Capítulo 21

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   Molen se levantó y gritó:

-¡¡NOOOOO!! ¡¡JAMÁS ME VENCERÁS!!-

   Después de aquel grito, dejó de gotear sangre por su nariz y unas enormes esferas translúcidas, de color azul rodeando sus manos y muñecas se iban haciendo más grandes. Todo el ambiente cambio de color, generaba una luz muy potente, y generaba infinidad de sombras iluminando los escombros. Finalmente las dos bolas de energía cubrieron por completo a Molen y cegó al resto de seres que había a su alrededor. Cuando todos recuperaron su vista y apartaron las manos de su cara, vieron a Molen con el ceño fruncido, enfureció más su rostro y sin alzar la voz, con un tono no muy ajetreado, pero a su vez muy furioso, dijo:

-¡Esto se va a acabar... ya!-

   Todos los presentes se fijaban en aquel hechicero consumido por su ira y controlado por su poder, mientras este mismo no dejaba de mirar a la bestia sádica que no había dejado de obstaculizarlos e intentar matarlos.

   Molen extendió su mano en dirección a su rival con la velocidad de un rayo y gritó ¡Razzta!

   Una enorme bola de energía del mismo color que las anteriores se creó instantáneamente en su mano y se dirigió hacia "el grande".

   Se pudo distinguir como la bestia había dejado sus ojos abiertos como platos antes de que el ataque lo alcanzase. Una gran explosión se generó y a su vez una enorme polvareda se alzó, la calma apareció por unos momentos, hasta que Molen fijó su mirada en el cielo y ahí estaba el enorme enemigo, después de haber hecho un salto de tal magnitud, cualquiera de partiría las piernas al aterrizar, pero este enemigo era los suficientemente resistente como para aguantar. Pero antes de que cayese el humano alzó su mano, lo apunto con su dedo índice y dijo:

-¡Desaparece bestia del inframundo! ¡CETSSA!-

   Un pequeño rayo salió disparado del dedo e impactó contra la bestia verde, una gran explosión se convirtió en el pensamiento dentro de las cabezas de todos, pero eso no era suficiente para vencerlo, cuando la bestia llegó al suelo se apoyó en una pierna, arrodillándose, Molen dijo:

-¡Sé que puedes hacer más, así que no te quedes ahí como si ese ataque te hubiese afectado!-

   La bestia sonrió ligeramente y se levantó. Molen ordenó a Luinie que fuese a ayudar a Oncar y a Zanquiy, él sabía que derrotar a "el grande" le llevaría un rato y que sin el resto de su grupo le sería más difícil vencer a su oponente, por eso Molen espera que acaben rápido con ese pequeño rival, para que puedan ayudarlo.

Los invictos: La Espada MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora