El amor de una Luthor

Parte 7

Sus pies no dejaban de moverse, iba de un lado a otro en la habitación, cualquiera que la viera diría que estaba a punto de explotar en nervios.

—Kara, ¿quieres quedarte quieta? —dijo Lena quien salía del baño vistiendo una bata y se acostaba en una camilla—. Ven, siéntate a mi lado.

La rubia se mostraba dudosa. Aun así se acercó y sentó junto a ella. Lena tomó su mano con fuerza.

—Creo que la nerviosa debería ser yo. Todo saldrá bien —le sonrió.

Kara estaba por decir algo cuando la doctora Leslie apareció.

—¿Están listas? —preguntó mientras se colocaba sus guantes.

—Sí, aunque mi esposa esta aterrada —contestó Lena.

—Es bastante normal, no se imaginan los casos que he visto, le aseguro señora Luthor —dijo refiriéndose a la rubia— que el proceso es bastante sencillo, no tiene de qué preocuparse.

Kara asintió y Lena aprovechó para darle un beso en la mejilla.

—Señora Luthor —esta vez refiriéndose a Lena— si se encuentra lista suba las piernas a los soportes, por favor.

El proceso fue tan rápido que Kara ni se percató de en qué momento había sucedido. La doctora Leslie les recomendó un reposo de quince minutos en la camilla, después de eso podría vestirse y verlas en su oficina.

—¿Te dolió? —dijo Kara preocupada.

—No, me dolió más como apretabas mi mano.

—Lo siento —respondió apenada.

—Estaba bromeando amor. Estoy bien.

Kara dejó un breve beso en sus labios. Cuando ésta se separó, Lena observó con detenimiento a su esposa, amaba como sus ojos tomaban un brillo especial cuando hablaba de las cosas que deseaba llegar hacer con el bebé. La rubia empezaba a moverse de un lado a otro, esta vez mostrando entusiasmo.

Se sentía feliz, tenía a su lado al amor de su vida con la que iniciaba una familia. Pensó en esa extraña pesadilla que tuvo hace unos días, aunque se tratara de un sueño no dejaba de darle vueltas al asunto, quizá no podría evitar que Supergirl se enfrentara a una amenaza, pero podría hacerla más resistente, ya tenía pensado en trabajar y mejorar su traje.

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Minutos más tarde, la pareja se encontraba en la oficina de la doctora Thompkins.

—A partir de ahora, esperaremos 15 días para realizar una prueba de embarazo y confirmar si ha dado positivo. Señora Lena es posible que experimente algunos efectos secundarios originados por la inseminación, como dolor abdominal, hinchazón, molestias en el útero, de presentarse con frecuencia, comuníquese de inmediato conmigo. ¿Alguna duda?

—Yo... Emm... ¿Hay alguna restricción sobre mantener relaciones? —preguntó Kara con timidez.

La doctora sonrió divertida, no por la pregunta de la rubia, sino por sus mejillas ruborizadas, imaginó que le habrá costado hacer esa pregunta.

A Lena le tomó por sorpresa esa pregunta, pero puso atención a la respuesta de Leslie.

—Les sugiero mantener relaciones dentro de unas ocho y doce horas ya que las contracciones uterinas favorecerán el ascenso de los espermatozoides depositados en el útero —respondió con profesionalismo.

Kara soltó un suspiro, como si le hubieran quitado de encima una preocupación.

—Menos mal no es tanto tiempo —musitó para su mujer. La ojiverde no pudo evitar morderse los labios.