Capítulo 10

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JungKook se dirigía a paso rápido a la gran iglesia blanca, un llamado por parte del señor Jung lo había dejado más inquieto que de costumbre.

Las 24 horas de TaeHyung ya habían pasado pero su estado había empeorado desde el día anterior. Él señor Jung había descubierto a su peligrís amigo convulsionando, con espuma en la boca y siendo atacado por varias de esas horrendas sombras moradas. Parece ser que esos eran demonios.

El pánico del pelinegro crecía cada vez más, su mejor amigo estaba pasando la peor experiencia de su vida y él solo se preocupaba por secretos y acostarse con el tatuado. Se sentía la peor persona en el universo.

Al ingresar en la iglesia se dirigió al despacho de Jung, entró luego de dar dos golpes en la puerta sin esperar respuesta.

¿Hola? Habló haciendo eco por el despacho ¿Señor Jung? ¿Jimin?

JungKook no podía ver nada a su alrededor, el despacho estaba completamente a oscuras. Giró para salir de ese lugar pero en ese mismo instante la puerta se cerró sonoramente haciéndolo saltar hacia atrás por la sorpresa. Su espalda chocó con algo duro y unos brazos rodearon su cintura con fuerza.

Su garganta estaba preparada para gritar pero ningún sonido salió ya que se sintió completamente silenciado al escuchar su voz.

Hola bonito Susurró Jimin en su oído Te sientes algo nervioso

Los brazos que rodeaban su cintura bajaron hasta el borde de sus pantalones y se escabulleron por el interior de ellos. Sus manos firmes rodearon su miembro aún flácido logrando que un jadeo escapara de sus labios.

¿Jimin que haces? ¿Qué haces aquí? Susurró estático Estamos en el interior de una iglesia

No parece importarte mucho Habló burlesco sin detener los movimientos de arriba abajo que estaba ejerciendo sobre su miembro Ya estás duro

Una risita provino de alguna parte del lugar, los sentidos de JungKook se pusieron alerta por un segundo pero se distrajo al sentir como los movimientos ganaban velocidad.

¿Estás quedándote con toda la diversión para ti? Habló una voz idéntica a la de Jimin desde el fondo del despacho.

JungKook abrió sus ojos, que mantenía cerrados por el placer que estaba sintiendo, al mismo tiempo que la luz del lugar se encendió. El pelinegro refregó sus ojos para acostumbrarse a la iluminación y giró su vista.

Él chico de mechas naranjas permanecía unos metros lejos de él, contemplándolo con diversión. Estaba sin camiseta y todos los tatuajes en su torso eran visibles.

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⏰ Última actualización: Jan 12, 2019 ⏰

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