Julliet

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Ya había pasado un mes desde lo de la novia fantasma y los 5 amigos se enfrentaron a muchos otros... monstruos como arañas gigantes, un lunático con un machete, zombies, plantas carnívoras que los querían comer y muchas otras cosas.

Nathaniel llegó a la escuela temprano y se encontró con sus amigos.

-¿Estás seguro de lo que harás?

Le pregunto Alya la cual tenía a Marinette recostada sobre su hombro mientras dormía.

-Si, algo me dice que el fantasma de la novia no es una amenaza, es más el libro lo aclara.

Les mostró el libro mientras tomaba asiento.

"- Miércoles 12 de febrero, ya pasó un mes desde que nos enfrentamos a la novia fantasma y hoy nos la volvimos a encontrar, ella se arrodillado y nos suplico que la dejáramos libre que ya no quería causar más daño a las personas pero lo que vivimos hace un mes fue aterrador y la encerramos en una rosa de plástico.

Aveces me pregunto si hicimos lo correcto."

Adrien suspiro profundo y le mostró una sonrisa.

-Bueno amigo, cuenta con mi ayu...

-¡No! Iré yo sólo, el señor bigotes me va a acompañar. Es el gato que adopté de mascota.

El rubio lo miró confundido y él se rasco la cabeza.

-Créeme, será mejor que ella no te vea jamás. Ustedes descansen por hoy.

-Bueno, Marinette se nos adelantó.

La señaló Nino y todos rieron menos Adrien, después de todo ella se merecía un descanso ya que ideó muchos planes locos que les salvaron la vida.
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Ésa misma noche.

Ladybug y Chat noir estaban en lo alto de la Torre Eiffel contemplando el paisaje como poca veces lo hacían.

-Ya va más de un mes que no aparecen akumas.

-Lo sé, pero aún así tuve mi agenda ocupada.

La chica lo miró con burla.

-¿En qué? Durmiendo y comiendo mucho.

El felino le sonrió.

-Me gustaría hacer éso un día, pero me conozco y haré algo, estar quieto no es mi estilo, es más, últimamente me hice muy buen amigo de una chica que me quiere hacer agarrar un infarto con las locuras que hace.

La azabache lo miró sorprendida.

-¡Wow! Y yo me acerqué más a un chico que cuando hago algo alocado me da largos sermones como si fuese mi padre.

Chat noir le sonrió con burla.

-¿Tú haciendo locuras? No te creó.

-Eres malo con el sarcasmo gatito.

Los dos se sonrieron y continuaron mirando las luces de París.
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Con Nathaniel.

La mujer fantasma le sonreía con malicia.

-No sé si eres valiente o tonto.

Él negó con la cabeza.

-Por lo que viví éste último mes diría que a Marinette le vendrían bien ésas palabras y a mi amigo Adrien sólo lo de tonto multiplicado por mil si no me quedo cortó.

La fantasma se sentó sobre una tumba donde el gato blanco los observaba, se cruzó de piernas y miró al cielo con fastidio.

-¿Me vas a encerrar?

Oyó una hoja siendo arrancada y miró a Nathaniel sorprendida.

-No, te daré la libertad que siempre quisiste.

Le extendió el papel y ella sonrió.

-Lo bueno de quedarme libre es que cuando te deshagas de ellas podré descansar en paz.

El pelirrojo la miró confundido pero prefiero no preguntarle de lo que hablaba.

La mujer se puso de pie y antes de que se vaya Nathaniel la tomó de la mano.

-¿Sabes que en mi época la única persona al que le tomabas la mano era a tu pareja?

La soltó asqueado y se limpió su mano.

Ésa noche tendría pesadillas.

El gato se acercó a su dueño y le froto una piernas con su pelaje pero él lo ignoro.

-¿Sabes? Éste libro no tiene nombre y me gustaría que me dijeses el tuyo para llamarlo así.

La fantasma párpadeo sorprendida.

-Definitivamente eres raro.

Se dio media vuelta para irse y antes de desvanecerse susurró.

-Mi nombre es Julliet.

Se fue mientras Nathaniel caía arrodillado y el gato saltaba en sus brazos para que lo mimen.

-Cielos, no vuelvo a hacer algo así de loco nunca jamás.

Y así la novia fantasma no volvió a perseguir a las personas y Nathaniel nombró al libro como a ella.
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En las calles de París.

El oficial Rogers ya con su ropa de civil se dirigía a su casa mientras hablaba con Sabrina por celular.

-Que no hija, no me apareció ninguna mujer que canta, ojalá y así fuese.

"-¡Papá!"

El hombre rió divertido, distinguió a una niña de cabellos bien negros saltando la cuerda y se acercó mientras cortaba la llamada.

-Oye pequeña, estás no son horas para jugar. ¿Dónde están tus padres?

Se acercó un poco más a la niña y ella se ocultó tras un árbol.

-No te preocupes, yo soy el teniente Rogers. No te haré nada.

La niña rió y se fue corriendo un par de metros.

-Juega conmigo.

Rogers suspiro profundo.

-No, debés ir a tu casa y yo a la mía.

La pequeña bajo la mirada mientras él se acercaba.

-¿Serás mí amigo?

Él frenó a unos centímetros de ella con una sonrisa.

-Como buen oficial soy amigo de la justicia.

La niña sonrió con malicia.

-Patético.

El hombre se sobresalto.

-¿Cómo dijiste?

La niña levantó la mirada y él retrocedió asustado. A ésa niña le faltaba un ojo y su piel estaba muy pálida, prácticamente era blanca.

La niña desapareció mientras el asustado hombre miraba a todos lados con mucho miedo.

-¿Por qué sería amiga de un adulto? No soy una tonta como ella.

La voz de ella se oía como eco.

Rogers quiso huir del mismo miedo pero en un abrir y cerrar de ojos estaba rodeado por muchos niños que... flotaban.

-Los adultos dan asco, los adultos deben pagar.

Todos se lanzaron sobre el hombro el cual dio un último grito.

-¡AAAAH!

Ésa noche Sabrina se fue a dormir creyendo que su padre pronto volvería pero jamás lo hizo

París embrujado (Cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora