Parte 5: Ese chico

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Era un jueves normal, como cualquier otro. Me desperté, hice unas tostadas, preparé mis libros, saqué al perro y me fui a la universidad. Allí me encontré como siempre con quiénes se habían hecho mis amigos, Daniel y Annie. Las clases estuvieron bastante interesantes, pues ese día vimos una operación a un gato por piedras en los riñones y aprendimos el proceso completo de abertura, costura y analizamos las piedras.

Al salir me fui directo a la clínica, estaba llegando un poco tarde. Al ingresar, mi jefe me echó en cara los 10 minutos de retraso, aunque me los perdono, pues le caía bastante bien. Las horas transcurrieron normalmente, perro tras perro, gato tras gato y un canario llamado Balum. De repente, una señora con un perro pequeño entra a los gritos:

- ¡Atropellaron a mi perro, ayuda!

Mi jefe salió a atender a la señora y se llevó al perro a la sala de operaciones, no sin antes decirme:

- Te quedas a cargo.

Me sentí un poco nerviosa por tener que atender a los pacientes yo sola, pero sabía que mi jefe confiaba en mí, así que dejé que hicieran pasar a los animales. Logré atendenderlos bastante bien.

De la nada un gato gris con rayas negras entra corriendo al consultorio, detrás de él, un chico lo persigue. Yo logro atrapar al animal y lo pongo sobre la mesada.

- Lo siento, se me escapó - Dijo el chico con una voz ligeramente avergonzada.

No pasa nada, dije y dirigí la mirada hacía el chico. Por unos segundos me quedé mirándolo, tenía el pelo color celeste, un piercing en la nariz y un bonito tatuaje en el brazo, pero lo que más me sorprendió fueron sus hermosos ojos rasgados color café que me dejaron perdida, lo suficiente como para que se el chico se diera cuenta, y yo rápidamente bajé la mirada avergonzada.

Me fijé que no quedaba nadie esperando, así que le dije al chico:

- De acuerdo, puedo atenderte.

- Gracias - dijo el chico esbozando una sonrisa que hizo que sus ojos se arrugaran de una forma que lo hacía ver extremadamente tierno. - Necesito que le den la vacuna de la rabia -.

Preparé la aguja y le pedí al chico que sostuviera al gato. Limpie la zona y procedí a vacunar al animal. Apenas introduje la vacuna, el gato se asustó y salió corriendo fuera de la mesada. Los dos salimos detrás de él. Se escondió detrás de las repisas de alimentos e intentamos sacarlo, pero velozmente trepó por los rascadores y estantes y se posicionó en la repisa más alta del lugar. Los dos miramos al gato desde abajo pensando en como atraparlo. El chico se subió a una silla e intentó agarrarlo, pero el gato saltó a su hombro y el chico se tropezó y cayo de forma ridícula, aunque no muy fuerte.

- ¿Estás bien? - Dije intentando contener mi risa de forma ineficiente.

- Sí, gracias - Dijo el chico con el gato en brazos.

Lo ayudé a levantarse.

- Gracias y perdón, qué vergüenza - Dijo sonrojandose.

- No pasa nada - Dije sonriendo.

- A propósito, ¿Cuál es tu nombre? - Me preguntó el chico mientras volvíamos al consultorio

- May - Respondí mientras desviaba la mirada hacia el costado.

- Mi nombre es Joshua, bueno Josh - Dijo mientras ponía al gato nuevamente en la mesa.

- Intenta que esta vez no se escape - Dije entre risas.

Josh sonrió y sostuvo al gato más firme pero con cuidado. Logré vacunarlo sin que se escapara.

- Bueno, gracias - Dijo, y lo acompañé a la puerta. - Eres muy linda -.

- ¿Qué? - Dije haciéndome la tonta, pero sonrojandome.

- N..Nada, adiós - Dijo Josh, y se fue casi corriendo.

Jøsh, el de los ojitos rasgados (Fanfic)Where stories live. Discover now