"Un regalo"

283 43 12
                                        

Estaba comiendo un gran pedazo de chancho cuando vi como Shin y Seokmin correteaban por la sala; obviamente ante la atenta mirada de Ken que no dejaba de decir: Sabía que esto iba a pasar, pero no pensé que tan rápido.

—Oh vamos, son niños - dije introduciendo un poco de morcilla en mi boca —No es como si fueran a casarse mañana. 

A Ken casi se le cayó el plato. —¡No digas eso, Seokjin! ¡Jamás! ¡No es el momento para hacerme sentir peor! ¡¿Sabes lo que es saber que un día tu niña se va a enamorar, se va a casar y se va a ir para nunca volver?! - mi amigo dejó el plato a un lado y tomó su rostro. Esto jamás lo había visto en él. No sé, hay veces en que siento que la mejor decisión de Lily fue darle una oportunidad a ese chiquillo que andaba colado por ella; incluso cuando tenía una niña que cuidar. Aveces  pienso que el mejor padre que pudo haber existido para esa niña no es más que mi amigo. Es interesante cómo es que hay personas que no pasan los veinte años pero tienen más fuerza de voluntad y madurez que una de treinta. 

Separé lenta y dolorosamente mi plato para consolar a mi amigo—¡Ya! ¡Cálmate!¡Aún no se casa así que debes disfrutar el tiempo con ella! - El muchacho a mi lado a punto de ponerse a moquear, aceptó con resignación y con cierto brillo de consuelo.

Lily y Namjoon se acercaron con una bandeja de bocaditos; Taehyung traía bebidas. Por alguna razón yo no dejaba de contemplarlos. Bueno, si había una: Ellos representaban mi felicidad. 

Namjoon y Taehyung bromeando entre sí, sonriendo, siendo felices; y yo podía ver todo eso. Fue Ken quién me trajo a la tierra. 

—Si los miras así por más tiempo se van a asustar. 

Todos rieron mientras a mí se me ponían rojas las orejas. —Da igual, es mi cumpleaños. Puedo acosarlos con total confianza. - seguí embutiendome a mi regalada gana la deliciosa comida. Nadie me iba a sermonear, ya era un adulto de 24 años; aunque, eso no sonaba  tan de adulto para ser sincero. 

Taehyung se sentó a mi lado. — Acepto con amor, el acoso. — recostó su cabeza en mi hombro y no dejo de hablar de su viaje y lo de hermosa que era Italia, Namjoon fue quién le siguió y habló de Francia. Bajo algunas circunstancias la mayoría de los invitados fueron poco a poco acoplándose a la conversación y tenía a casi quince muchachos hablando al mismo tiempo. Sí, yo me dedicaba a contemplarlos y a hacer chistes.

A penas habían servido la tercera ronda cuando la música sonó a todo volumen. Todos volvieron la cabeza hacia el sonido. Era Jungkook, Yugyeom y mis sobrinos bailando. Sin querer la mayoría terminó carcajeándose. Pero no pudo evitar acoplarse, incluso Ken bailaba con Lily, siempre mirando con dolor como mi sobrina perseguía a Seokmin. A esa edad los niños son así, si te gusta alguien solo lo persigues y ya. 

Yo me mantuve sentado y los veía felices. Llevé mi plato a la cocina y sentí como una mano pasaba por mi cintura. Bien, aquí se viene lo bueno. Verán, yo me había acostumbrado a esos toques porque Park Jimin me trataba de esa manera casi siempre; así que lo primero que dije cuando sentí esa mano fue: 

—Si quieres casarte conmigo solo dilo, Park.

Una risa se escuchó tras de mí y me di cuenta de que esas manos eran mucho más grandes que las de mi vecino. 

—¡Así te quería agarrar, puerco! 

Era Taehyung, quién no dejaba de reír. Y decía una y otra vez que la vida le estaba dando muchas sorpresas esta noche. —Así que Jimin y tú son muy cercanos ¿Eh?

Mi limpio mantel le calló en el rostro. Sin querer terminamos jugando a quién lanzaba más fuerte los manteles y las servilletas. La cocina poco a poco se fue convirtiendo en un total caos. Fue Jinyoung quién nos sorprendió y nos sacó  diciendo una y otra vez que la fiesta era afuera. 

Al otro lado - JinminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora