Con mis labios digo que no.
-Bebé, no me hagas correr, hace frío.
Taeyang perseguía al menor, quien había hurtado sus panecillos, la risa de su novio endulzaba sus oídos, la manera en la que oleaba la bufanda era curiosa, sonrió ladino, Hwiyoung era un pésimo atleta, veía como el menor daba tropezones por ahí y por allá, aún así era muy enérgico, a pesar de la fuerte ventisca y la acumulación de nieve que cubría el pasto, pasaron unos segundos antes de que ya lo tuviera entre brazos, agitado, riendo, susurrando palabras indescifrables, tener a aquel chico entre sus brazos era una bendición.
-No importa cuanto te alejes, siempre estaré a tu lado- el mayor miraba directamente a los ojos cafés de Hwiyoung, él evadió la mirada, sus mejillas estaban rosadas.
-Hyung... ¿Tanto me amas?- preguntó el menor, jugando con sus dedos.
-Kim Young Kyun -el rubio tembló- Eres mi vida.
El silencio se apoderó de ambos, sólo sonaban las ramas de los árboles, sus hojas, que parecían hablar con el viento.
No.
-Umh...
-¿Umh? - imitó el peliazul- ¿Sucede algo malo?
-Nada sólo que... -el menor fue interrumpido.
-¿Que soy para ti?
Estoy siendo dramático.
Para.
Taeyang sentía que su sonrisa se rompería en cualquier momento, nuevamente era el culpable de todo lo malo que ocurría en su relación, porque Hwiyoung era perfecto, no había nada malo en él, todas sus sonrisas eran producto del más bajo, sin embargo todo se sentía distinto, la manera como decía "Te amo", cómo tomaba su mano, cómo lo miraba, todo era tan frío.
-Yoo Tae Yang... eres mi vida.
Lo dijiste, pero tus manos se sentían heladas.
Todo se sentía helado.
Tu cara tiene una máscara
(Diciéndome que me vaya,
Diciéndome que me dé la vuelta)
-¡Basta!- gritó su amigo- ¿Por qué crees que eres el problema? Es vuestra relación, si algo sale mal es culpa de ambos, no solo tuya, ¿entiendes?
Los nudillos de Rowoon estaban blancos, sus manos eran puños, tal vez quería golpearlo, eso no estaría mal, se estaba comportando como un estúpido.
-Rowoonie~ Por favor- las lágrimas resbalaban por las mejillas de Taeyang, los sollozos eran desgarradores- Dime que estoy haciendo mal.
Amarlo, pero ¿qué mas da?
El moreno tomó sus llaves y salió. Taeyang se escondió entre las almohadas, indefenso, se sentía como si estuvieran arrancando y destrozando sus esperanzas. Escuchó las llaves sonando en la puerta.
¿Estás aquí?
¿Hwiyoung?
Como pudo se levantó, camino desesperado hasta llegar a la puerta y pudo ver la espalda de Hwiyoung, sonrió a pesar de tener la vista borrosa.
-¿Hyung? -era la voz de su amado, suave y perezosa, pero un tanto cortante- ¿Qué haces aquí? - pudo distinguir otra silueta en la puerta, e intimidado, retrocedió lentamente.
La risa proveniente de afuera calló, había algo en la manera en como Hwiyoung lo miraba, la situación destruía cada vez más su esperanza.
-¿Quieres que me vaya?- preguntó con la voz quebrada.
El menor no hizo movimiento alguno, sin embargo, Taeyang agarró sus cosas y salió rápidamente, chocando contra el hombro de un joven castaño.
-Taeyang.
La sola mención de su nombre lo hizo voltear esperanzado, ilusiones que se llevó las siguientes palabras del menor.
-Por favor, ¿podrías estar en tu apartamento mañana también?
Palabras que me estás escupiendo.
-Claro -respondió con una falsa sonrisa.