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Risa tras risa, Rowoon hacía sonreír a sus invitados, quienes acompañaban al mayor aún preocupados por su salud.

-¿Realmente estás bien?

-Umh- asintió con la cabeza.

Taeyang soltó un largo suspiro, estiró sus piernas y dio un sorbo a su café. El día anterior había ido a recoger a su amigo al hospital, pero él ya había vuelto a su casa, con Chani.
No sentía celos ni resentimiento, de hecho, estaba feliz de que Rowoon haya conocido a alguien tan lindo como el menor, y todo sería perfecto... si Kang Chan Hee no fuera el mejor amigo de Hwiyoung.

-¿Qué te preocupa, Tae? Ya me siento mejor, en serio.

-No todo el mundo gira alrededor tuyo, amigo.

Chani sonrió ampliamente, le gustaba bromear y jugar con los mayores, ambos sonrieron.

-No es nada, pero agradezco al Rochan por preocuparse.

El menor inclinó la cabeza sin entender- ¿Rochan?

-Es una combinación de sus nombres, me parece un buen nombre de pareja.

Rowoon se atoro con su café, Chani comenzó a reír sin parar y Tae sacó su móvil para tomar una foto de la graciosa escena. El suelo estaba lleno de café y la habitación llena de carcajadas.
Estaban pasando un buen momento juntos.


Aún hundidos en nuestras penas, podemos pasar buenos momentos juntos.


-La necesito, pasame la imagen -pidió Chani, a lo que Taeyang asintió-.

Revisó su móvil, con la sonrisa que aún conservaba, desbloqueo el móvil. Nueve llamadas perdidas, todas de Hwiyoung. El cambio de expresión fue notorio, abrió el buzón de mensajes, unas simples palabras cambiaron todo.


Kyun: No quiero dejar esto ir.


¿Qué?

¿Por qué me haces esto? 

¿¡Por qué!?


Aquel simple mensaje había hecho dar un vuelco a la desordenada mente del chico. Temía que todo fuera parte de un juego de Hwiyoung, volver a ser engañado, herido, decepcionado. Porque después de todo lo ocurrido, y aún si no lo quería admitir, no quería dejar de creer en el menor.

Se puso una sudadera y salió a correr, sin rumbo alguno, sin despedidas ni excusas. Solo con el deseo de que todo acabara pronto, que cada recuerdo que lo torturaba se fuera. Todos querían que se extinguiera ese sufrimiento, distinto en cada uno, pero igual de doloroso.

Easy LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora