DOS

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Enero/2019


(Raoul)

Raoul despierta en Ibiza a las 08.00 de la mañana del día 01.01.2019, muerto de sueño y con un dolor de cabeza que no cree poder soportar – no más vino – se dice. Se ducha y come algo para poder tomarse un ibuprofeno que frene los martillos en su cerebro, recoge sus cosas y su amigo, también con cara de sueño, le acerca al aeropuerto. En el trayecto apenas hablan, Raoul lo achacará a que no se encuentra bien y su amigo fingirá creerle pero lo cierto es que ambos saben que el rubio está un poco, por no decir bastante, cabreado con los acontecimientos de la noche anterior y de cómo los amigos de sus amigos se creen cosas que no son y actúan con él con la confianza para hacer bromas que no tienen ninguna gracia. Pensar en las historias subidas a instagram lo ponen de muy mala leche pero intenta evitar la sensación pensando en que está a punto de iniciar su viaje. Con eso tiene suficiente para alejar de él todos los malos rollos, en poco más de dos horas verá a su novio y se irán de viaje. No le importa nad más, ni las explicaciones de su amigo que intenta justificar al resto de los integrantes con quien pasaron el fin de año.

Se despide de su colega, en la puerta del aeropuerto, con un abrazo y con el deseo de que viaje a la capital y se puedan ver, también con promesas de futuro para que Raoul vuelva a la isla cuando haga mejor tiempo y puedan ir a la playa. Después de unos abrazos y un par de apretones de hombro, su amigo monta en el coche y desaparece ante la mirada del rubio que después de sonreír y respirar muy hondo, se adentra en el edificio directo a su puerta de embarque.

Su vuelo llega a Madrid a las 10.15h, diez minutos antes que el de Agoney. El vuelo a Florencia lo cogerán juntos, a pesar de las reticencias del canario que aunque lo intentó, no encontró otra combinación posible cuando el chico organizó el viaje. Aun con el miedo de ser descubiertos, viajarán juntos. Una vez en la ciudad italiana, nadie los conocerá y podrán relajarse de verdad.

Aunque Raoul lo ha intentado por activa y por pasiva desde que Agoney le entregase el sobre en Barcelona con el anuncio de su viaje, el moreno no le ha soltado ni media. – Es una sorpresa pollito – le había dicho por teléfono hacía un par de días y Raoul no podía soportar no estar al tanto de todo. No es que no confiase en su chico, lo hacía, pero no tener el control de la situación lo ponía demasiado nervioso, suerte que la resaca lo tenía medio tonto y el sueño le vencería nada más subirse al avión.

A su llegada a Madrid, ataviado con su gorra, sus gafas de sol y su maleta, se dirige a su puerta de embarque para su vuelo a Florencia y esperar allí a Agoney, de camino llama a su madre y le asegura que el vuelo desde Ibiza ha sido perfecto y que en poco más de una hora se subiría de nuevo a un avión, ya acompañado de Agoney. Se despide de ella con la promesa de que la llamará a su llegada y de que le dará un beso y un abrazo al canario de su parte. También contacta con Nerea, la chiquitina recibe su llamada aún dormida y le explica lo poco que ha hecho en fin de año debido al reposo de su voz que la tiene bastante preocupada y agobiada. Tras darle muchos ánimos y prometerle que la llamarán desde Florencia se despiden con besos y ganas de verse a su vuelta.

Se sienta en la zona reservada para pasajeros y en varias ocasiones tiene que retener las ganas de llamar al canario, por mucho que lo haga el chico está en mitad del vuelo y no podrá a tender en teléfono así que se resigna y se coloca los auriculares inalámbricos del IPhone y conecta su playlist para amenizar el tiempo de espera. También es verdad que podría contestar al mensaje de Agoney y uqe ha descubierto al levantarse pero cree que prefiere hacerle sufrir. - Se va a enfadar, pero será divertido - piensa.

*****


(Agoney)

Cuando suena su despertador aún no ha amanecido y maldice no haber escogido otro horario para viajar pero viviendo en una isla los horarios no dependen de él y para poder estar en Florencia esa misma tarde, debía salir de Tenerife a las 6.30 de la mañana. Así, con el sueño de no haber dormido por la celebración de fin de año y por los nervios acumulados en su estómago debido a lo cercano que estaba pasar cuatro días con su chico en una ciudad fuera de España, el moreno se frota los ojos cansados y se decide a levantarse de la cama. Le pueden los nerviso por si a Raoul nole gusta todo lo que tiene planeado pero intenta no prestarles atención, si no se pone ya en marcha no llegará al aeropuerto. Se ducha, se viste con la ropa más cómoda que tiene para soportar dos vuelos casi seguidos y una hora y media larga de cohe y sale del piso de su abuela, donde durmió, con su maleta y un zumo de naranja que sabe que no beberá. Solo quiere dormir y ver a Raoul.

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