Mensajes

1.9K 117 23
                                    



No podía dormir. No entendía por qué Natalia me había dicho eso. Vale que iba un poco borracha, pero en ese momento parecía totalmente cuerda. Estuve un rato dando vueltas en la cama pero no podía dormir, miré un rato el móvil y algo dentro de mí me alentaba a decirla algo, a escribirla que desde el primer momento que la vi había estado en mi cabeza... pero cuanto estaba a punto de enviarlo lo borré.

Yo: "Espero que me perdones por haber causado problemas con los amigos de tu novio. Lo siento. Buenas noches preciosa. "

Eso fue lo que escribí aunque lo que de verdad quería era otra cosa. Quizá lo de preciosa sobraba, pero ya estaba enviado. No quise esperar respuesta, imaginaba que ya se habría dormido y preferí darme la vuelta y dormir.

...

Solo había dormido 4 horas pero como no paraba de dar vueltas en la cama me di una ducha rápida y fui a comprar cosas para el desayuno. Cuando volví todavía estaban dormidas porque no se escuchaba ni un solo ruido, empecé a prepararme unas tostadas con aguacate y escuché el ruido de la ducha. Me asomé al pasillo a ver si veía quien era y pude ver que la puerta de la habitación de Natalia estaba abierta y supuse que sería ella la que se estaba duchando.

No sabía si la gustaban los aguacates, tampoco si tomaba café, té o cualquier otra cosa pero por si acaso, y ya que estaba preparando lo mío, preparé lo mismo para ella. Tostadas con aguacate y café con leche.

¿Cómo podía ser tan sexy? Ver a Natalia con el pelo mojado y vestida solo con una camiseta larga y ancha creo que me quitó años de vida.

Por la cara que puso supuse que no se esperaba encontrarme allí, y menos aún con el desayuno preparado.

-Buenos días Albi, pensaba que estabas dormida. – Dijo algo sorprendida pero con una pequeña sonrisa en su cara. – ¿Qué vas a desayunar?

-Buenos días. Voy a desayunar lo mismo que tú. – Dije muy segura mientras ella miraba hasta la mesa donde estaban nuestros cafés y tostadas – Bueno... solo si te gusta.

- Vaya vaya Albi... ¿esto va a ser así todos los días? Porque entonces tendremos que vivir juntas toda la vida... – Mi cara en ese momento se puso roja completamente y empecé a ponerme un poco nerviosa. – Tranquila cariño, es una broma. – Dijo cuándo notó que me estaba poniendo tensa.

-Espero que te guste, pero si no quieres no tienes que comértelo. Y tampoco tenemos que desayunar juntas. Simplemente te escuché y pensé que quizá te apetecería. – Dije con algo de miedo.

-¿Eres tonta o qué? Me encanta todo y te lo agradezco muchísimo porque tengo un poco de resaca. – En ese momento pensé en lo último que me dijo la noche anterior y supe que probablemente no se acordaría. – Eres un amor – Dijo mientras venía a darme un beso y un abrazo.

Nos sentamos a desayunar juntas y empezamos a comentar la noche anterior. Esta chica tenía el poder de ponerme nerviosa solo con tenerla cerca, que sensación más extraña. Me resultó raro que omitiera el hecho de haberme visto liarme con una tía en el baño y la discusión con sus amigos. Estuvimos hablando y riéndonos un poco de nosotras mismas y del pedo que nos pillamos, comentando la facilidad de Marta de emborracharse con dos cervezas, lo ridículas que habíamos sido en el Karaoke... Todo muy divertido, pero al final sí que se acordó de algo.

-Poco hablamos de lo bien que te lo estabas pasando en el baño...

- No me lo recuerdes tía, qué vergüenza. – Dije sin saber bien dónde mirar.

- ¿Por qué? Solo te estabas comiendo la boca con una tía, no tiene nada de malo. No eres la primera ni la última eh... – ¿Cómo? ¿Qué había querido decir? ¿Ella se comía la boca con tías también o había sido un simple comentario? – Vamos, que no perdiste el tiempo. ¿La conocías?

EfervesenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora