La vida suele ser una perra loca. Creo que eso lo he dejado notar a lo largo de esta historia; sin embargo. Les puedo asegurar que siempre hay un nivel más para estar jodido.
...
Nos fuimos sin levantar a Park. Todo el camino sentí una enorme opresión a la altura del pecho. Hoy iba a dar cara a mi familia. Estaba tan nervioso, y eso que nos habíamos visto en el cumpleaños de mamá el año pasado.
Cuando llegué al cementerio me encontré con ellos en la entrada, lo cual no concordaba con lo que había dicho mi hermana acerca de vernos en la tumba de la abuela. Yo había previsto esos casi cien metros para terminar mi "preparación mental".
Seokmin corrió hasta mi hermana y ella le dio muchos besos. Mis padres sonreían mientras que mis hermanos le hacían cosquillas a mis sobrino. Se veían exactamente como la familia feliz en la que yo había crecido. Incluso mi padre sonreía con la misma dulzura de hace tanto tiempo. Me sentí mal al darme cuenta de que posiblemente yo había sido el culpable del cambio en el comportamiento de mi padre. Pero ni en eso me pude concentrar porque mis hermanos corrieron hacia mí. Y se me hizo extraño tener tanto contacto con ellos en tan poco tiempo.
- ¡Es bueno verte, Seokkie bebé! - Sunjin me dio un beso en la mejilla, al igual que Sunmin. Seokjung nos envolvió en un fuerte abrazo que yo no pensé que recibiría. Y siendo sincero, me sentí bien con ellos a mi lado.
Mamá se acercó mientras que mi padre cargaba con las flores. Unas grandes margaritas blancas.
-Me alegra de que estés aquí - dijo mi madre. Ella tenía puesto un vestido azul oscuro, el que mi abuela le había regalado hace tantos años.
Observé detenidamente a mi padre, quien había optado por una chaqueta marrón que mi abuela también le había regalado. Mis hermanos por igual usaban algo que ella les había obsequiado: Sunjin lucía un collar, Sunmin, un brazalete y Seokjung, un reloj.
Mi padre señaló la pulsera que yo estaba usando - La que la abuela te dio cuando cumpliste trece.
Me inquietó un poco escucharle hablarme directamente desde el incidente con Park. Desde que yo, su hijo, le había prácticamente hecho cerrar la boca. - Sí - contesté a medias.
Seokmin me miró de reojo. - ¿Por eso te la pusiste?
- Es una tradición. - respondí. - Le mostramos a la abuela que aún usamos sus presentes y que los atesoramos.
Mi sobrino asintió y me dio una sonrisa.
...
Pasamos una hora sentados allí. Mi madre sacó incienso de su bolso. Mi hermano, unos documentos. Mis hermanas por igual, sacaron fotos y un par de libros. Mi padre prendió un cigarrillo (la marca preferida de mis abuelos) . Yo saqué la botella de perfume (olor a la lavanda) y la de vino del pequeño bolsito que me había dado Seokmin; quién me observaba sorprendido de que eso estuviera allí.
Sunmin sacó un par de copas y yo le serví a mis padres. Ellos tenían que brindar por la abuela. Esa también era nuestra costumbre.
Miré a Seokmin - A la próxima tú tendrás que servir el vino ya que eres ahora el más joven.
Mi sobrino no pudo evitar emocionarse, lo cual hizo que nosotros riéramos un poco. Verlo así de feliz nos alegraba el corazón. Esa es la magia de la familia, supongo. Te pone feliz que el resto también lo esté.

ESTÁS LEYENDO
Al otro lado - Jinmin
Fiksi Penggemar¿Dos personas pueden llevar años viviendo cerca y no tener ni la mínima idea de quién es el otro? Kim Seokjin, estudiante de artes, emprenderá un viaje de autoaceptación y amor propio de la mano de su inquieto, engreído y dulce vecino, al que nunca...