Capítulo VIII

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Había pasado el fin de semana, y de una manera muy rápida para Armando y Betty. Cuando Armando bajo de su coche, Betty lo vio llegar, e inmediatamente se dio cuenta cuando Marcela llego con él y se le colgó al cuello dándole besos por todo el rostro. El no hacía nada, se quedaba ahí, inmóvil, Betty pensó que todo eso era prueba de que él se iba a olvidar de lo que sucedió con en la cabaña muy pronto. Realmente tenía una sensación de culpa por haber permitido que la besara, y haber sentido lo que sintió en ese momento, un deseo casi incontrolable de que Armando le hiciera el amor. Fue en ese momento que pensó que fue lo mejor haber detenido todo a tiempo, pues para ella efectivamente Armando solo quería pasar el rato con ella, pero ya había pasado ese deseo. Armando noto que ella los veía y no hizo nada, siguió con su mirada perdida y Marcela abrazada a él, así que Betty apresuro el paso, y se fue a su clase.

MV: Armando, por favor, tenemos que aclarar las cosas. – seguía besándolo, y él no tenía expresión alguna.

Ar: Marcela, ya te dije que no quiero seguir con esto. Tú y yo hace mucho que dejamos de tener una relación estable. Yo sé que no eres feliz, porque yo ya no siento lo mismo.

MV: ¿Por qué me dices eso? Es verdad que hemos tenido altas y bajas como todas las parejas, pero lo podemos solucionar, Armando yo te amo, estoy totalmente segura que quiero pasar el resto de mi vida contigo.

Ar: Pero yo no, lo siento Marcela, de verdad, lo siento, esto se acabó, lo de la fiesta fue la comprobación de que lo nuestro no va a funcionar.

MV: Mira, si es por eso, estoy dispuesta a pedirle perdón a Betty, si es lo que tú quieres, eso hare. Pero por favor no tires a la basura tanto tiempo de esta relación.

Ar: Si deberías pedirle perdón, pero no porque yo te lo pida, sino porque es lo correcto. Si lo haces o no, es punto y aparte.

MV: Es por ella que no quieres regresar conmigo ¿verdad?, claro seguro esa mujer te hizo algo, ¿Qué paso te está chantajeando por lo del bendito accidente?

Ar: Ay Marcela, no digas bobadas, nada de eso.

MV: Entonces dime, que pasa con esa mujer, desde que la conociste estas diferente.

Ar: Mira, no pasa nada, si te preocupa, ella no quiere saber de mí. Así que entre ella y yo no pasa ni pasara nada.

MV: ¿Eso es lo que te tiene así? Que no quiere nada contigo.

Ar: Si fuera así, contigo es con quien menos hablaría de eso, ¿No crees? – Se la quito de encima. – ya se acabó esto, así que te pido que no me busques para hablar más de un ¨Nosotros¨ por qué no será así Marcela. – ella comenzó a llorar. – Se que te debe doler, pero pronto se te olvidará. Lo siento en verdad Marcela. – se fue dejándola llorando en el estacionamiento.

En ese momento, Mario llego en su auto y la vio prácticamente escondida en medio dos autos llorando. Se bajo corriendo a ayudarla.

MC: ¿Qué pasa Marcela? ¿Quién te hizo llorar? ¿estás bien?

MV: Armando – No podía decir más, se abrazó de Mario y el la recibía en sus brazos muy triste por lo que ella sufría.

MC: Marcela por favor no llores, todo va a estar bien, te prometo que esto va a pasar rápido, eres una mujer hermosa, y encontraras a alguien que te ame como tú lo mereces. – Ella se separó de el al escuchar sus palabras.

MV: Claro que no Mario, yo no quiero a otro hombre. Armando es el amor de mi vida, que te quede bien claro. – se lo dijo muy enojada y recordándole que lo que ellos dos habían tenido había sido un error.

MC: Cálmate Marcela, no quiero que me mal intérpretes. Yo sé que no tengo ninguna oportunidad contigo, pero al menos déjame seguir siendo tu amigo.

¿Cómo nos conocimos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora