Capítulo 16

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   A Molen en cuestión de segundos abrió los ojos de forma que parecía que no tuviese párpados. No tardaron ni un suspiro en alertar al resto del grupo, que aunque estuviese un tanto enfrentado, por ahora debía permanecer juntos y colaborar.
   Cuando Molen les explicó lo que habían visto, Zanquiy no tardó ni un instante en mover su cabeza para mirar hacia donde ellos apuntaban, sin embargo Oncar con tono de superioridad, decidió contestar.

- ¡Bah! Ya los había visto-

   Zanquiy furioso respondió ofendido e iracundo, a su frase con ánimo de superioridad, intentando no alzar demasiado la voz para que no los oyeran.

- ¿¡Y por qué no nos avisaste!?-

   Oncar despreocupado contestó.

- Pensé que los habíais visto-

Molen, los interrumpió, con voz temblorosa.

- Bueno, eso lo arreglaremos más tarde, pero por ahora yo votó por alejarnos de este sitio y no volver, ya veis por aquí no se nos ha perdido nada.-

   Oncar lo miro un momento, desde que empezó la frase y la acabó.

- ¿Acaso recuerdas por qué estamos aquí?

   Molen confundido respondió.

- ¿Eh? Pues claro, vinimos a rescatar al hijo de Tapuk, Rúmel ¿A qué viene esa pregunta ahora?-

   Oncar suspiró y se pusó la mano derecha en la frente por aún momento.

- ¿Acaso no habéis visto a ese chico allí atado?- alzó el brazo, estiró su dedo índice y apuntó al centro de todas las bestias.
   Todos quedaron sorprendidos y preguntándose como había sido capaz de verlo antes y mejor que nadie, pero esa cuestión no importaba, ya que habían encontrado a quien debían salvar, lo que era dar un pequeño paso más adelante. Todos se escondieron en los arbustos que tenían delante.
   Una vez reunidos en aquellos setos, Zanquiy propuso que Luinie y Molen debían quedarse más atrás para que en caso de que alguien surgiera herido, Luinie lo llevase hasta Molen y este lo curase con sus poderes, y si nadie era dañado, podían atacar a distancia, algunos con su arco y otros con su magia destructora. Entre tanto Oncar y Zanquiy se acercarían a ellos para darles un frío, seco y cortante golpe de gracia.
   A todos les pareció bien el plan, pero Oncar tenía una petición.

- Me parece bien, pero yo quiero ir a por el grande-

   Todos observaron a través del matojo de hojas y ramas el número de enemigos contra el que debían luchar. 

Los invictos: La Espada MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora