VIA MONTENAPOLEONE

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En esos momentos cuando Jonny conducía por las calles de los ángeles rumbo al after party al que Lucy había decidido que fuéramos (hay diferentes afters, cada sello discográfico organiza uno e incluso algunas marcas también) mi mente viajaba por la cantidad de cosas que han pasado en mi vida, algunas increíbles como los dos premios que ahora tenía en mi mano, otros que me gustaría poder olvidar. Estaba en una montaña rusa de emociones, me sentía agradecida con el universo por permitirme vivir mis sueños y por todo lo que tengo en la vida, por mi Love Street que son el ejército de amor más grande del mundo, estaba demasiado feliz.

Recargué mi cabeza en el hombro de kurt y esbozando una sonrisa una lágrima comenzó a bajar por mi mejilla, pero fue una lágrima buena, estaba llorando de felicidad y agradecimiento, aunque sentía que a pesar de estar increíblemente feliz algo me faltaba y ese algo media 1.58 m tenía el cabello azul y una sonrisa que iluminaba mi vida.

— Jonny, puedes desviarte a casa por favor— dije a mi jefe de seguridad.

— ¿Qué? No yo quiero ir a la fiesta, ¡estará Taylor! —protestó kurt

— puedes ir tu después de que me dejes en casa, tengo que solucionar algo —dije a mi amigo con una sonrisa.

— no me parece justo que te pierdas de TU NOCHE solo por el pitufo —comentó el— pero, como tú quieras.

Probablemente estábamos hablando de mi noche, pero mi noche no estaría completa sin ella, aun no me sentía cómoda como para fingir que lo de anoche nunca pasó, pues tarde o temprano tendría que explicarme porque no llegó a dormir, sin embargo, no creía que hubiera hecho algo con Travis. Solo quería llegar a casa y enseñarle mis premios.

Dije a Jonny que me dejara en la entrada para que pudiera llevar a kurt a la fiesta, vi una motocicleta estacionada cerca de donde estaban todos mis coches, suspiré profundamente al saber lo que significaba, ahora me estaba arrepintiendo de haber preferido ir a mi casa antes de la fiesta, pero kurt y Jonny ya se habían ido.

Al entrar por la puerta con mis dos premios en mano me extrañó que hubiera un completo silencio en mi casa, entre por el vestíbulo hasta la sala donde vi que estaba poché y el famoso Travis entretenidos sentados en el suelo de la sala viendo una especie de fotografías que había sobre la mesa de centro, había algo de música tranquila de fondo aunque nada que yo reconociera, ambos estaban tan absortos en lo que hacían que ninguno de los dos se percató de mi llegada.

— buenas noches —dije caminando por mi sala sobresaltándolos un poco a ambos.

— Daniela, buenas noches —dijo Travis con una sonrisa— espero que no te moleste que viniera, pochas me invito y...

— estás en tu casa —dije fríamente en lo que continúe mi camino rumbo a las escaleras.

— por cierto, felicidades —dijo el antes de que me fuera— no pudimos ver la premiación, pero veo que ganaste.

— gracias —volví a decir y por fin llegué a las escaleras, evitando ver a poché.

Ella ni siquiera había visto la premiación y por si fuera poco había traído al idiota ese a MI CASA, sentía mi sangre hervir en ese momento. Iba caminando por el pasillo hasta mi habitación cuando sentí como algo se estrellaba en contra de mi antes de perder el equilibrio logre sostenerme de la pared y delante de mí me encontré con una chica chaparrita y delgada, de tez blanca y rasgos asiáticos, llevaba puesto un jersey de los Seahawks solamente, iba descalza como si acabara de despertar.

— Calle —susurró la chica poniéndose roja completamente, la miré con una ceja levantada sin entender quién era ella.

— ¿y tú eres? —pregunté

#Hashtag - Una historia CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora