por la instrumental mientras se movía por la pista como si fuese una con ella. Sus manos la equilibraban y no le era difícil moverse y hacer un triple axel.

Hasta que de fondo escuchó una canción que le quebrantó un poco el alma: Dear Rosemary de los Foo Fighters. Una canción que Castiel cuando eran novios le había dedicado. La reconoció al instante por como comenzaba con la guitarra.

Sus ojos brillaron mientras tarareaba la letra, recordandi cada momento vivido con el pelirrojo.

Sus pies se movían rápidamente viajando por la pista desolada mientras movía sus manos, danzando aunque la canción no fuera tan armoniosa como para bailar. Pero empezaba a sentirse algo libre... Libre de la culpabilidad.

Después de todo eran motivos de fuerza mayor. Dio un salto y rozó con la punta de sus dedos el hielo.

Empezaba a dar vueltas sobre su propio eje cada vez más rápido e iba agachándose de apoco. Su cabello comenzaba a desordenarse pero poco le importaba su apariencia.

Luego volvió a estar de pie mientras sus manos se movían suavemente. Esa era su canción. Tenía su propio nombre por mera coincidencia. Le encantaba ese estilo de música, grunge...

Cuando la canción terminó paró de patinar y cansada se dirigió a la salida. Después de todo empezaba a sudar.

Alexy la estaba observando desde hace un buen rato. Cuando vio que se preparaba para irse la detuvo.

—¡Rosemary! Lo hiciste increíble...

—Muchas gracias. -ella sonrió algo roja por la actividad. Se secó la frente mientras se sentaba.

—Quiero que vengas conmigo al concierto que se hará próximamente. -Los ojos morados de él brillaban de forma sutil. —Las canciones son increíbles.

Ella asintió con una sonrisa y revisaba en su bolso el tener una botella de agua la cual bebió rápidamente.

—Cuenta conmigo. -La respiración agitada iba calmándose.

Luego de aquella breve conversación ella se alistó para salir del lugar e ir a la habitación del campus. Con mucha calma llevaba su bolso y escuchaba música a través de sus audífonos. Esta vez no era rock... Era música instrumental. En especial bandas sonoras de ciertos videojuegos como el The Last Of Us o el TLOZ Breath of the wild.

Sus mejillas aún estaban sonrosadas debido a su actividad física mientras ella amarraba su larga cabellera negra en una coleta.

Las suaves teclas del piano en una melodía iban elevando su ánimo cada vez más, sonriendo en la calle como una loca. Sus pies se movían rápidamente para llegar al campus hasta que chocó con un pecho.

—Lo siento, voy con prisa. -La joven sonrió sin mirar a los ojos de la persona y empezaba casi a correr por alguna razón.

Cuando se dio un poco la vuelta para por lo menos mirarle de reojo su corazón se detuvo un instante aunque no paró de caminar... ¿Era su idea o aquel pelirrojo era quien creía? A unos metros de distancia se detuvo con el corazón latiendo a mil.

—Castiel... -susurró mientras llevaba una palma de su mano a su pecho.

Quizás no era tan fácil de olvidar.

But Honestly → CastielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora