¿Cómo nos conocimos?

Capítulo III

Había pasado ya la semana de reposo de Betty, durante ese tiempo, ninguno de los dos se mandó un solo mensaje más... Betty no había quedado bien con ese mensaje que le había contestado, pues de alguna manera se dio cuenta que Armando se molestó con ella, pero no había vuelta atrás, de cierta forma era lo mejor para ella, pues según ella, un día se iba a dar cuenta que no era la mujer con la que un hombre como él desearía tener a su lado... aun así todas las noches, no podía dejar de pensar en cubrirse con la manta que Armando le había regalado, pues sentía que era como si él estuviera con ella, pero cada día se convencía de no hacerlo, ni hacerse ilusiones, pues si él no había preguntado cómo estaba de nuevo, era seguro que ella había dejado de impórtale como la había hecho sentir en su momento...

Betty buscó de nuevo esas ganas de volver a la universidad como aquel primer día de clases que había empezado, pero esta vez, con la esperanza de que ningún balón de fútbol americano se atravesara en su camino, o ella se atravesara en el de él. El collarín aún lo tenía ya casi incrustado en el cuello y sentía una gran desesperación pues parecía un robot y uno con gafas y brackets ... sí en su último grado antes de ir a la universidad hubiera tenido que tener un collarín... habría aceptado hasta un mes sin ir a la escuela, pues sabía que hubiera sufrido burlas... pero tenía la esperanza que sus nuevos compañeros no se burlaran de ella, esperaba que siendo un nivel de estudios más avanzados y siendo una universidad prestigiosa, nadie se burlaría más de ella.

Entró a la universidad, dirigiéndose a la clase de la Doctora Catalina Ángel y por los pasillos todo iba muy bien... llego a su clase, la maestra la hizo dirigirse al asiento... escucho uno que otro comentario entre sus compañeros... esta vez no llego temprano, pues su papá insistió en llevarla porque con el collarín era peligroso tomar un bus, así que como siempre el carro no encendió, y con las maniobras que Don Hermes sabía, lo hizo andar. La clase comenzó, y la Doctora Catalina les pidió que hicieran un equipo de 3 personas para un trabajo, lo debían armar para la siguiente clase. Pero como Betty no conocía a nadie, se empezó a preocupar.

CA: bien, entreguen sus trabajos, que la próxima clase tendrán sus notas - todos se amontonaban para entregar los trabajos y salir del salón de clases

Be: buen día doctora, ¿puedo hablar con usted?

CA: claro que sí, usted es... ¿Beatriz Pinzón? - lo supo por qué sabía que había tenido un accidente y había terminado con un collarín del que aún no estaba libre.

Be: Si, soy Betty.

CA: claro, Armando me dijo que faltaría una semana, pero no se preocupe si trajo el trabajo, usted tendría una calificación correspondiente, yo entiendo que no fue su culpa, así que yo lo reviso y le digo que podemos mejorar ¿Bien?

Be: ¡Muchas Gracias! – empezó a temblar un poco – pero en realidad es por el tema de los equipos de trabajo, yo realmente no conozco a nadie, no se si usted me permite hacerlo sola.

CA: Betty, usted cree que cuando trabaje en un despacho o una firma de abogados ¿va trabajar sola? – se lo dijo finalizando con una sonrisa.

Be: ¡No!, pero solo seria por esta vez, se lo prometo. - su expresión era de miedo

CA: Mire Betty, si usted no logra hacer un equipo para la próxima clase, yo misma le ayudo con eso. Pero no me pida que la excluya de los demás. ¿Bueno? – lo dijo de una manera que hizo sentir tranquila a Betty y esta sonrió aceptando, después se dirigió a su próxima clase... esperando que no se repitiera lo del lunes pasado después de la clase de la doctora Catalina .... de repente empezó a escuchar unas risas y al voltear un poco de reojo ... vio cómo una rubia muy exuberante caminaba como soldadito de plomo... y se dio cuenta que todos los demás se burlaban de lo que hacía... claro, era evidente que la estaba imitando a ella... de pronto vio entre ellos a Armando con el brazo en los hombros de una muchacha muy bonita de cabello negro... solo que era el único que no se reía, pero tampoco hizo nada para defenderla...