Pasaban los primeros meses y me decepcioné de mí misma por negarme cada vez que mamá me pedía que te cuidara.
Eras muy inquieto y travieso, y yo quería hacer otras cosas, no me gustaba sentirme atada, pero mucho menos me gustaba en lo que me estaba convirtiendo.
Pegaba el grito al cielo cuando tú llorabas o mamá me regañaba por no atenderte como correspondía diciéndole escuetamente " te advertí que no quería hacerlo" y salía corriendo a llorar por lo mala hermana que estaba siendo para ti.
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Querido tú
Non-Fiction¿Alguna vez has escuchado aquella frase que dice "nunca sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes"? Y no, yo no lo perdí, aunque definitivamente, la distancia que se instaló entre nosotros me hizo valorarlo, pero quizás más tarde de lo que había ima...