Parte 10

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KARA

Al salir de la DEO, escuché la alarma de evacuación, esperaba que no fuera necesario, pero era una medida de prevención. Me dirigí a casa, aunque no lo creo necesario, le prometí a Lena usar el traje que me había diseñado, lo que menos quería era que se preocupara por mí.

Mientras volaba, no pude dejar de imaginar lo que el futuro nos aguarda. Esta noche sabríamos si Lena está embarazada, y no sé cómo, pero lo sé. Sé queremos seremos madres. Sé que Lena vio el resultado, me lo iba a decir en la DEO, pero no quería que fuera de esa forma. Terminaría con esto, volvería con ella y aguardaríamos en la calidez de nuestro hogar. Imaginaba el vientre de Lena crecer con el tiempo, disfrutando de cada momento, yendo hasta el otro lado del país a las tres de la mañana, solo para cumplir sus antojos, hasta que llegue el día en que cargue a una personita en mis brazos, tendrá los ojos verdes de Lena y quizás el color de mi cabello, le cantaré antes de dormir y seré la primera en levantarme al escuchar su llanto. Nos vi en el parque, tomadas de la mano, viendo a nuestro pequeño o pequeña jugar con los demás niños; peleando con Lena porque se dará cuenta que le doy golosinas a sus espaldas, desesperadas por escuchar una y otra vez la misma canción para niños, y todo será maravilloso.

Estaba a poco de salir del centro de la ciudad, cuando escuché unos disturbios. Bajé y encontré con unos tipos haciendo de las suyas. Estaban robando una tienda, bromeaban entre sí, al subir lo que cargaban en una camioneta. ¿Cómo puede haber personas que se aprovechen de otras en una situación así?

—Alto ahí —dije con firmeza.

Al verme se les borró la sonrisa y vi el miedo en sus ojos. Podrían enfrentarse a un civil, un policía pero no a mí.

—Devuelvan todo y evacuen la ciudad. ¡Ahora! Lo sabré si no lo hacen.

De inmediato, obedecieron, me aseguré de que se alejarán y dirigieran a la ruta de evacuación.

Recordé lo que dijo Alex, aún tenía tiempo para que el meteorito se acercara, por lo que esperar la llegada no era una opción, tenía que asegurarme que la ciudad estuviera bien. Volé de nuevo al centro de la ciudad, evitando cualquier disturbio, ayudando a agilizar el tráfico. No podía detenerme, estaba en constante movimiento de un lugar a otro. No sé cuánto tiempo pasó, pero de no haber sido por la voz de mi hermana por el intercomunicador no me hubiera percatado de lo que estaba sucediendo allá arriba.

—Supergirl, el meteorito incrementó su velocidad, entrará de 40 a 60 segundos a la atmósfera, el cañón de positrones está cargado, asegúrate de destruir el resto.

Salí volando hacia el cielo. Ya no tenía tiempo de ir a casa por el nuevo traje. Lo siento Lena.

—Estoy en posición.

J'onn me dio la señal de que tomara cierta distancia. Dio una secuencia del tiempo en que entraría el meteoro y dispararían el lasser. El cielo oscuro de la noche desapareció, y fue reemplazado por un cielo ocre, similar al atardecer. Vi al meteoro entrar con fuerza, era de una magnitud espectacular. Estaba asombrada.

J'onn contó hasta cero, y vislumbre una luz directo al meteoro. Esté dio en su centro. El destello fue tan abrumador que tuve que cubrirme los ojos.

—Dio en el blanco —me llamaba mi hermana—. Supergirl... Responde.

—Estoy bien —respondí—. Alex...

—Dinos que pasa, la señal no se ha estabilizado, no podemos ver lo que ocurre.

—¿El cañón de positrones estaba cargado al cien por cierto? —pregunté.

—Así es. ¿Qué sucede?

—¡No funcionó!

Me moví lo más rápido que pude. Preparé mis puños y empecé a golpear y atravesar las pequeñas rocas que descendían hasta hacerlas pedazos. No podía creer que lo que estaba viendo. El cañón no fue capaz de pulverizar lo que Winn había calculado. Al contrario, había dejado pequeñas rocas del tamaño de un autobús escolar o quizás más grande, que ahora caían a toda velocidad hacia la ciudad.

El amor de una LuthorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora