But Honestly → Castiel

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  "For everything you've given me" 

Los ojos de ambos se cruzaban de manera en la que ambos sentían nuevamente esa conexión. Tan única y especial que las personas antes ni después de ellos les habían logrado llegar a sentir. Ni una pizca se acercaba a aquellas sensaciones que salían y sin que se hubiesen tocado ahora. Solo era la distancia que ahora se interponían, pero poco a poco iba desapareciendo.

Solo eran ellos dos, los demás ya no existían. Los segundos, minutos , ya no corrían. El tiempo se había detenido para la pareja. Por primera vez se le veía otra faceta, más débil al pelirrojo: nervios. 

Su mente viajaba pensando muchísimas cosas, entre ellas, estaba la opción de decirle de una todo lo que su ser anhelaba. Parecía que al mínimo contacto volvía a tener esa parte que con ella le había sido arrebatada cuando se había ido. Y entonces para el pelirrojo todo era más claro. No podía dejarla ir nuevamente, no otra vez. Porque...

-Quiero... -Su barbilla tiritaba al mirarla a los ojos, demostrando abiertamente sus sentimientos, sin la intervención del arte. -Quiero volver a ti.

Los ojos ámbar de la joven se abrieron con sorpresa, aunque se lo esperaba, no era ahora según su mente. Y se le acercó a cual joven para sonreírle con una felicidad la cual no se podía describir para ella. Se sentían completos, se sentían únicos. Sus miradas demostraban todo.

-Quiero estar contigo -dijo ella. -Te sigo amando.

Él la abrazó y por dentro se derretía.

-Quiero volver a sentirme completo a tu lado, quiero vivir feliz otra vez. Quiero amarte solamente a ti. -dijo acelerado mientras escondía su rostro en el cuello fino de Rosemary. -Eres la única que ha sabido amarme y que me ha enseñado a amar de verdad. Y no quiero que te vuelvas a ir, quiero quedarme contigo hasta el final de esto.

La joven acariciaba los cabellos  rojizos del amor que siempre había estado rondando en su cabeza. Ella  se dio cuenta que de tantos nervios  ya estaban de rodillas abrazados. ¿Cuánto tiempo habían pasado así, mientras la gente los miraba? Realmente no importaba cuando estabas con la única persona que podía complementar esos pequeños vacíos y sanar las heridas.

Estaban juntos nuevamente, y Castiel solo atinaba a sonreír y reír de los nervios. Rosemary besó los labios del pelirrojo con euforia mientras rodeaba el cuello de él con sus brazos. Se apegaba, ya no se sentía sola. Sus manos se entrelazaron con cuidado, como si fuera la primera vez y el pelirrojo solo miraba los finos dedos de ella. Era una mujer única...