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Love hurts

Al siguiente día la joven vio que el pelirrojo dormía. Quizás estaba en el quinto sueño, lo conocía muy bien debido a que éste tenía el sueño profundo...

Se removió de la cama y empezó a vestirse en silencio. Luego de ello besó la frente de él y se fue del lugar para ir al campus. ¿Por qué empezaba a sentirse tan vacía de repente? Ella no lo comprendía.

Sus mejillas estuvieron encendidas todo el camino mientras ella escuchaba las canciones dedicadas en un pasado. Su cabello estaba siendo revuelto por los vientos y cuando llegó a la habitación Yeleen estaba también durmiendo.

Se acostó en su cama aún escuchando cada canción mientras con su croquera dibujaba al pelirrojo. Recordaba como la noche anterior éste la había hecho sentir completa nuevamente.

—Es una de mis cicatrices más hermosas -pensó mientras el lápiz trazaba los ojos grises de él.

Pronto se iría, ya tenía terminada la tesis y estaba algo cansada.

Castiel medio dormido buscaba el cuerpo de Rosemary. Al no encontrarlo se dio cuenta que ella se había marchado. ¿Por qué le dolía? ¿Por qué recordaba con ansias como había follado con ella?

Ese mismo día compuso una canción mientras recordaba todo lo sucedido, como su corazón dolía al saber que no estaba y como su corazón parecía latir más rápido de lo normal al estar cerca de ella. Él ahora mismo reconocía que la amaba como siempre. Que aquel amor de secundaria no se había ido y renacía con fuerza ahora. No podía permitir que se marchara. No, porque sin ella el amor lo hería.

Se propuso evitar que volviera a la ciudad de donde venía. Porque honestamente la amaba más que a nadie. Era su musa.

Los siguientes días pasaron lentos, la buscaba por donde podía pero no la encontraba. Incluso tocó en el metro alguna que otra canción pensando en ella. Pero no la encontró.

Cuando dio el concierto en la universidad ahí la vio en el público mientras tocaba su nueva canción con su banda. No dejaba de mirarla. No podía. Y ella tampoco podía evitar eso.

Quizás después de tanta mierda se pertenecían, quizás era el amor de su vida. Y si las cosas fluían ahora significaba que deberían luchar contra el mundo.

Ryan se acercó a su alumna y tocó su hombro. El pelirrojo lo miró frunciendo el ceño. ¿De que estarían hablando?

La chiquilla solo asintió con la cabeza y estrechó su mano con el más viejo. Éste se fue y ahí fue cuando Rosemary le sonrió con ternura al pelirrojo. Él se sonrojó levemente y siguió cantando un rato más. Cuando todo acabó bajó y la fue buscando entre la gente.

Ella también corría buscándolo. Y es que su alma le pertenecía eternamente al pelirrojo gruñón. En un momento chocaron y él la sostuvo con fuerza.

—Quiero... -dijo nervioso, su mentón temblaba. —Rosemary yo quiero...

But Honestly → CastielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora