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Can I go on and on and on and on and on and on again?

Las últimas semanas Rosemary decidió pasar de largo aquellos "sentimientos" por el pelirrojo, no podía quedarse con el pasado.

Así que por mientras se acercaba sin darse cuenta al profesor Ryan. Le perturbaba en el buen sentido la mirada de él, tan profunda y le erizaba la piel a veces. Pero ella misma se daba cuenta que las sensaciones con Castiel iban siendo más intensas aunque sea por un pequeño roce.

Una noche que salieron en grupo al bar Castiel también se encontraba ahí ¡le aparecía hasta en la sopa! Yeleen había decidido quedarse en el campus así que no sabía que el pelirrojo estaría allí.

A Rosemary se le habían pasado las copas un poco mucho y empezaba a hacer escándalo. Partió por ser demasiado sociable y se acercó a un grupo donde empezaron a hablar de política. Ella era tipo: me vale 10 hectáreas de pene cual sea el partido político mientras vayan por lo social y no sean unos corruptos de mierda.

Luego se puso a fumar en el sector especializado para ello junto con otros tipos y hablaba de conspiraciones, etc. Se manejaba bastante en el tema. La gente a su alrededor sabía que no estaba en sus cabales pero la escuchaba atentamente.

Llegó el momento de bailar, ella no era de hacerlo en público pero de igual manera lo hizo. Invitó a un chico de cabello ondulado y largo para bailar merengue. El movimiento era coordinado y sentía que todo el mundo empezaba a observarla. Bebió un vaso de vino blanco y luego un chico de cabellos negros la sacaba del lugar. Esto no pasó desapercibido por Castiel quien de forma sigilosa también salió.

La joven empujaba suavemente al chiquillo quien era menor, tendría cerca de 18-19 años.

-Mira -le salió un hipo y ella rió. -No soy ese tipo de chica. De hecho, me gusta solamente molestar o lo que sea.

El chico la sostuvo por la cintura y besó su cuello con cuidado. Ella volvió a reír y lo apartó.

—No -repitió una y otra vez mientras reía y a la vez lloraba. Estaba en un estado de confusión. ¿Reía y lloraba por los nervios? ¿O no sabía reaccionar? Le empujó suavemente con sus piernas temblorosas y un leve hipo —No... Me gusta esto...

—Ya la oíste, niñato. -Dijo Castiel firmemente. —No quiere, déjala ¿vale?

La expresión del pelirrojo le hizo tener miedo al joven quien la dejó y se fue del lugar. Rosemary se acercó a Castiel y se afirmó de su chaqueta de cuero.

But Honestly → CastielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora