Capítulo 6

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Los pequeños rayos dorados se hacían visibles a través de los árboles, anunciando la llegada del día. El sonido de los pájaros se mezclaba con el de los primeros autos que aparecían en el tráfico de esta mañana de jueves en Seúl. Las farolas del parque ya lucían apagadas gracias a la iluminación natural que proveía el sol.

Jimin caminaba a paso tranquilo dirigiéndose a la blanca iglesia como todas las mañanas. Sus hebras doradas brillaban a la luz y se mecían suavemente a cada paso que daba. Sus zapatos negros lustrados daban una impresión elegante al igual que su pantalón negro y su camisa blanca perfectamente planchada metida dentro de los mismos, esta vez con los dos primeros botones abiertos dejando a la vista su rosario plateado colocado fielmente alrededor de su cuello como cada día. En su mano derecha llevaba un vaso de jugo de naranja exprimido, como le gustaba ingerir en las mañanas, y en su mano izquierda llevaba una pequeña bolsa marrón que contenía otro jugo, pero esta vez sabor uva y una pequeña rosquilla glaseada de esas que tanto le gustaban a su colega y fiel amigo. Una tonada dulce, perteneciente a un cántico de iglesia, escapaba de sus rosados labios en forma de silbido acompañando el sonido de los pájaros.
Con una alegre y brillante sonrisa entró al blanco edificio y se dirigió al despacho de Jung, dio tres golpes suaves en la madera brillante anunciando su presencia. Un sonriente castaño abrió la puerta y le permitió la entrada a su angelical amigo.

—J-Hope —saludó con voz alegre dejando la bolsa en el escritorio— traje tu desayuno 

—Gracias Jimin-ssi —Se sentó y dispuso a devorar la rosquilla— Hoy no hice a tiempo de comer en mi hogar 

—Me alegra ayudar entonces —Sonrió aún más. 


Ambos se concentraron en sus respectivas bebidas mientras el lugar se llenaba de un silencio cómodo. Luego de unos minutos, limpiaron el rastro de comida que dejaron en el escritorio y cada uno siguió con sus actividades.
Hoseok ordenó un poco el despacho mientras esperaba  su próximo paciente, y Jimin fue a ayudar al sacerdote de la iglesia a preparar todo para su próxima misa.
La mañana transcurrió normal, Jimin dio una mano a Hoseok con uno de sus pacientes más complicados pero nada fuera de lo normal. Últimamente la iglesia estaba calma.
Pero esa tranquilidad tuvo su final cuando un TaeHyung desaliñado, con un pijama verde y los ojos inyectados en sangre entró abruptamente al despacho de Hoseok.
El castaño vio al peligrís entrar con tal desesperación, seguido por un Jimin preocupado en sus espaldas.

—¿Qué te sucedió? —Preguntó con pánico en su voz al ver al menor en ese estado. 

—Ayúdame por favor —Pidió abalanzándose a sus brazos. 


El rubio y el castaño compartieron miradas preocupadas mientras TaeHyung se aferraba más fuerte al cuerpo de Hoseok entre llantos y temblores.

Luego de varios minutos, el peligrís se encontraba sentado en la silla de cuero envuelto en una manta color rojo brillante. Una taza de café humeante en sus manos trataba de mantenerlo caliente. Su rostro se encontraba en mejor estado ya que Hoseok lo obligó a lavarse con agua helada aunque unas manchas moradas rodeaban sus ojos haciendo notar su noche en desvelo. Un suspiro cansado salió de su boca al ver que ya no estaba temblando. Ambos colegas lo observaban con preocupación.
TaeHyung había pasado la peor noche de su vida, no tenía recuerdos muy detallados de lo que vivió. Sólo podía pensar en el pánico que sintió, el fuego, la oscuridad. Todo se sentía tan real, tan tétrico. También podía recordar una voz grave riendo fuertemente mientras el miedo y el calor iban aumentando gradualmente. Algo le hicieron pero en verdad no podía recordar que era.
Los temblores volvieron al cuerpo de TaeHyung y antes de que alguno de los dos colegas pudiera decir algo, el menor largó un grito gutural de dolor. Para cualquier ojo mundano esa situación hubiera pasado desapercibida, pero Jimin y Hoseok pudieron ver perfectamente la sombra morada que lo atravesó y desapareció en su interior dejando un tembloroso y asustado TaeHyung  en el suelo.
Hoseok quiso correr a ayudarlo pero Jimin se lo impidió poniendo una mano en su pecho.

—Esto es algo de lo que me tengo que ocupar yo —Habló el rubio con voz severa antes de acercarse al peligrís. 


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Dividido (JIKOOK/KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora