Capítulo X

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Betty se preparaba para ir a la Universidad, la noche anterior le había mandado a Nicolás un mensaje diciéndole que se iría antes a la universidad, así que podía irse a la hora que él quisiera. 5 minutos antes de las 7 de la mañana Armando le mando un mensaje para avisarle que estaba a punto de llegar, por lo que ella prefirió salir y quedarse a esperarlo a una casa de distancia de la suya para que Don Hermes no los viera. Armando se detuvo al verla y bajo inmediatamente para saludarla con beso en la mejilla, después la acompañó para abrirle la puerta del coche. Estando dentro, no dejaban de sonreírse el uno al otro mientras él caminaba para entrar al coche. Armando hizo el cambio en la palanca para hacer andar el coche y después la tomó de la mano.

Ar: ¿Cómo dormiste? – comenzó a frotarla con sus dedos para darle un poco de calor a sus manos.

Be: Bien - no podía emitir más palabras porque la voz se le quebraba de la emoción de tenerlo ahí a lado de ella tomándola de la mano como si fuera algo normal en ellos.

Ar: Me dijiste que entrabas a las 9, así que pensé que te gustaría caminar un rato.

Be: ¿Caminar?, pero hace mucho frío.

Ar: Para eso estoy yo, para abrazarte y que no tengas frío. - le besó la mano.

La llevo al Parque Nacional que daba de pasada a la Universidad y que estaba a 5 minutos de la casa de Betty. Armando estacionó el coche y bajo para abrirle la puerta, la abrazo mientras caminaban y le contaba lo mucho que le hubiera gustado que su padre lo llevara a parques para jugar fútbol o béisbol, pero como siempre estaba tan ocupado en sus asuntos de trabajo no lo hacía, y su mamá tan metida con sus amigas de sociedad que a él y a su hermana Camila no les ponían mucha atención. Betty por otro lado le decía que ella tuvo una infancia diferente, que si bien sus papás no eran de llevarla a jugar a un parque, pasaba horas leyendo y estudiando, eso le gustaba mucho porque sus papas siempre escuchaban todo lo que ella les contaba que aprendía en los libros.

Ar: ¿Ya veo porque eras tan inteligente? - la abrazo con más fuerza.

Be: Eso no lo puedes saber, nunca has visto ninguno de mis trabajos y hemos conversado muy poco sobre temas referentes a nuestra carrera.

Ar: No, pero sólo necesite ver la cantidad de cuadros de honor que tu papá me mostró en tu casa para saberlo. - comenzó a reír.

Be: ¡Qué pena! ... mi papá no puede dejar ir a nadie si no le muestra todos esos cuadros, que vergüenza contigo. - jugaba con su cabello de la vergüenza que tenía.

Ar: No, pero porque te pones así, es algo muy bueno, tu papá está orgulloso de ti, no tienes por qué avergonzarte - llegaron a una banca y se sentaron a disfrutar del verde de la naturaleza, abrazados y sonrientes - ¿aun tienes mucho frío?

Be: No tanto - levantó su rostro para verlo a los ojos, Armando se dio cuenta que quería un beso y él se moría de ganas de dárselo. Así que comenzaron a acercarse hasta que ambos cedieron a ese beso. Un beso muy tierno, y que duro al menos un minuto.

Ar: Me gusta besarte - continuaba con sus ojos cerrados y ella lo veía tan hermoso, que lo besó de nuevo. El frío se había desaparecido por completo, como los miedos de ella por poder sufrir por amor. Lo sentía tan sincero, tan lindo, todo era perfecto, solo que seguía pensando que no se sentía preparada para mostrar su amor públicamente. En realidad, temía por lo que él haría al momento de que se burlaran por estar juntos, o que Marcela le hiciera la vida imposible por verlos juntos, si por sólo haberle hecho entender que se habían besado la abofeteo, no se quería imaginar que le haría cuando los viera tomados de la mano. Ese beso duro más tiempo, hasta que sus labios se agotaron y comenzaron a darse pequeños besos, él la tomó con una mano el rostro - Betty, de verdad me gusta mucho estar contigo, y siento que tú también sientes lo mismo. Yo sé que es muy pronto, que Marcela y yo acabamos de terminar, pero quiero que sepas que hace mucho que yo la deje de querer. Y no me di cuenta de que nuestra relación debió terminar, hasta que llegaste tú y me hiciste darme cuenta de eso.

¿Cómo nos conocimos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora