TRES

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Cadaqués. Agosto/2031

Las cervecitas en el chiringuito de la playa les están sentando divinamente. En el último medio año se han visto poco... Tienen mucho que contarse...

Conocieron a Álex hacía tres años en Madrid. La pareja organizaba su boda y la agencia que les ayudaba con los preparativos los presentó cuando buscaban un lugar, hermoso, donde celebrar su enlace. Álex les ofreció una increíble masía en la sierra de la cual quedaron prendados y a la que no pudieron resistirse. A partir de ahí se hicieron grandes amigos, compartiendo cenas y algún que otro cine en Madrid. Ahora, la pareja estaba de vacaciones en su casa de Cadaqués y Álex les había venido a visitar.

- Oye pues...

- ¿Qué dices? ¿Qué dices? ¡¡Nooo!!-. A Raoul le sale la voz aguda y sus acompañantes no pueden dejar de reír al ver su rostro rojo como un tomate.

Agoney no dice nada solo sonríe y se levanta de la mesa, dejando una caricia en la nuca de su chico, dirigiéndose a la barra para pedir otra ronda. Ya no sabe cuántas llevan pero lo están pasando bien, un día es un día. Cuando vuelve a la mesa Álex y Raoul siguen conversando al respecto del tema al que habían llegado, no sabe muy bien cómo.

- De verdad que no tendría ningún problema de hacerlo con vosotros.

- Álex... es una locura-. Raoul mira a Agoney quien le devuelve una sonrisa pero sigue sin decir nada. - Ago, ¿es o no es una locura? - le pregunta.

El canario se encoje de hombros – Es lo que nosotros, los tres, queramos que sea. A mí no me parece tan descabellado pero igual son las..., hace cuentas mirando los botellines de la mesa, ¿Siete rondas de cerveza?

- Amor... ¿en serio? - el rubio lo mira enarcando una ceja - ¿De verdad quieres hacerlo?

- Has sacado tú el tema Raoul, por algo será-. Agoney se recuesta en la silla mordiéndose el labio inferior.

Álex dirige sus ojos de uno a otro como si de un partido de tenis se tratara. Lo tiene claro, si se lo piden, lo hará.

- No tiene por qué ser ahora - interrumpe – La decisión digo, pensarlo, voy a estar aquí unos días y me quedo en vuestra casa - les sonríe - Podemos meditarlo y ver que tal, igual las cervezas están hablando por ellas mismas y mañana no nos parece tan buena idea pero...-.

Agoney y Raoul se miran y sueltan una carcajada al unísono. Álex les encanta y los dos están de acuerdo en que si tiene que ser con alguien y hacerlo así, es la mejor opción.

Los amigos alargan la charla, cambiando de tema, hasta que consideran que el alcohol en sangre es el suficiente como para tener que volver a casa dando un paseo y dejar el coche en el chiringuito. Los tres emprenden el camino de vuelta a casa de la pareja.

Al llegar van directamente al jardín. Raoul se quita la camiseta, deja sus chanclas a un lado de una de las tumbonas y se dirige al borde más hondo de la piscina; tirándose de cabeza a ella. Álex se ha dejado caer en una de las tumbonas y Agoney ha desaparecido en el interior de la casa. Pasados unos minutos el canario sale por la puerta del salón, que da al jardín, con una botella de cava en las manos y una sonrisa traviesa en la cara.

- ¿Quien se apunta a una nueva ronda?-. Agoney lo dice en tono divertido. Las cervezas del chiringuito aún hacen mella en él.

Sus dos acompañantes, sin decir nada, levantan la mano al mismo tiempo que sueltan una carcajada que resuena más de lo que ambos esperaban. El canario ha abierto la botella de cava y ha conectado los altavoces a su IPhone. Agoney busca entre sus playlist y le da a reproducir una con el nombre "Temazos de Siempre" en unos segundos el ambiente se impregna de temas de Queen, Sía, Beyoncé o Whitney Houston; suenan artistas que han estado ahí toda la vida. Con paso dubitativo se acerca primero a la tumbona y después a la piscina para entregar las copas a cada uno.

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