the dancer ↛ dk/donghyuk & tu [iKON]

ｆｏｕｒ

Una de las cosas que más me gustan de Donghyuk, es su dualidad. Él es una persona adorable, amigable, de buen corazón y demás. Pero, al bailar, se transforma en alguien sensual, poderoso y hasta incluso intimidante. Lo peor es que ambos Donghyuks me encantan, y cada vez más. 

Era viernes y me encontraba en la sala de prácticas con los demás bailarines ensayando la coreografía. Hoy DK tenía agenda con iKON, por lo tanto no podía venir a ensayar temprano como todos los días. Aún así nosotros pudimos ensayar perfectamente. El ambiente con los demás bailarines era muy amigable. 

Ya era medio día y nos encontrábamos hambrientos, pero Donghyuk dijo que a ésta hora llegaría y que por favor lo esperásemos. Así que no nos quedó otra opción que acatar el pedido su pedido. 

Nos encontrábamos en medio de un ensayo cuando la puerta se abrió. Donghyuk apareció con muchas bolsas de McDonalds y su brillante sonrisa. 

—Les traje de comer —todos agradecieron eufóricos a DK y éste comenzó a repartir las hamburguesas. Aquello le habrá salido una fortuna.

Si bien el detalle había sido muy tierno, yo no podía disfrutarlo. Desde hace ya unos meses me cuidaba con la comida e intentaba no ingerir mucha grasa. Quería mantenerme delgada ya que de lo contrario en la empresa muchos te critican. Si, la vida de los bailarines también debe enfrentarse a comentarios duros tal y como los idols. 

Donghyuk se acercó a mi con una sonrisa y me tendió una de las bolsas. Estuve a punto de decirle educadamente que prefería buscar algo más sano en la cafetería de la empresa, pero él me interrumpió. 

—Sé que te encuentras en una dieta estricta, así que a ti te compré ensalada —lo observé sorprendida. Miré el interior de la bolsa y efectivamente allí se encontraba una deliciosa ensalada. —De todas maneras compré una hamburguesa de más, por si te tientas y prefieres olvidar la dieta por un día —murmuró a mi oído. 

—Gracias —dije sinceramente. Él me guiñó un ojo y continuó repartiendo comida. 

Esos pequeños detalles son los que caracterizan el lado tierno de Donghyuk. El lado que hace que mi corazón lata fuertemente al punto de poder oír mis propios latidos. 

Mordí mi labio inferior, viendo a DK reír junto a los demás bailarines. Este chico es un verdadero ángel. Mis ojos hicieron contacto visual con los de Donghyuk. Oh no, notó que lo observaba. DK me hizo una seña para que me acercara a él. Junto a mi ensalada, caminé hasta su lado. Él pasó un brazo por mis hombros, abrazándome amistosamente, y continuó hablando con los bailarines pero ésta vez uniéndome a su amena charla. 

Parecíamos una pareja. Un leve sonrojó tiñó mis mejillas al pensar en eso. Inevitablemente volví a pensar en el pequeño beso que tuvimos y desee volver a probar sus labios una vez más. 

Ese día quedamos ensayando hasta muy tarde. Cada faltaba menos para la gira y todo debía ser perfecto. No podía haber ni un solo error. Es por eso que nos encargamos de pulir cada pequeño detalle, dejando la coreografía perfecta. 

Unas horas después, todos los bailarines se habían ido. Solo quedábamos Donghyuk y yo ensayando la primer parte de la coreografía. Cada vez había más y más confianza entre nosotros. Donghyuk me tocaba como si me conociese toda su vida. No había incomodidad entre nosotros. Todo lo contrario. Había mucha conexión entre ambos al bailar e incluso en la vida diaria también. Los dos pensábamos igual y teníamos muchas cosas en común. Eso solo hacía que DK me gustara más y más. 

—Creo que es momento de parar —dijo al observarme bostezar. De inmediato estuve de acuerdo. Me encontraba agotada. Luego de recoger mis cosas, me despedí de él.

—Adiós —dije amigablemente. Antes de voltear hacia la salida, DK me detuvo. 

—Sooyoung, espera. Te acompañaré a tu casa —lo observé confundida. —Es muy tarde y no quiero que te pase nada. 

Me extrañaba aquello. No era la primera vez que nos quedábamos hasta tarde ensayando. Además las calles de Seúl no eran inseguras. Aún así no me negué. Un poco de tiempo más junto a Donghyuk no le hace daño a nadie. 

El viaje hacia mi casa estuvo repleto de charlas y risas. Era impresionante la facilidad que poseía DK para poder buscar un tema de conversación. Era muy extrovertido y eso me encantaba. Punto a favor para Donghyuk. 

Al llegar a mi casa, él me acompañó hasta la puerta. 

—Gracias —dije sonriendo. Él se quedó callado. Su mirada se dirigía directamente a mis labios, lo cual me hizo poner nerviosa. No sonreía, simplemente se encontraba serio y pensativo. —¿Estás bi... 

No pude terminar la oración ya que Donghyuk se encontraba besándome. Los primeros segundos estuve tan sorprendida que no logré corresponder el beso. 

Vamos maldita idiota, reacciona ya. 

Le hice caso a mi conciencia y cerré mis ojos, dejándome llevar por los suaves labios de DK. Enrosqué mis brazos en su cuello y él colocó sus manos en mi cintura, acercando más nuestras anatomías. Su lengua pidió permiso para introducirse en mi boca y yo encantada lo permití, dejando que nuestras lenguas jugasen como quisieran. El beso tenía una mezcla de ternura y sensualidad. Simplemente perfecto. 

Lamentablemente tuvimos que separarnos para poder respirar. Ambas respiraciones estaban agitadas. Mi corazón palpitaba demasiado y mi mente aún seguía en estado de shock. Donghyuk me dedicó una encantadora sonrisa. 

—Nos vemos mañana —dijo para luego marcharse. 

Simplemente atiné a balbucear y luego me introduje a mi hogar. 

Oh. Por. Dios. Mi deseo de volver a probar los labios de Donghyuk se había cumplido. Y mejor aún. Esta vez sí había sido un verdadero beso. 

Estuve toda la noche dando vuelvas en mi cama, sin poder dormir. Los pensamientos de qué ocurriría con Donghyuk a partir de este acontecimiento me atormentaban. ¿Actuaría como si nada pasó? ¿Sería incómodo? ¿Me diría que me ama y quiere permanecer a mi lado por toda la eternidad? 

Decidí dejar de pensar idioteces y luego de unos minutos logré dormirme.