Parte 2

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Los ojos de Kara recorrían de pies a cabeza a Lena, ya tenía memorizado cada parte de su cuerpo pero en palabras de la rubia no había día que no dejará de sorprenderse por la belleza de su novia. La ojiverde ya estaba acostumbrada pero no por ello dejaba de sonrojarse, Kara se mordió el labio y unió de nuevo sus labios, el beso fue más pasional que el anterior. El cuerpo de la ojiverde fue obligado a moverse hasta el sofá que estaba a unos metros de ellas. Aún con el traje de Supergirl, Kara acostó a Lena en el sofá y se colocó arriba de ella con delicadeza, intentando no caer su peso por completo. Sus manos recorrían un terreno ya conquistado. Al notar que su chica no iba a detenerse, Lena empujó con suavidad a Kara.

—Detente, no lo haremos aquí —dijo Lena agitada

—No es la primera vez que lo hacemos en tu oficina —dijo respondió la rubia con una sonrisa juguetona—. ¿Qué importa hacerlo una vez más? ¿O quizás dos?

—Es cierto, pero tengo preparada una sorpresa para ti y no dejaré que la eches a perder —dijo Lena dándole un beso en la mejilla y colocándose de pie.

—Prefiero estar aquí... contigo... en nuestro sofá.... Haciendo, ya sabes... —decía entrecortadamente mientras repartía besos por el cuello de su novia, esta logró zafarse de su agarre.

—Ya habrá tiempo para eso, sígueme.

Kara le lanzó una mirada llena de lujuria, seguido de un puchero de niña queriendo helado para cenar, Lena amaba que Kara la viese de esa forma y mostrara un comportamiento tan infantil a la vez. La joven CEO caminó hacia el balcón, moviendo sus caderas, sabía que Kara la estaría viendo, le gustaba provocarla.

—Te odio —dijo la chica de azul por tremenda provocación y la siguió de mala gana.

Una vez en el balcón, la pelinegra se aferró al cuello de Supergirl, mientras era rodeada por los brazos fuertes de su novia. Se dirigieron a la residencia Luthor.

—¿Ya no tienes miedo de volar?

—Aun lo tengo, aunque estar en tus brazos lo minimiza —respondió acurrucándose en su pecho.

En minutos llegaron a su destino. Una casa con estilo minimalista, alejado de la ciudad, una zona muy solitaria para el gusto de Kara. A esta nunca le agradó que Lena viviese tan lejos.

—Entremos por mi recámara —le señaló.

Tocaron suelo en el balcón de Lena. Una vez dentro de la recámara, la ojiverde le indicó a Kara que tomara un baño y se pusiera lo que había en el guardatraje que descansaba en la cama.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó confundida.

—Sólo haz lo que te digo. No hagas preguntas. No uses tu visión de rayos X, no uses tu súper velocidad. Si lo haces me enteraré y te dejaré sin sexo por un mes.

Lena tomó una postura similar a la que usa cuando se encuentra en una juntas e negocios con otros CEO's. Le estaba dando órdenes muy claras a Kara y esperaba que esta las siguiera o en su defecto la sorpresa que le tenía preparada se iría al caño. Claro que con esa amenaza, Kara seguiría esas instrucciones al pie de la letra.

La rubia estaba asustada, se preguntaba qué es lo que había hecho. Se limitó a asentir, suponía todo era parte de la sorpresa.

—Está bien amor, aunque todo este suspenso no sé si me gusta o me asusta.

—Promételo Kara, nada de poderes. Esto es importante —Lena relajó su rostro, le sonrió tímidamente y besó sus labios.

—Lo prometo, seré 100% Kara Danvers —suspiró complacida.

El amor de una LuthorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora