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Escribo, escribo, escribo.

Observó hongos, ojalá sean venenosos, para dejar de escribir.

Me acerco y los obsevo en forma de falo.

Me senté en ellos, hice mi panti para un lado, oh hongos penes.

Talvez pueda morir o alucinar si los introduzco en mi vagina.

Oh hongos penes.

Me podría masturbar con cualquier objeto, el mismo esfero con el que escribo, los mismos dedos que sostienen el esfero.

Cepillo de dientes, banano, pepino, pasando por mi clítoris diferentes texturas, telas.

Mientras me hacen un tatuaje de una mujer desnuda.

Mientras veo mi vagina en el espejo,

Con los barandales de la cama,

Las palancas de los carros,

Colores, marcadores.

Mi novia pide a Dios una mujer ninfómana y aparezco en su vida.

Prosa ProzacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora