OHANA

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Lo observa dar vueltas por la cocina mientras desayuna...

Siempre es igual, no importa que sea su décimo concierto en quince días, ni que lleve cantando la mitad de su vida. Agoney siempre actúa de la misma manera; se despierta temprano, sale a buscar el desayuno, a su pastelería preferida, y pasea a Bambi. Cuando regresa, Raoul ha preparado los zumos, el café y desayunan.

- Ago...

- Lo se mi niño, ya sabes que no lo puedo evitar - le responde acercándose a él y dándole un beso dulce en la mejilla.

- Me estas poniendo nervioso, que des vueltas no va a cambiar nada del concierto de esta noche, ¿lo sabes verdad? Siéntate aquí -. Le dice señalando el sitio a su lado. Agoney, sonríe y se acerca. Se sienta junto al rubio. Se calma...

Ya tiene su maleta preparada, todo lo necesario para el concierto está ahí dentro, sobre todo, esas dos fotos que siempre le acompañan. Las mira y recuerda cuando se hicieron. Una de ellas le recuerda donde empezó todo, como se consolidó su relación y la libertad que sintieron la primera vez, hace diez años, cuando estuvieron en casa del canario. La otra, representa lo que el canario ve cada vez que mira los ojos de su chico, un amor profundo y ternura, mucha ternura.


Antes de salir hacia el local, ha quedado con Raoul que éste llegará más tarde acompañando a las familias. Es su último concierto hasta después del verano, y cantarán juntos. Es algo especial. Hace años que tienen carreras en solitario, pero decidieron que en el último concierto de cada uno, estaría invitado a cantar el otro. Esto lo hacen desde hace más de ocho años, de los diez que dura ya su relación. Agoney esboza una sonrisa, recuerda tiempos pasados donde todo fue magnificado, lo pasaron realmente mal y esa presión, de la nueva vida y las redes sociales, hizo que su relación tambaleara. Pero reconoce que todo aquello, tan lejano hoy, los hizo más fuertes.


- ¡Álvaro no me jodas! -. Su hermano se descojona y lo atrae hacia él para darle un abrazo fuerte.

- Lo tengo aquí enano, he ido a buscarlo esta mañana, tranquilo solo estaba bromeando -. Raoul le sonríe y le aprieta más fuerte.

- Estoy nervioso, no sé si me voy a rajar a última hora o si me va a matar, pero... ¡palante!

- Raoul, nada puede salir mal, os queréis. ¿Lo tienes todo listo?

- Sí, he estado ensayando en casa de Miriam, la banda de Ago está avisada y creo que él no se ha enterado ni sospecha nada. ¡Joder! nunca pensé que esa canción me fuera a cambiar la vida cuando la compuse, tete. Pero aquí estoy, iniciando la mayor locura de mi vida a un tris de pedirle al penco de tu cuñado que se case conmigo, en público y con todos vosotros allí. ¿Me estoy volviendo loco Álvaro? -. El rubio lo pregunta de verdad, está extremadamente nervioso, no sabe en qué momento creyó que pedirle matrimonio a su chico en un concierto era una buena idea.

- No hermanito, estás hasta las trancas. Siempre lo has estado -. Le sonríe. - Un poco moñas si es, no te voy a engañar, y arriesgado, pero muy bonito Raoul -. Bromea su hermano.

Agoney no sabe que están tramando Raoul y su hermano cuando los ve hablando en la terraza. Aunque no escucha nada de lo que están diciendo, están más eufóricos que nunca y mira que eso es difícil, eso le pone en alerta. Asoma su cabeza por la puerta de cristal y se miran en silencio. Los tres comparten una infinidad de secretos y recuerdos... Álvaro, siempre ha estado ahí para ellos, para los dos. Incluso en los peores momentos nunca les dejó, ni dejó de creer en lo que tenían. Raoul sonríe y se acerca a su chico dejando a su hermano apoyado en la barandilla. Atrae al canario hacia él y le besa.

Una vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora