Parte 1: Viaje a Ohio

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(2014)

- No quiero dejar casa...

- Ya lo sé hija, pero te digo que la situación ya no da para más, si querés podes quedarte sola, que ya tenés mayoría de edad.

Aunque siempre de le decía lo mismo y siempre obtenía la misma respuesta, no podía dejar de expresarle a mi padre mi disconformidad. Él siempre bromeaba con dejarme, pues era cierto, ya era adulta, pero solo tenía 22 años y un trabajo bastante inestable, aún dependía de mis padres. Dejar mi país era casi una tortura para mí, en mi cabeza, las imágenes de un futuro lejos de mis amigos y otros familiares se hacían densas y quemaban, pero mi única opción era aceptarlo y seguir adelante. Sabía que no todo era malo, pero me aterraba la idea de que mis padres no pudieran conseguir trabajo en Estados Unidos, ninguno tenía títulos de carreras imponentes o que garantizaran buen mercado laboral en el extranjero. Mi hermano siempre fantaseaba con países "Primermundistas" o mínimamente que hablaran inglés, él no se preocupaba por los demonios que podrían estar esperando en el aeropuerto al otro lado de América.

- Tenemos que abordar en cinco minutos, estén atentos - Dijo mi padre mientras miraba su celular.

- Vuelo 7865 a Columbus, Ohio, favor de abordar en puerta 4 - La voz en los parlantes nos anunciaba el comienzo de nuestra partida. 

Mientras hacíamos la fila, la puerta de el transportador de mi perro se abrió, y el animal dentro empezó a correr. Desesperada fui detrás de él, pero en un lugar lleno de gente, asientos y columnas, encontrar a una bola blanca corriendo asustada por la multitud, era todo un desafío. Di vueltas varios minutos alrededor de una fuente, para luego ver a mi perro detrás de un asiento echado por tanto correr. Velozmente lo alcé y me lo llevé hacia donde estábamos con mis padres hace unos minutos. 

- ¡Acá estás! ¿Dónde te habías metido? ¡Casi perdemos el vuelo!

- Lolito se escapó, pero ya lo metí de vuelta en la jaula.

- Bueno, menos mal, pero tenemos que irnos ya.

Entramos al avión y nos sentamos en nuestros asientos correspondientes, coloqué mié mochila debajo del asiento delante mío, justo al lado del transportín de mi perro. Para pasar el rato, utilicé la pantalla del asiento, para ver películas, aunque la mayoría ya las había visto, pero nunca es mal momento para ver Juego de Gemelas nuevamente. Lo primero que nos dieron para comer, fue la cena, anteriormente llamamos a la compañía para ordenar que me trajeran algún menú vegano, pues yo no consumía productos animales. Sorpresivamente mi comida fue mejor que la del resto. Mis padres y hermano comieron una especie de arroz con pollo seco, mientras que a mí me dieron spaghetti con crema de coco y hongos. No fue un viaje realmente malo.


Jøsh, el de los ojitos rasgados (Fanfic)Where stories live. Discover now