2

62 0 0
                                    

En su alcoba hacía frio,
la tristeza se encontraba allí,
también.. en mi corazón, en mis ojos inflamados.

Desde que era una niña
me preguntaba si tenía alergia a mis propias lágrimas,
porque mi rostro se destroza al igual que mi espíritu.

A mi lado, él..
calma mi llanto, calma mi alma vacía y la llena con caricias.

Quería dormir un poco.

Sentí no lograrlo por encontrarme arropada en sus brazos,
además el nerviosismo de mi cuerpo me lo impediría.

De pronto mis ojos pesados me ayudaron.

Dormí.
Dormimos.

Temblaba ¿ por la tristeza y la angustia o por el frío?

Odio el frío pero cuando te encuentras en una cama y alguien puede abrazarte no es tan mala,

Anhelaba su cercanía,

Se aproximó a mi, nose si por verme aflijida o porque también ansiaba mi contorno.

Su respiración caliente, su energía dulce, nuestras piernas entrelazadas, sus caricias en mi cintura, por un momento la tristeza se fue.

Mi cuerpo era un barco roto, triste, maltratado y robado por piratas que lo remataron.

Él, con unas pocas caricias, con sus manos calientitas, lo arregló, lo hizo funcionar y navegar de nuevo, con sus besos lo preparó para andar por fluidos, que él despertó.




Prosa ProzacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora