Tae: Creí que aun estábamos enamorados
Pero simplemente te marchaste.
Recibido 23:31 p.m
No quiero dejar esto ir.
Tae: Solo quieres acabar con esto, ¿no?
Recibido 00:01 a.m
Con el móvil en una mano y un papel arrugado en la otra, se preguntaba, ¿habría cambiado algo si hubiera enviado aquel mensaje?
El remordimiento devoraba su alma, sabía, había prometido no volver a la vida de Taeyang, pero era tan difícil olvidar aquella sonrisa, aquella sonrisa que lo hacía sentirse humillado. Era tan difícil pensar que él podía estar superándolo cuando el no dejaba de escribir cartas y poemas que eran abandonados luego, sin remitente escrito, pero claro en su cabeza.
Extendió el papel en su mano, tratando de alisar lo mayor posible la hoja, un rictus modeló su rostro, comenzó a leer lo que había escrito la noche anterior, sollozando.
Tus brazos son ahora solo un sueño
Tu esencia ahora es mi aliento
Mi respiración se está acelerando
Las lágrimas que fluyen, me tragan
Las espinas se elevan por encima de mí
Cubriendo esta espinosa historia.
Jaló violentamente de sus cabellos, lleno de frustración, deseando que todo acabase, que despertara de la maldita pesadilla en la que pasaba sus días, deseando que al abrir los ojos vuelva a estar en los brazos de su novio, que radiante sonreía solo para él.
