Una vida...

ÉL

Este capítulo está escrito para ti hermana. No de sangre pero si de vida y para siempre. 

Te quiero Cristi. Mucho.

Madrid. Octubre/2028

Hace dos meses que se prometieron. Agoney mira, sentado en el salón de su casa de Madrid, el anillo que envuelve su dedo. Una corriente eléctrica recorre su cuerpo, es emoción. – Por fin – piensa. Por fin será eterno, para siempre, como ellos. Le gustaría que fuese ya pero quiere que sea tan inolvidable, aunque sea sencillo, que no quiere hacerlo con prisas. También sabe que si por el catalán fuese, se habrían casado ya, ellos dos, solos, en algún lugar perdido del mundo. Pero Agoney lo quería todo y Raoul estaba dispuesto a darle esa boda que un día imaginó y eso, hacia a su chico el mejor hombre en el mundo junto a quien compartir el resto de su vida.

Han tenido esta conversación cientos de veces pero esta vez, llegan a la decisión final y eligen el día para su enlace. Después de mucho meditarlo lo mejor será que se celebre en un año, Agoney terminará su gira y podrá tener el tiempo necesario para encargarse de todos los preparativos. Raoul cede, en octubre...

- Vale, pero en octubre, ni un mes más Ago.

- Que sí pesao, octubre del 2029, apuntado. – sonríe el canario. – ¿Has pensado que día? He hablado con Álex y tiene la masía libre todos los fines de semana de ese mes. Así que...solo hay que decidir cual.

- Cualquiera... - dice el catalán – ¡No, espera! Menos el 13, tengo una boda de un compañero del colegio y no puedo faltar. Ya sabes que los veo poco pero sigo manteniendo el mismo contacto con ellos.

- Vale, pues cualquier fin de semana menos el 13. Perfecto.

- ¿El 20? – Pregunta Raoul con una sonrisa. – Me enamoré de ti con 20 años – Le dice mientras se acerca y le rodea con los brazos la cintura.

- El 20 me parece un día perfecto para sellar doce años de amor, mi niño.

- A mí también me lo parece, aunque sean once no doce – se besan, con más intensidad de la que creían, al iniciar el beso, pero cuando Agoney y Raoul se besan... se besan de verdad.

- Son doce cariño. Octubre de 2017, ahí te enamoraste de mi ¿recuerdas? A mí me costó un poquito más pero tú...

- ¿Yo que Agoney Hernández? – le dice acortando la distancia entre sus cuerpos.

- Tu nada, Raoul Vázquez – le vuelve a besar.

***

Cadaqués. Agosto/2029

Raoul está tumbado en una de las hamacas del jardín tomando el sol. Está medio dormido. Después de la comilona que se han pegado los dos, no ha tenido más opción que tumbarse allí,  mientras Agoney subía al despacho a ultimar los detalles de su outfit para el enlace.

Él, que ya lo tiene todo más que listo, ha decidido darse un baño y dormir, descansar después de los últimos meses de ajetreo con los preparativos de la boda. Encontrar la Masía de Álex fue fácil pero hacer la lista de los invitados, encargar el catering o las flores y decidir todos y cada uno de los putos detalles que Agoney había plasmado, en una lista, y que NECESITABA, según le había dicho, había sido un suplicio. Por eso hoy, a dos meses de su boda, había decidido no hacer nada y disfrutar del solazo de ese domingo de verano.

Raoul está tumbado en una hamaca del jardín tomando el sol cuando gritos de diferentes voces comienzan a escucharse en los alrededores de su casa. Se despierta de golpe y, de un salto, se levanta. Ve como Agoney saca la cabeza por la ventana del despacho y se miran con cara de incertidumbre. En ese mismo instante, el timbre de las tres puertas de su casa (trasera, principal y garaje) comienza a sonar como si no hubiese un mañana.