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Capítulo III: Agua




Lance reconoce que posee virtudes. Se considera una persona relativamente humana, y eso está bien. Preocuparse por sus seres queridos y velar que estén bien, es su mayor característica.

Pero así como tiene virtudes, también tiene defectos. Es parte de su esencia, es parte de ser el.

Antes no le molestaba hablar de sus errores, los reconocía a gran medida y enfrentaba los problemas cara a cara.

Eso cambió.

Cambio en el momento que lo hicieron sentir diferente, no culpa a los niños de la primaria que lo llamaban retrasado, ni a sus compañeros de la secundaria que lo maltrataban con sus poderes por no demostrar alguno.

Ninguno de ellos tuvo la culpa de que sus poderes no se desarrollarán.

Y eso duele.

Quiere culpar a alguien por sentirse inferior, por sentir soledad, miedo, asco.

Suspira una vez más, le prometió a su madre y a la psicóloga que no se deprimiría más por esto, lo hizo para dejar de tomar esas pastillas que lo hacían sentir ligero y mareado.

Le destrozaba ver a su madre llorar en la noche por no darse cuenta de la depresión de su hijo, le dolía ver a su padre trabajar más de sus horas obligatorias de trabajo, para que pudiera pagar el medicamento de su deprimido hijo.

Le frustró ver a su familia descuidar su vida social solo por velar de su bienestar. Ese es su trabajo, no el de otros.

La gente a su alrededor no debe sentirse triste, el reparará lo que está mal en sus vidas y todo estará bien. Siempre lo está.

||Antes que el infierno se desate ||






- ¡Lance, cariño! ¡Hunk te está esperando! - la voz de su madre lo saca de su ensoñación. Parpadea varias veces antes de recordar que estaba frente al espejo observando su reflejo.

- ¡Bajo en seguida!- Grita en respuesta y se apresura a cambiarse.
El uniforme de la preparatoria no era feo, o bueno. Para el no lo era.

La camisa era de un azul claro y manga larga, el botón del cuello nunca se abrocha; el pantalón color marino y zapatos negros lo distinguían como estudiante, dejando eso de lado, el azul siempre fue su color.

Agarrando su mochila de tirantes salió del cuarto, un bostezo salió de su boca e hizo que agua salada se acumulará en las esquinas de sus ojos.

- Nos vemos.

Despidiéndose de sus padres con un beso en la mejilla, toma el pomo de la puerta para girarlo y poder salir de su casa.

Hunk está encorvado sobre la puerta de lazula, un Aveo sedan dos mil dieciocho azul. Una mata de cabellos rojizos se mueven en el asiento del copiloto y puede ver a Pidge volverse dueña del radio.

- Hey amigo. - La sonrisa que se plasmó en su rostro es tan natural cuando se trata de sus compañeros.

- Hola Lance -Hunk saluda con una sonrisa suave y se aparta de la puerta, siempre se preguntó cómo su amigo podía ser un buena persona, suerte que tuvo para encontrarse con ese tipo de personas.

Hunk abre la puerta de piloto y se acomoda para manejar, le tocó ir en el asiento de atrás. Sonrisa fácil, no todo es como quieras.

Espera que Hunk rebote los seguros para poder entrar. Los escucha salir y es su momento para entrar.

- Sería más sencillo desayunar en Vips que solo tomar vasos de café.

- Hola Pidge, estoy bien ¿Y tú? - el sarcasmo sale natural.

- Genial Lance, me encanta que te preocupes por mí. - una sonrisa peligrosa sale de Pidge.

Lance sonríe también. Su mano se estira hasta llegar al cabello de Pidge y desordenar lo.

- ¡Noooo!

Pidge le pega un manotazo a su mano alejando la de su cabeza. El golpe no fue lo suficientemente duro para dolerle. Pero si para hacerle saber que le molestó a Pidge.

La risa de Hunk es burbujeante, le recuerda por que yo sigue siendo el.

- Pidge necesito que me expliques el proyecto de Innovación. - Se deja caer en el asiento cuando Hunk quita el freno de mano y empieza acelerar.

- Tampoco tengo idea de que hacer Lance. - Pigde remueve sus gafas y se talla los ojos. Característica que tiene cuando no duerme lo suficiente. - No sé qué producto innovar.

Sus ojos viajan de la figura de Pidge al vidrio de la puerta derecha. Logra ver el paisaje, pero realmente no lo observa. Su mente está en otras cosas.

Debe pensar tantas situaciones, ni tiene idea de cómo hacerlo pero saldrá de los problemas que sabe le vendrán encima.

Antes de que todo se salga de control.

Nuestro poder. || KLance ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora