Capítulo 4

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El sol se iba escondiendo por el horizonte avisando la llegada del anochecer, el viento soplaba suavemente haciendo que las hojas secas del piso volaran lentamente. La gente en el parque comenzaba a irse con la llegada de la noche. La luna se hizo presente y las farolas iluminaron el camino.

Jimin estaba con la espalda apoyada sobre un roble mientras el viento movía sus cabellos oscuros y se llevaba el humo del cigarro que sostenía entre sus dedos. Dio una calada y liberó pequeños círculos grises que se borraban con la ventisca, uno tras otro se deshacían hasta desaparecer en el cielo nocturno.

Cualquiera que lo notara entre la oscuridad de los árboles preferiría alejarse. Su mirada penetrante estaba oculta bajo unas gafas oscuras. Llevaba una camiseta negra sin mangas pegada a su torso, que dejaba a la vista sus muy trabajados brazos, unos pantalones negros firmemente ajustados a sus muslos y sus famosas botas acordonadas. Sus "tatuajes" estaban más brillantes que nunca gracias a la iluminación artificial del parque. En su cuello blanquecino destacaba una pequeña marca morada producto del momento que tuvo el sábado con el chico de sonrisa de conejo. Dio otra calada a su cigarro y el humo volvió a mezclarse con el viento. Era la representación exacta de la lujuria y el pecado.

El "gigante", como Jimin solía llamarlo, apareció a su lado llevando consigo una carpeta color marrón bajo el brazo cubierto por sus característicos tatuajes. Su vestimenta era similar a la de Jimin, solo que llevaba una camisa negra de manga corta con los tres primeros botones desabrochados dejando a la vista el tatuaje de cruz invertida que llevaba en su pecho junto a la cadena plateada de alas de ángel que llevaba alrededor de su cuello. La luz artificial iluminaba perfectamente el violeta de su cabello, peinado hacia atrás, al igual que el violeta de sus ojos. Su piel aceituna brillaba perfectamente ante la luz.

Se apoyo lentamente a un costado de Jimin, imitando su pose, y prendió un cigarro con el mismo encendido que tenía el más pequeño. Sus gruesos labios dejaron escapar el humo de su primera calada que se mezcló con el que largó su acompañante. Extendió la carpeta hacia Jimin quien comenzó a leer su contenido con calma.

—Lamento la tardanza —Dijo con su característica voz gruesa.

—Tu siempre lamentas todo, NamJoon —Contestó con voz plana causando que el más grande largara un suspiro cansado.

—Como sea, eso es toda la información que pude conseguir del niño conejo —Comentó— Lo único raro de su historial es su padre, después de eso es solo un humano común y corriente.

—No tiene nada de humano común y corriente si es hijo de un nefilim —Por primera vez lo miró.

—Es solo un niño —Siguió hablando luego de soltar el humo de su cigarro— Le gusta la música, va a la universidad y trabaja en una tienda de conveniencia por las tardes. Se ve normal para mi

—Olvidaste la parte en la que se divierte en bares de mala muerte —Sonrió ladino.

—De eso no encontré nada —Negó NamJoon con el ceño fruncido.

—¿Quién crees que me hizo esta bonita marca? —Jimin señaló el chupón de su cuello con una sonrisa petulante.

—Wow —Largó un silbido— Y yo que creía que era casto y puro

—No tiene nada de casto y puro si es hijo de un nefilim

JungKook suspiró cansado luego de terminar de acomodar las gaseosas, que acababan de llegar a la tienda, dentro de las heladeras

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JungKook suspiró cansado luego de terminar de acomodar las gaseosas, que acababan de llegar a la tienda, dentro de las heladeras. Secó el sudor de su frente y volvió a acomodarse detrás del mostrador para poder atender al cliente que lo esperaba pacientemente.

—Que tenga una buena tarde —Se despidió del cliente luego de que haya pagado y volvió a suspirar cansado.

Luego de haber visto ayer a ese chico de cabellos rubios no pudo dejar de pensar en él. Se le hacía increíble el hecho que sea igual al Jimin que conoció en el bar y que incluso tengan el mismo nombre. Era bastante notorio que no eran la misma persona. Sus personalidades eran completamente diferentes, sus miradas. Él rubio no tenía tatuajes, aunque claro, estaba completamente tapado asique pudieran haber estado ocultos. Sus cabellos eran diferentes, aunque pudiera haber sido teñido en esos días. Pero no, JungKook estaba seguro de que no eran la misma persona, era imposible.

Cuando el día anterior TaeHyung salió del despacho de Jung, JungKook quiso contarle lo sucedido pero el peligrís estaba tan emocionado hablando de lo guapo y sexy que era él mayor, que no pudo decir nada de lo sucedido. Ahora su cabeza no dejaba de dar vueltas y no podía concentrarse en nada. Incluso esta mañana en la universidad estuvo demasiado distraído pensando en ambos chicos.

La campana avisando que entró un cliente lo quitó de sus pensamientos.

—Buenas tar... —JungKook al ver entrar al pelinegro a la tienda le cortó el habla.

—Oh, el niño bonito del bar —Jimin sonrío con coquetería— sabía que volvería verte

El mayor esperó una respuesta por parte del otro pero solo obtuvo unas mejillas rojas y unos ojos profundos y asombrados. Se apoyo sobre el mostrador, haciendo notar sus marcados brazos, gracias a su camiseta sin mangas y se mordió el labio con lujuria.

—Me das un Marlboro, bonito —Pidió con voz seductora sacando de su ensoñación al chico de ojos grandes.

—O-oh s-si —Balbuceó agarrando rápidamente la cajetilla de cigarros con manos temblorosas para diversión del otro.

—Veo que aún te pongo nervioso —Sonrió.

—E-es que... yo... —Suspiró tratando de relajarse ante la mirada divertida de Jimin— Solo no esperaba volver a verte

—Pues es tu día de suerte porque aquí estoy

—Si, eso creo -Sonrió con vergüenza.

Jimin se estiró sobre el mostrador, sin dejar la sonrisa en sus labios, y se acercó hasta estar muy cerca de su rostro, hasta el punto de que sus narices casi se rozaban. Mordió ligeramente el labio inferior del menor ganando un gemido de este que llegó directamente hasta su entrepierna. Apresó sus labios en un beso introduciendo su lengua a la cavidad bucal del otro y ganando nuevamente un gemido. JungKook quiso aferrarse a su camiseta pero él se alejó rápidamente.

—Ya nos volveremos a ver, bonito —Le guiñó un ojo y tomó el paquete de cigarros.

JungKook lo vio alejarse mientras sentía la dolorosa erección apretada en sus pantalones.

Definitivamente no eran la misma persona. 

Dividido (JIKOOK/KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora